Hace un año el mundo empezaba a liberarse de las restricciones de una crisis sanitaria por la covid-19 que había provocado miles de muertos y dañado las economías de todos los países. Nadie vio venir que un virus pudiera confinar países enteros, como ningún analista imaginó que una guerra llamaría a las puertas de Europa en el siglo XXI. Este 24 de febrero se cumple un año de la invasión rusa de Ucrania. Un conflicto que suma una larga lista de víctimas. La Oficina de la ONU para los Derechos Humanos calcula que han fallecido 8.000 civiles y casi 13.300 han sido heridos.
Las consecuencias para el resto de países europeos han llegado por el impacto en la economía, sobre la que sobrevuela el fantasma de la recesión. El año pasado los precios de la energía se dispararon, desbocaron la inflación y para controlarla se está viviendo un alza récord de los tipos de interés. Ahora el conflicto se encuentra enquistado sin que se vea clara una salida, con 14 millones de desplazados. Aragón ha sido tierra de acogida con 3.605 refugiados que han solicitado autorización en un año, según las cifras oficiales.