ECONOMÍA

José María Yusta, profesor: "Habrá que acostumbrarse a pagar más por el gas y la electricidad"

El experto en mercados energéticos hace balance de un año de presión sobre las facturas de la energía tras la invasión rusa.

José María Yusta, profesor de la Universidad de Zaragoza.
José María Yusta, profesor de la Universidad de Zaragoza.
José Miguel Marco

José María Yusta (Logroño, 1969) es experto en mercados energéticos e infraestructuras críticas y una de las personas que ha seguido más de cerca los cambios en el sector energético del último año. Profesor titular del departamento de Ingeniería Eléctrica de la EINA de la Universidad de Zaragoza ha trabajado también en el sector privado. Viene participando en diversas jornadas explicando cuestiones relacionadas con el mercado eléctrico. 

El conflicto puso de relieve la dependencia de Europa del gas y el petróleo ruso. Los cortes de suministro primero y las sanciones después dispararon la factura de la luz y el gas desde los primeros momentos de la contienda.

¿La guerra ha supuesto un nuevo orden mundial para el mercado de la energía?

Para los países europeos ha supuesto un duro golpe de realidad. Hemos descubierto cómo nuestra elevada dependencia energética de otros países suministradores nos sitúa en una posición débil para garantizar el funcionamiento de nuestras economías. Se ha terminado la época de precios baratos de gas natural y pasamos a un nuevo escenario, donde acelerar la descarbonización de la economía se ha convertido en una prioridad.

¿Se puede comparar con alguna otra situación internacional anterior donde se utilizara a energía como arma geopolítica?

Justo hace 50 años ya vivimos una situación de desestabilización del abastecimiento energético con la crisis del petróleo de 1973, cuando los países de la OPEP decidieron interrumpir la exportación de crudo a los países aliados de Israel en la guerra de Yom Kipur.

"Han contribuido un invierno suave y la reducción de la demanda industrial, pero aún planea la incertidumbre para el próximo año y la energía procedente de otros países seguirá cara"
José María Yusta, profesor de la Universidad de Zaragoza.
José María Yusta, profesor de la Universidad de Zaragoza.
José Miguel Marco

En este tiempo se ha tratado de reducir la dependencia del gas y el petróleo ruso. ¿Podemos vivir sin Rusia como principal proveedor?  

El suministro de gas natural a Europa se realizaba principalmente mediante una extensa red de gasoductos desde Rusia. Para reducir la dependencia del gas ruso se han tomado medidas de diversificación del abastecimiento, principalmente mediante gas natural licuado por barco, que han permitido superar este primer año de crisis. Han contribuido un invierno suave y la reducción de la demanda industrial, pero aún planea la incertidumbre para el próximo año y la energía procedente de otros países seguirá cara, principalmente por la competencia por la compra de gas licuado en los mercados internacionales entre Europa y Asia.

Los hogares y empresas españolas y europeos han notado desde el primer momento el impacto económico de la guerra en sus facturas de luz y gas. Ahora se encuentran en niveles más bajos, ¿por qué?  ¿Se pueden hacer previsiones?

El precio de la electricidad está directamente relacionado con el precio del gas, ya que las ofertas de generación eléctrica de las centrales que utilizan gas determinan el precio horario del mercado eléctrico. Esto explica que las facturas de gas y electricidad hayan aumentado en paralelo, especialmente en marzo y agosto de 2022, cuando el precio del gas se disparó en el mercado europeo hasta valores 10 veces superiores a la media, 20 euros/MWh en los últimos años. El precio mayorista del gas se ha estabilizado ahora en 50 euros/MWh, ante una situación mejor de lo prevista este invierno, pero con un precio del CO2 por encima de 100 euros/tonelada el precio del mercado eléctrico no bajará de 150 euros/MWh, el triple de la media histórica.

¿Y de la gasolina y el gasoil?

Aunque el precio del petróleo ha subido, no lo ha hecho en la misma proporción que el gas o la electricidad. Sin embargo, hemos descubierto en los últimos meses una gran volatilidad de los precios de los combustibles por el desajuste de la capacidad de refino de gasolina y gasoil en Europa.

"La medida del descuento en el carburante ha sido efectiva, pero un reciente informe del Banco de España indica que ha favorecido más a las rentas medias y altas"

El Gobierno y la UE han tenido que aprobar medidas para evitar un impacto mayor. En el caso del descuento de 20 céntimos por litro de carburante, que dejó de aplicarse con el inicio de este año, ¿ha sido una medida efectiva? ¿Hubiera sido mejor prorrogarla?  

La medida del descuento en el carburante ha sido efectiva, pero un reciente informe del Banco de España indica que ha favorecido más a las rentas medias y altas, por su mayor consumo. Otras, como la tarifa regulada de gas natural, han resultado proporcionales para todas las familias, incluidas las más vulnerables.

Entre las medidas más cuestionadas ha estado el tope al gas. ¿Ha servido para reducir el alza de precios?, porque la factura ha seguido subiendo...

Los consumidores hemos visto incrementar nuestras facturas eléctricas por este mecanismo, especialmente durante el verano, pero aún hubiéramos pagado más de no haberse aplicado. Se estima que la reducción del coste ha sido del orden del 20%, lo que no alivia que los precios se hayan disparado y amenacen la competitividad industrial.

La UE estudia fijar también un tope al gas. ¿En qué fase está? ¿Puede ser efectivo ya que España tiene uno propio?

El tope al gas de la UE aplica al precio del gas licuado importado, en general. El tope español solo aplica a las ofertas de las centrales eléctricas que utilizan gas como combustible. El mecanismo europeo ha fijado un techo de 180 euros/MWh, que probablemente no se aplicará nunca. Los mercados de futuros de gas cotizan actualmente a 55 euros/MWh para 2024.

"El próximo verano será una nueva prueba para el llenado de los almacenamientos europeos de gas natural"
José María Yusta, profesor de la Universidad de Zaragoza.
José María Yusta, profesor de la Universidad de Zaragoza.
José Miguel Marco

Lo que no se ha producido ha sido el desabastecimiento que se temía en invierno. ¿Qué previsiones se pueden hacer a partir de primavera?

Las perspectivas son mejores ahora que hace unos meses, pero el próximo verano será una nueva prueba para el llenado de los almacenamientos europeos de gas natural. Si la demanda industrial se recupera, se añadirá un nuevo factor de presión a los precios. Me preocupa especialmente que los países europeos no están firmando contratos de aprovisionamiento de gas a largo plazo con los países productores, lo que nos deja en manos del más volátil y especulativo mercado a corto plazo.

¿Habrá que acostumbrarse, hogares y empresas, a vivir con luz y gas caros a medio o largo plazo? ¿Se pueden hacer previsiones de precios, tras los récords del verano pasado?

Sí, en los próximos dos o tres años habrá que acostumbrarse a pagar más por el gas y la electricidad, aunque no es probable que se repitan los precios tan elevados de 2022. Sin embargo, hay fundada esperanza en que la política de transición energética, particularmente en España, nos llevará a reducir nuestra dependencia y ver precios más razonables en nuestras facturas en poco tiempo, siempre que al desarrollo de las energías renovables le acompañen la mejora de las interconexiones eléctricas y el despliegue masivo del almacenamiento de energía.

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