SOLIDARIDAD DESDE aragón

En furgoneta de Binéfar a Polonia: "No hicimos ninguna heroicidad, solo lo que estaba en nuestra mano"

David Viudas y Fran Pallarol, dos empresarios binefarenses, recuerdan el viaje del 4 de marzo de 2022. Trajeron a 200 ucranianos en 7 expediciones.

Conductores del convoy de furgonetas que salieron de Binéfar el 4 de marzo de 2022 en busca de refugiados ucranianos.
Conductores del convoy de furgonetas que salieron de Binéfar el 4 de marzo de 2022 en busca de refugiados ucranianos.
HA

El empresario binefarense David Viudas de 55 años no se lo pensó dos veces. El sufrimiento de uno de sus empleados, de origen ucraniano, por ver a su familia padecer tras la invasión rusa, le llevó a tomar la decisión de desplazarse hasta el campo de refugiados de Polonia para conseguir traer el mayor número posible de ucranianos. Fue el 4 de marzo y constituyó el primer viaje solidario que partió de Aragón organizado por un grupo de voluntariados de la localidad oscense de Binéfar y del entorno.

Al primer viaje le siguió otro más. Participaron 6 vehículos y un autobús fletado por un empresario de Tarragona amigo de Viudas. En total se consiguió traer a la comarca de La Litera a 120 refugiados que se alojaron en el albergue de los Padres Escolapios de Peralta de la Sal. Muchos de ellos han podido regresar a su país, otros han encontrado trabajo y vivienda en la zona y otros se han desplazado a localidades aragonesas y españolas.

Recuerdos buenos y malos

Un año después, Viudas realiza un balance con sabor agridulce. “A nosotros medio nos apartó la administración, la persona de calle molesta y desde Binéfar se les dio una bofetada muy grande porque se hizo todo muy deprisa y sin su ayuda. Hoy el que hace algo molesta, parece que si haces algo es porque tienes un interés, yo lo hice de corazón, de forma altruista”. 

También relata el caso de refugiados que después del viaje no quisieron ser alojados en el albergue de Peralta de la Sal “y tuvieron que llevarlos a un hotel a Lérida. Incluso recibí amenazas de un familiar de una refugiada por haberlo llevado al albergue, pero ellos no fueron a buscarlos al campo de refugiados”.

"Lo hice por altruismo, pero duele que la mayoría no haya mostrado agradecimiento. Hubo gente a quien trajimos y ya no les he visto más"
David Viudas y Fran Pallarol, a la izquierda, con el grupo que partió hacia Polonia en furgonetas. Con la camisa oscura remangada, Antón.empleado ucranino a David.
David Viudas y Fran Pallarol, a la izquierda, con el grupo que partió hacia Polonia en furgonetas. Con la camisa oscura remangada, Antón.empleado ucranino a David.
José Luis Pano

“Hubo gente que no mostró agradecimiento, pero no me arrepiento de haber hecho los dos viajes. Lo hice por altruismo, pero duele que la mayoría no haya mostrado agradecimiento. Hubo gente a quien trajimos y ya no les he visto más”, relata.

“La experiencia fue espectacular y siempre la podré contar. Yo me llevé a varios refugiados a Tarragona, a la playa, a ver un parque de animales. Estuve muy orgulloso de lo que hice, pero me molesta que la gente sea egoísta y no valore lo que se hizo”, dice.

Actualmente mantiene el contacto con cinco familias. Precisamente ayer recibía fotos y muestras de cariño de una abuela, su hija y sus nietas mellizas que han sido acogidos por los Escolapios en Zaragoza y trabajan como profesoras y limpiadoras de ese colegio. Considera Viudas que el movimiento solidario realizado en la comarca de La Litera “ha puesto en el mapa al albergue de los Escolapios por su gran labor”. Allí también hay jóvenes y adultos acogidos de otras zonas de conflicto del mundo.

La gesta solidaria también ha dejado historias de amor, como la relación que mantiene una refugiada con uno de los conductores que participó en el segundo viaje. “Esto es una desgracia, pero hay historias bonitas y dignas de cortar. La experiencia fue buena y se hizo en el momento. Después he visto poco cariño por parte de los refugiados, apenas han querido mantener relación. Pero yo tengo una gran paz interior y te quedas con la gente de Binéfar que nos han ayudado desinteresadamente”, concluye.

Convoy de furgonetas organizado en Binéfar en marzo de 2022 para traer refugiados de Ucrania.
Convoy de furgonetas organizado en Binéfar en marzo de 2022 para traer refugiados de Ucrania.
HA

Fran Pallarol: "Lo volvería a hacer si fuera necesario"

"Fue una experiencia bonita y conmovedora por intentar ayudar. Son madres con niños los que han salido de ahí y es la oportunidad de tu vida poder ayudar a gente lo necesita". Con este orgullo define el empresario inmobiliario binefarense Fran Pallarol de 59 años su participación en el primer convoy solidario que partió de Aragón el 4 de marzo. Fran realizó ese viaje de tres días hasta el campo de refugiados de Polonia, pero después ha organizado siete viajes más, el último hace escasos meses.  

"Nosotros solo pusimos una gota de agua y si hace falta volveremos porque hay gente dispuesta a colaborar en organizar viajes o aportando materiales. Hace un año estábamos afectados por lo que sucedía y seguimos afectados. Lo volvería a hacer si fuera necesario. Hay mucha gente que necesita nuestro apoyo y debemos seguir sin desfallecer", cuenta.

"Después de un año encuentras a niños que ya hablan español bastante bien y han hecho amigos y también hay gente que han encontrado pareja"

Gracias a estos viajes recalaron en tierras literanas unos 200 refugiados con historias muy duras: "Son gente que lo ha perdido todo, algunos un hermano en el frente y estaban muy afectados". En estos momentos, en la comarca viven una docena de ucranianos, los hay que mantienen relación todavía con este empresario "y están muy agradecidos. Les ha tocado rehacer su vida, las cosas no son fáciles para ellos porque no tienen nada y no hablan el idioma. Algunos se adaptan mejor que otros".

El viaje y su experiencia le ha dejado a nivel personal "un hondo y emotivo agradecimiento de las personas a las que ha ayudado". "No hicimos ninguna heroicidad, hicimos lo que pudimos, lo que estaba en nuestra mano y estuvo bien. Después de un año encuentras a niños que ya hablan español bastante bien y han hecho amigos y también hay gente que han encontrado pareja".

Peralta de la Sal "se volcó desde el primer momento"

Los seis vehículos que formaban la caravana han transportado a 36 refugiados desde la frontera con Ucrania hasta Peralta de la Sal.
Llegada de los primeros refugiados a Peralta de la Sal en 2022.

La oleada solidaria surgida en Binéfar a principios de marzo de 2022, a la que se sumaron en los siguientes días poblaciones cercanas, puso en el mapa el albergue de los Padres Escolapios de Peralta de la Sal, con capacidad para más de doscientas personas. Allí se alojaron desde la noche del 7 de marzo hasta la actualidad a 52 ucranianos a través de la oenegé ACCEM Aragón.

"Desde el Ayuntamiento hicimos lo que pudimos. Las Escuelas Pías pusieron toda la carne en el asador, dieron el do de pecho para que todos estos refugiados estuvieran cómodos, y también ayudaron Cruz Roja y personas humanitarias de Binéfar con víveres"

El primer teniente de alcalde de Peralta de la Sal, Luis Fuster, recibió al primer convoy solidario que llegó al albergue sobre la medianoche y que generó al día siguiente gran expectación mediática.

Recuerda como “el pueblo se volcó desde el primer momento para ayudar a estas personas que lo habían dejado todo y que llevaban sus objetos personales en bolsas de plástico. Desde el Ayuntamiento hicimos lo que pudimos. Las Escuelas Pías pusieron toda la carne en el asador, dieron el do de pecho para que todos estos refugiados estuvieran cómodos, y también ayudaron Cruz Roja y personas humanitarias de Binéfar con víveres”, cuenta, a la vez que agradecía la actuación institucional en el proceso de escolarización o en otros asuntos.

El goteo de refugiados fue constante y en la actualidad solo residen dos familias: Oksana de 47 años y separada, que vino con sus hijos Illia (9años) y Margarita (7 años), o Anastasia y Hennadi, matrimonio que se trajo a sus 3 hijos: Tigran, Emilia y Nonna, de 17, 16 y 12 años respectivamente. El matrimonio pudo cruzar la frontera porque son familia numerosa. Con 3 hijos el hombre puede pasar, con 2 se queda para luchar en la guerra.

Refugiadas ucranianas en Peralta de la Sal con el teniente de alcalde.
Refugiadas ucranianas en Peralta de la Sal con el teniente de alcalde.
JLP

Las pequeñas cursan estudios en el colegio de Azanuy y los mayores en el IES Mor de Fuentes de Monzón. Sus madres trabajan como ayudantes de cocina y camareras en el albergue de Peralta. Hennadi encontró trabajo en la empresa agroalimentaria Julián Mairal de Barbastro y su hijo Tigran juega a fútbol en los juveniles de la U.D. Barbastro. “Hemos hecho muchos amigos en Peralta. Estamos muy bien y agradecidos a los Escolapios, a ACCEM y a los vecinos, pero sufrimos porque la situación es muy difícil. Queremos volver, pero ahora no podemos porque mi ciudad, Nikopol, sufre bombardeos desde junio y está cerca de una central nuclear”, cuenta Anastasia.

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