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Qué ver en Zaragoza por Navidad: del Pilar al mercadillo navideño
Con el añadido de la muestra navideña en estas fechas festivas, la capital zaragozana atesora varias referencias fundamentales para sus propios ciudadanos y por supuesto, para los visitantes.

En estos días navideños, que cada vez parecen llegar antes, Zaragoza sigue sacando brillo a sus atractivos habituales, que son muchos. A la hora de elegir un puñado, hay ciertos nombres que no pueden quedarse fuera: la plaza del Pilar y la basílica de Nuestra Señora, la Seo, El Tubo, El Teatro Romano, el Palacio de la Aljafería y el Parque Grande. Hay que añadir uno ahora mismo, que regresa cada año desde hace ya doce en fechas como las actuales. Se trata de la muestra navideña que ocupa la plaza del Pilar, inaugurada el jueves 5 de diciembre.
Navidad en el corazón de Zaragoza
La plaza de Pilar alberga este año casi 8.000 metros cuadrados con pista de patinaje, tobogán de trineos, paseos en pony, mercadillo navideño… además, hay dos escenarios: uno para actividades diversas y otro específico para la fiesta de Nochevieja. No falta el tradicional árbol de los deseos y este año, como novedad, se cuenta con el espacio Dreamland y la Aldea de Papá Noel. Las instalaciones permanecerán abiertas hasta el próximo 12 de enero.
La basílica del Pilar de Zaragoza (y su torre)
La misma plaza del Pilar es un aliciente para la visita durante todo el año, con la imponente Basílica de Nuestra Señora del Pilar como atractivo principal. Además de la tradicional visita a la Capilla de la Virgen, el retablo de Damián Forment en el Altar Mayor, el fastuoso órgano y el beso al pilar hundido por millones de labios durante siglos, una de las actividades más demandadas es la subida a la torre San Francisco de Borja, la más próxima al Puente de Santiago en el nuevo ascensor panorámico inaugurado en 2011.
La Seo y los tres museos
La otra catedral de la plaza del Pilar es el templo consagrado al Salvador, con su impresionante museo de tapices y la decoración mudéjar de los ábsides, el muro exterior de la llamada Parroquieta (en un lateral) y en el techo de madera dorada. En la misma plaza de la Seo está el Alma Mater Museum (Museo Diocesano), con una magnífica colección permanente y unos dulces de fábula en su cafetería. También está ahí el Museo del Foro de Caesaraugusta y la Lonja.

Palacio de La Aljafería de Zaragoza
La actual sede de las Cortes de Aragón es uno de los mayores exponentes actuales del arte hispano musulmán. El edificio más antiguo conservado hoy en el conjunto es la Torre del Trovador: sus pisos inferiores datan del siglo IX; el palacio se erigió en el siglo XI. Los Reyes Católicos levantaron su palacio entre 1488 y 1495 sobre el ala norte del conjunto islámico: destaca la techumbre del salón del Trono, de madera tallada, dorada y policromada.

El Teatro Romano (y el museo)
El Museo del Teatro de Caesaraugusta está compuesto por el propio teatro del siglo I de nuestra era y el edificio del Museo, con su cafetería. Se pueden visitar los restos del teatro, descubierto a principios de los años 70, y hay una proyección audiovisual que hace el viaje hacia atrás, desde su descubrimiento el pasado siglo hasta la época de su construcción. Es una enciclopedia en tres dimensiones acerca del teatro.

El Tubo de Zaragoza, parada para comer en un lugar emblemático
Sigue siendo la zona de tapeo más famosa de la ciudad, especialmente entre los que no viven en ella, que acuden por las recomendaciones y salen satisfechos con el resultado de la visita. Desde los ‘champis’ a las salmueras, las migas, las lentejas y las mejores raciones, una veintena de locales se agrupan en el espacio entre las calles Libertad, Estébanes (las dos principales de la zona), Cuatro de Agosto, Mártires, Cinegio, Méndez Núñez y plaza de Sas, entre otras.

El Parque Grande José Antonio Labordeta
Es el pulmón verde de la ciudad, con la figura de Alfonso I El Batallador en lo alto del Cabezo como punto más popular. El clásico tren del parque, las terrazas que abren todo el año, el Jardín de Invierno, las bicis y patines, el quiosco de la música, el jardín botánico con el estanque de patos y cisnes alimentados por varias generaciones de zaragozanos… de todas las áreas de parque de la ciudad es, sin duda, la más emblemática.