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5 casas rurales con encanto en Aragón para hacer una escapada en 2020

Ya sea buscando paz o un punto común para grupos grandes, Aragón ofrece calidad y cantidad en lo referente a casas rurales.

Vista de la localidad de Gistaín, punto de comienzo de esta ruta.
Vista de la localidad de Gistaín
Laura Uranga

Aragón reúne una gran oferta de casas y hoteles rurales, alternativas de negocio al sector primario que han supuesto una solución para muchos emprendedores, aunque no siempre es una aventura sencilla. Las situadas en lugares con tirón turístico lo tienen un poco más fácil que las que simplemente pueden ofrecer tranquilidad y su propia excelencia en el trato y las instalaciones, pero como también hay gustos diferentes a la hora de buscar descanso en fechas importantes, todas tienen posibilidades de conquistar a los clientes. Por ejemplo, durante los puentes laborales o en festividades, como Semana Santa o Navidad, conseguir una casa rural es tarea complicada.

Entrefrutales en La Vilueña (Zaragoza)

En el campo de Calatayud, a apenas 15 kilómetros de la cabecera de comarca, este pequeño municipio tiene dos casas rurales de altísima valoración entre los usuarios, y muy cercanas entre ellas. El Jardín es una, y la otra, Entrefrutales. En el caso de la segunda, trabaja con alquiler completo: tiene seis habitaciones, todas con baño y una de ellas con jacuzzi. El trato de Charo es una de las razones de la alta valoración, junto a la bodega, a la que se accede por una trampilla y que ha acondicionado Tomás, su marido. En las habitaciones y el patio, los murales y pinturas de Daluz, un artista uruguayo, redondean la oferta.

El Laberinto en Tornos (Teruel)

El Laberinto tuvo la primera “escape room” de la provincia de Teruel. Está instalada en una casa rural que dista apenas 5 kilómetros de la laguna de Gallocanta, su fuente de inspiración. Raúl Cantín administra esta iniciativa que combina el comentado juego con unas instalaciones modernas, impecables, en varios niveles, que incluyen un área común con terraza y catalejo para observar a las grullas, además de un baúl de intercambio de libros.

Estibialla en Campo (Huesca)

Se trata de tres viviendas individuales en un entorno común, en las afueras de este hermoso pueblo de la Ribagorza, conocido por sus bajadas de rápidos en el río y muy cercano al entorno esquiable de Cerler. De equipación muy completa, exhibe un paisaje imbatible y cuenta con los servicios básicos en un pueblo muy animado en las tardes y las noches, que presume además de excelente pan y carne en comercios de proximidad.

Casa Lucía en Gistaín (Huesca)

Ana y David, hijos del pueblo, llevan una de las nueve casas rurales del pueblo: Fontamil es la más veterana. Suelen albergar a grupos familiares, cazadores en temporada y parejas. Están en el centro del pueblo, próximos a los miradores, y tienen una baza tremenda para el público: una mermelada casera de moras que tienen fans en media España. La pareja también lleva el Reposte Chistabino, una tienda de productos de proximidad.

Casa Julio en Terriente (Teruel)

El espectacular paisaje de la comarca de la Sierra de Albarracín hace complicado elegir un lugar y, dentro de ese lugar, un techo concreto. En Terriente, por ejemplo, Xana es una referencia muy conocida, pero también tiene mucho atractivo Casa Julio, en el mismo centro del pueblo; una edificación decorada con mucho gusto y muy cómoda, que se convierte en un centro perfecto para curiosear por los pueblos de la zona. 

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