El adelanto electoral refuerza el objetivo del PP de gobernar en solitario en Aragón

El adelanto de las elecciones generales al 23 de julio refuerza el objetivo del PP de gobernar en solitario y alcanzar los acuerdos necesarios para sacar adelante sus políticas, la opción por la que se decantó en varias ocasiones el líder popular en Aragón y ganador de las elecciones, Jorge Azcón, a lo largo de la campaña electoral. Y ahora cobra más fuerza si cabe para que las posibles alianzas no puedan marcar el tablero político e influir en la intención de voto en menos de siete semanas.

El pleno de constitución de la XI legislatura se celebrará el próximo 23 de junio y los 67 parlamentarios prometerán o jurarán en el cargo y es una incógnita saber cuándo abordarán la votación de la investidura de Azcón. Algunos plantean la hipótesis de que se alargue esta posibilidad más allá de la nueva cita electoral para minimizar el hipotético coste de los acuerdos, aunque ello supondría renunciar a la visibilidad que le daría estar ya al frente del Pignatelli.

Lo que resulta indudable es que seguirá ejerciendo de alcalde de Zaragoza hasta el próximo 17 de junio, la fecha prevista para el relevo en los municipios y en la que cederá el testigo a su concejala de Servicios Públicos, Natalia Chueca. Una semana después llegará el turno de las Cortes y ya se verá para entonces por dónde irán las cosas, ya que se decidirá quién preside la institución y la conformación del resto del miembros de la Mesa. Y los sillones podrían ser una valiosa moneda de cambio.

La segunda autoridad de Aragón tendrá entonces una semana para fijar la fecha del primer pleno de investidura, en el que la elección de Azcón deber salir por mayoría absoluta. De no conseguir los 34 votos de respaldo necesarios, el presidente de las Cortes convocará un segundo en el que el líder popular solo requerirá una mayoría simple. El plazo máximo establecido para la votación es de dos meses y, en caso de agotarse, se disolvería de nuevo la Cámara y se convocarían unas nuevas elecciones. Este escenario no ha ocurrido nunca.

Previamente, Azcón tiene previsto reunirse con los ocho partidos que han obtenido representación, además del PP, para abordar las posibilidades de alcanzar acuerdos. Su intención es empezar por el PSOE y seguir en orden decreciente, aunque por el momento no se ha fijado una fecha para iniciar la ronda de contactos, tal y como reconocieron ayer.

1. Alcanzar un acuerdo

La hipótesis que toma más fuerza en estos momentos pasa por alcanzar un acuerdo que asegure únicamente la investidura de Jorge Azcón, para lo que necesitaría más síes que noes en una segunda votación. Los 28 diputados del PP igualan a los que suman los cuatro partidos del bloque de la izquierda -PSOE, CHA, Podemos e IU-, por lo que sería necesario que alguno de los otros tres partidos que formarán parte del hemiciclo le dieran su apoyo y el resto se abstuviera. En el caso de hacerlo los siete parlamentarios de Vox, Azcón lograría la investidura por mayoría absoluta, 35 de los 67 diputados, uno más de los necesarios y se evitaría tener que someterse a una segunda votación, aunque sí lo sería para salir adelante con los tres representantes de Teruel Existe o el único del PAR.

Lo que no parece plausible es que la extrema derecha le vaya a «regalar», utilizando su propia terminología, la investidura sin obtener alguna concesión a cambio. Y como tercer grupo de la Cámara podría lograrlo con la citada elección de los miembros de la Mesa de las Cortes.

También cabría la opción de emular el ejemplo de hace ocho años, cuando la izquierda dio su respaldo a la elección de Javier Lambán tras la firma de un decálogo de compromisos, entre ellos la reducción de altos cargos, el modelo de la televisión pública o la puesta en marcha de un plan de emergencia social. Esto requirió tres semanas de negociación, que se remató con la formación de un gobierno en minoría de PSOE y CHA, que obligó a arduas negociaciones con Podemos a lo largo de la legislatura para sacar adelante los presupuestos de cada año y el paquete normativo.

El único presidente que gobernó en solitario, hace ahora cuarenta años, fue el socialista Santiago Marraco, aunque contaba con 33 de los 66 diputados que había entonces en el hemiciclo aragonés.

2. Acuerdo con PAR en minoría, descartado

La posibilidad de un acuerdo de gobierno en franca minoría con el PAR solo le aseguraría al nuevo presidente contar 29 escaños y resulta una hipótesis descartada de salida. Ni siquiera se entendería en las filas aragonesistas, que han acusado al PP durante los últimos meses de haber dinamitado el partido y estar detrás de una de las escisiones que han sufrido, Aragoneses, que se integró en las listas populares. Esto ha permitido a su lideresa, Elena Allué, salir elegida como parlamentaria y aún está por ver si asumirá de nuevo alguna responsabilidad en el próximo Ejecutivo aragonés.

3.  Pacto con Aragón Existe

El PP también podría pactar con Aragón Existe, que le acercaría a la mayoría absoluta. Jorge Azcón conseguiría tener más síes que noes, siempre que el PAR y Vox se abstuvieran en la votación. En las negociación se podría incluir su alianza en la Diputación Provincial de Teruel (DPT), dado que entre los dos suman mayoría absoluta y esta institución podría ser clave para extender la implantación de Teruel Existe. No obstante, la llave de la gobernabilidad de la DPT está en todo caso en manos de la formación turolense, dado que podría sumar con el PSOE y el apoyo minoritario del PAR.

4. Pacto incómodo para Vox

La suma de los cuatro diputados de Teruel Existe y PAR con los 28 del PP, dejarían al PP a dos escaños de la mayoría absoluta. Esta posibilidad colocaría en una posición incómoda a Vox en las votaciones, dado que de oponerse a las iniciativas de la coalición de Azcón le situaría con el bloque de la izquierda. Esto le generaría desgaste y la necesidad de justificarse ante la opinión pública sin obtener réditos a cambio que poder vender. Eso sí, la aprobación de los presupuestos, la ley más importante de cada año, estaría en sus manos en cualquier opción en la que el PP gobernara en minoría.

El hecho de que pudiera lograr concesiones tampoco le aseguraría de por sí ampliar su base electoral. Solo hay que tomar como ejemplo el primer gobierno de Lambán (PSOE-PAR), que con 20 diputados dependía de los 14 con los que irrumpió Podemos en el Parlamento aragonés: cuatro años después, semejante capital político se redujo en su caso a cinco escaños, mientras el PSOE creció de 18 a 24 escaños y Chunta, de 2 a 3.

5. Pacto PP y Vox, descartado

De antemano, el último de los escenarios posibles está descartado que se vislumbre antes de las elecciones generales, un pacto de PP y Vox para gobernar con mayoría absoluta, para evitar acudir a la cita con las urnas con un perfil escorado a la derecha que pudiera utiliza la izquierda. En las filas del PP consideran que lo normal sería empezar a gobernar en solitario, esperar al desenlace del panorama político nacional y abordar después la negociación de los primeros presupuestos autonómicos de Azcón.

Este podría ser el verdadero rubicón en el entendimiento de los conservadores con la extrema derecha, aunque Jorge Azcón parte con ventaja tras haber dependido durante los últimos cuatro años de los votos de Vox para sacar adelante las cuentas del Ayuntamiento de Zaragoza. Y lo ha hecho sin apenas sufrir desgaste y esquivando con verdadera cintura política los temas más polémicos de la agenda de la extrema derecha, como son los de igualdad y mujer, el cambio climático, las ayudas al desarrollo o las restricciones a la movilidad sostenible.

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