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Preservativos ecológicos y otras formas de ser responsable en la cama

La conciencia sostenible también es aplicable al terreno íntimo y, con pequeños gestos, se puede reducir la huella ecológica derivada del sexo.

Aunque el preservativo no es el único método anticonceptivo, sí es el más común.
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Reciclar es un verbo que ya forma parte de la mayoría de los hogares en España. Así lo demuestran los datos de 2018 ofrecidos por Ecoembes, en donde se refleja que la conciencia ciudadana por el medio ambiente se encuentra en su punto álgido, en comparación con los últimos 20 años. Y es que se calcula que, de media, el pasado año cada ciudadano separó y depositó en los contenedores amarillos de la calle 15,7 kilogramos de envases de plástico, latas y 'briks'.

Pero no solo de la 'Triple R' vive la sostenibilidad: otros campos como el de la alimentación, a través del auge de la compra a granel o la prohibición de regalar bolsas de plástico, también se han sumado a una tendencia al alza con la que se busca revertir los efectos del cambio climático y la ya evidente destrucción de los polos.

Ante la creciente demanda de prácticas más ecológicas que dejen el menor impacto ambiental, cada vez son más los que buscan alternativas más sostenibles a sus hábitos sexuales, bien sea a los preservativos o los geles de masajes eróticos, entre otros elementos. Para facilitar la tarea, y concienciar de que la mayoría de las prácticas humanas dejan huella en el medio ambiente, en la web de Greenpeace España cuentan con una completa guía ecosexual que acerca algunos de los 'tips' más aconsejables para mantener relaciones sin perjudicar al planeta.

Claves para tener una vida erótica sostenible

  • Los preservativos

    Teniendo siempre en cuenta que lo primordial de los profilácticos es que sirvan de barrera natural para las ETS y los embarazos no deseados, hay que buscar alternativas con un menor impacto ambiental que permitan mantener relaciones seguras y no contaminantes. Así, se puede optar por preservativos fabricados con materiales orgánicos, como el caucho, o veganos (eliminan de su composición una proteína derivada de la leche, llamada caseína, que aporta elasticidad al látex). No obstante, conviene revisar que los elegidos cuentan con el sello de Sanidad que nos garantiza que ha pasado los controles obligatorios para estos productos.

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  • Lubricantes y otros geles

    Según un estudio de Harvard, el uso de lubricantes y otros geles eróticos puede aumentar la experiencia sexual. Sin embargo, no hay por qué optar por aquellos de formulación farmacológica si no es necesario (y tras contar, siempre, con la opinión de nuestro médico de cabecera). Existen productos naturales, como el aceite de coco o el aloe vera, que pueden ejercer esta función, sin contaminar. Eso sí, hay que asegurarse que estos lubricantes 'eco' no pueden interferir en la efectividad del método anticonceptivo que se use

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  • Juguetes ecológicos

    Muchos de los objetos que se utilizan para mejorar la experiencia sexual, ya sean accesorios o ropa, están fabricados con policloruro de vinilo, más conocido como PVC, un material derivado del petróleo que puede resultar muy tóxico. Por ello, es mejor decantarse por juguetes fabricados con vidrio o caucho reciclado y que, además, tengan pilas recargables. 

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  • Mejor, con la luz apagada

    Aunque no pasa nada por llevar a cabo este fetiche de vez en cuando, ahorrar en luz es bueno para el planeta (y también para nuestro bolsillo). Lo mismo ocurre con las duchas eróticas, con la calefacción, en invierno, o con el aire acondicionado, en verano; son elementos prescindibles de los que conviene no abusar si se quiere respetar el medio ambiente. Además, puede ser una buena oportunidad para echarle imaginación y dar con nuevas prácticas eróticas que, además, no dejen huella. 

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