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Póngame un plato de estrella Michelin para llevar

Restaurantes aragoneses de alta cocina como Cancook o Casa Pedro acaban de estrenar sus servicios de comida para llevar. Otros, como el Tatau, lo tienen en mente. Una línea de negocio que, coinciden todos ellos, ha venido para quedarse.

Resulta que un país que hace de la de vida en la calle su santo y seña tuvo que meterse en casa. En ese tiempo, tres meses, ciertas modas y costumbres echaron a andar o se intensificaron. Algunas, dicen, han llegado para quedarse. En el sector de la hostelería y entre los cocineros parece haber consenso en que es el caso de la comida para llevar o a domicilio. Entre los que en estas semanas de confinamiento, porque no quedaba otra, han optado por traerse la fiesta gastronómica a casa, hay muchos que le han cogido el gusto.

Pero el salto no ha sido solo cuantitativo. La 'nueva normalidad' ha logrado que los conceptos de 'delivery' o de 'take away' no vayan ligados consustancialmente a las pizzas, las hamburguesas o los kebabs.

Ahora, uno puede llevarse a casa hasta una estrella Michelin. Dabiz Muñoz con su propuesta GoXo, Punto Mx, Gofio, Kabuky o Coque (con Coquetto) son solo algunos de los restaurantes laureados que en Madrid se han lanzado a llevar su comida a las casas.

Una tendencia que ya ha llegado a Zaragoza donde, por ejemplo, dos de sus templos de alta cocina, como Cancook (una estrella Michelin) y Casa Pedro (cuyos chefs, los hermanos Carcas, ganaron en 2109 el Certamen Nacional de Gastronomía) han puesto en marcha desde hace poco más de una semana sendos servicios para llevar a casa.

Pero, ¿puede trasladarse al hogar la experiencia de un restaurante de alta cocina, en el que cada detalle cuenta?

"La comida para llevar y la experiencia en sala no tienen por qué ser incompatibles", opina Diego Millán, de Cancook. "En nuestro caso lo que hacemos es recurrir a exactamente a los mismos productos de calidad que usamos en el restaurante, pero en ocasiones con recetas más sencillas".

"La comida para llevar y la experiencia en sala no tienen por qué ser incompatibles".
Diego Millán, de Cancook.

En Cancook, su cocina de puertas para afuera descansa sobre tres patas. Por un lado, los comensales caseros pueden elegir del menú (en el que figuran algunas de sus platos más exitosos que nunca faltan, como el tartar de chuleta a la brasa o la menestra). Por otro, el restaurante ofrece un pic-nic (de platos más informales y pensados, incluso, para ser tomados, como su nombre sugiere, en plan campestre). "Tiene un precio muy asequible, de 26 euros para dos personas. La idea es que se pueda disfrutar también al aire libre, en el parque, que lo tenemos tan cerca...". El pic-nic incluye recetas pensadas para esta fórmula, como unas empanadillas de pollo al curry o unas focaccias que aparecen en el menú de degustación. Todo es elaborado en el restaurante. Además, Cancook prepara desayunos (con la idea de servir de regalo o auto-homenaje), con productos lácteos de Torre Conde, brioches, mermelada casera o su pan y su mantequilla, unas recetas estrella que, cuenta Diego, "hace años que los clientes nos dicen que vendamos para poder llevarlas a casa".

En Casa Pedro, la idea es que los clientes elijan de la carta. Eso sí, durante los días de confinamiento los hermanos Carcas la rediseñaron pensando en esta posibilidad. Sin renunciar a su estilo en la cocina ni a la calidad de los productos, han optado por unas recetas "más sencillas", acordes también con los tiempos de incertidumbre y unos aforos y unos equipos de cocina a la fuerza reducidos.

Así, los famosos canelones de Casa Pedro o sus caracoles pueden ahora llevarse a casa.

Tanto en Cancook como en Casa Pedro una de las mayores preocupaciones es que estos platos lleguen al destino en las mejores condiciones posibles.

En este sentido, ambos, para empezar, han preferido optar por el 'take away', en lugar de por el reparto a domiclio, ya que al entregarse en mano en el local entienden que se aseguran mayor control sobre los platos.

La temperatura de los mismos es también fundamental, motivo por el que apalabran con el cliente la hora de entrega. "Incluso preferimos que el cliente tenga que esperar un poco, porque lo hacemos todo al momento", explican en Casa Pedro.

En ambos restaurantes coinciden en que la presentación es muy importante. Apuestan por materiales sostenibles y reciclables. Y por un diseño de los envases acorde al de sus platos en sala.

En Cancook y Casa Pedro valoran, de momento, positivamente la experiencia. Han tenido clientela variada: familias que no querían que la abuela saliera de casa o parejas de aniversario...

Para Carcas es "un servicio más". "A los españoles nos gusta salir, pero siempre hay un día en el que te apetece darte un capricho en casa o el restaurante está lleno y de esta manera no tienes por qué renunciar".

Mientras, otros restaurante de nivel lo del "para llevar" lo mantienen en pausa, aunque, también, en mente.

Es el caso del Tatau, una de las estrellas Michelin que atesora Huesca. Arancha Sáinz, una de sus responsables, explica que la comida para llevar es una idea que ya les rondaba antes de que llegara la pandemia. De hecho, cuando el restaurante daba sus primeros pasos era un servicio que se daba un día a la semana. Sin embargo, si bien Arancha opina que "el 'delivery' es uno de los negocios del futuro que merece la pena explorar porque ha llegado para quedarse", en Tatau se van a dar un tiempo.

"Queremos ver primero cómo va todo con nuestra clientela presencial y cómo responde. Aún no estamos el equipo al 100% y no queremos sobresaturar la cadena de producción". No obstante, en Tatau tienen toda la estrategia pensada, incluso los envases en los almacenes. Para ellos, la comida para llevar a casa es un "complemento estupendo pero, por ahora, un plan B". 

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