sociedad

¿Qué profesiones parecen llamadas a extinguirse en pocos años?

Los avances tecnológicos y los cambios de costumbres hacen que varíe la demanda de empleo, pero también hay oficios que desaparecen casi de forma sorpresiva.

Una imagen de la serie 'Las chicas del cable'.
Una imagen de la serie 'Las chicas del cable'.
Heraldo

Los ‘millennials’ que ven ‘Las chicas del cable’ siguen las tramas con más o menos interés, pero no entienden muy bien qué hacen aquellas jóvenes con las clavijas de aquí para allá. El de telefonista fue un empleo “de futuro” en los años 60 y apenas medio siglo después ha desaparecido por completo. La tecnología, el cambio de costumbres o, incluso, algunas decisiones políticas hacen que haya profesiones que estén llamadas a extinguirse, aunque la vigencia de muchas otras (agentes de viajes, carteros, maquinistas...) admiten discusión.

El mercado laboral no es un tablero sencillo sobre el que hacer predicciones. De vuelta al ejemplo de ‘Las chicas del cable’, fueron miles de operadoras las que encontraron trabajo en las décadas de los 60 y 70, lo que fomentó también la emancipación de la mujer. El sistema telefónico español se adjudicó en 1924, en la dictadura de Primo de Rivera, a una germinal Compañía Telefónica Nacional de España. No sería hasta después de la Guerra Civil cuando todo el territorio se llenó de postes y cables y, de hecho, cuentan que en la década de 1960 “el teléfono era la tecnología del momento” y muchas jóvenes rechazaron ser comerciales en grandes almacenes (el Sepu o Galerías Preciados tenían mejores honorarios) para ser telefonistas. Poco podían imaginar entonces que las centralitas manuales tenían los días contados (la última se cerró en 1988) y que las telecomunicaciones seguirían su expansión por otros caminos mucho más virtuales.

En la consultoría aragonesa de Recursos Humanos Verker explican que ha habido otros trabajos extintos en los que apenas reparamos. Citan de ejemplo los faroleros, que eran quienes prendían el alumbrado público antes de que se popularizara la electricidad, o el propio sereno, que vigilaba las calles y las fincas por la noche y tenía acceso a todos los portales de su zona. “Aunque no lo parezca ya hay un 30% del trabajo que es realizado de forma automática por máquinas. Es importante no dar la espalda a esta realidad porque de aquí a 2030 hay trabajos que es muy probable que desaparezcan”, señalan en Verker, donde también cuentan que antaño existían los ‘lectores de fábrica’, esto es, trabajadores que leían en voz alta artículos de prensa cuando la radio era un aparato de lujo solo al alcance de unos pocos.

La gran mayoría de trabajos que se están perdiendo son artesanales y, en ocasiones, se recrean en salones antropológicos o -con muchas licencias- en mercados medievales donde resurgen los herreros o los sopladores de vidrio. Muchos de ellos, no obstante, siguen siendo demandados aunque de forma casi más anecdótica. ¿Un ejemplo? Recientemente se han restaurado las vidrieras artísticas del Ayuntamiento de Zaragoza. A mediados del siglo XX había tres empresas en la ciudad que hubieran asumir tal encargo, pero ya solo queda una, Cristacolor. En su taller, además, han pasado en pocos años de ser una veintena de trabajadores a estar apenas tres especialistas.

Desde 2000 unos 400.000 puestos de operarios en Europa han sido ya ocupados por máquinas 

Sobre los trabajos que podrían desaparecer en un futuro más o menos inmediato no hay un excesivo consenso. Hay quienes que creen que portales como Booking, Skyscanner, Airbnb o las propias webs de las aerolíneas pueden comprometer la viabilidad de las agencias de viajes, pero el sector afirma que trabajo no le falta. De hecho, las administraciones trabajan con estas agencias y no hay que olvidar que hay una gran parte de la población que vive ajena a las nuevas tecnologías -el Imserso sigue estimulando el turismo- y que no es precisamente nativo digital.

Otra área que parecía que podía estar dando sus últimos coletazos era el de los repartidores y carteros, pero la pandemia y el crecimiento del comercio electrónico les ha dado nuevas alas. Tantas, que en Amazon están haciendo experimentos para poder llevar sus pedidos con drones, lo que -de llegar a funcionar- sí daría una estocada a estos trabajadores.

Sobre los conductores podría decirse tres cuartos de lo mismo porque la tendencia parece a que cada vez más la automoción experimente con vehículos autónomos en los que no son necesarios los pilotos. No obstante, las pruebas completadas hasta la fecha no han sido satisfactorias y la actual crisis por la falta de suministros da a entender que la demanda de transportistas y, sobre todo, camioneros es un hecho patente.

Los peajes que se están desmontando de la AP-2 a la altura de Pina de Ebro.
Los peajes que se están desmontando de la AP-2 a la altura de Pina de Ebro.
Guillermo Mestre

La consultora Adecco publica cada año sus informes sobre ‘oportunidades laborales’ y analiza en qué sectores es más probable encontrar empleo si se está en paro. Este 2021, aunque las cifras de desempleo y las previsiones macroeconómicas son muy variables, los perfiles que se prevé experimenten mayor demanda son los de especialistas en monitorización de ensayos clínicos (lo que llaman CRA), montadores electromecánicos y operadores de energías renovables. “A pesar del complicado año en materia de empleo, hay sectores que poco a poco van recuperando su tono y otros que no solo no han sufrido de cerca la crisis sino que se han hecho fuertes en esta circunstancia”, explica Roberto Villar, director de Ventas de Adecco.

Desde la empresa de Recursos Humanos señalan que, a pesar de los más de 3,1 millones de desempleados en nuestro país, cerca de un 9% de vacantes se quedan sin cubrir en las compañías por “la escasez de perfiles cualificados o por los salarios poco competitivos”. También es cierto que se ha detectado “una menor disposición a la movilidad de los trabajadores y de los desempleados provocada por la crisis sanitaria y las restricciones a la movilidad”. En el caso de Aragón, entre los perfiles deficitarios citan “técnicos de mantenimiento (torneros, fresadores, soldadores...), conductores, mecánicos y personal sanitario”. En concreto, también apuntan que en la provincia de Huesca se echan en falta “cocineros y camareros cualificados” una vez se ha recuperado el turismo, mientras que en Teruel el nicho de mercado está en los comerciales, que pueden llegar a ganar hasta 18.000 euros brutos anuales. 

Por descontado, también se espera que aumenten los nuevos trabajos que tengan que ver con el venidero multiverso y las recreaciones virtuales, aunque en muchas ocasiones estos puestos pueden ser una burbuja que se desinfle más rápido que, por ejemplo, los establecimientos de cigarrillos electrónicos que brotaron como setas hace apenas diez años.

¿Es posible que en un futuro próximo haya labores que asuman directamente los robots? Hay motivos para pensar que sí, dado que conforme se va especializando la industria desaparecen arduos trabajos que asumían las personas. Desde el año 2000 unos 400.000 puestos de operarios en Europa han sido ya ocupados por máquinas y los expertos en legislación laboral creen que esta tendencia seguirá incrementándose en las próximas décadas. En este sentido, no es baladí recordar que hace unos meses llegó a Zaragoza el primer robot-camarero, si bien es cierto que el bar que lo trajo lo tiene ahora apagado como una mera atracción en una esquina del local y Mulán -que así se llamaba el androide- apenas ejerce. En contraposición siempre aparecen sorpresas inesperadas... ¿Quién iba a imaginar que en un pueblo del Pirineo se ofreciera una plaza de filósofo municipal? Como se ha dicho, pocas previsiones se pueden hacer respecto al mercado laboral.

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