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La denuncia de una madre por visibilizar una discapacidad 'invisible': "No busco la multa, solo concienciación y respeto"

María Sánchez, madre de Izan, relata los problemas de aparcamiento que encuentra al llevar a su hijo al colegio, donde algunos padres han llegado a insultarla y cuestionar la discapacidad del pequeño, de 8 años. 

María Sánchez, junto a su hijo Izan, en una de las plazas reservadas para personas con movilidad reducida.
María Sánchez, junto a su hijo Izan, en una de las plazas reservadas para personas con movilidad reducida.
Francisco Jiménez

Encontrar una plaza libre de aparcamiento para personas con discapacidad se ha convertido casi en una cuestión de "suerte" para aquellas familias (con el derecho reconocido) que llevan a sus hijos en coche al CEIP Lucien Briet de Zaragoza, que tiene la entrada de Primaria en Alberto Casañal (calle de un solo carril). 

"El problema que yo me encuentro es que las dos plazas con discapacidad están empleadas por padres que no tienen baremos de movilidad reducida y cuando les pides amablemente que muevan el vehículo no lo mueven, te amenazan o te dicen que ellos también vienen a dejar a su hijo al colegio o directamente que a tu hijo no le ven nada y que no entienden por qué tienes la tarjeta", denuncia María Sánchez, madre de Izan, un niño de 8 años, con discapacidad reconocida desde hace dos, por los diversos trastornos que padece, entre ellos un déficit de atención grave y un trastorno de conducta negativista desafiante que tiende a agravarse con el malestar que le provocan al pequeño los enfrentamientos, el ruido o el sonido del claxon.

"Mi hijo padece un trastorno del procesamiento sensorial, que es lo que más le puede afectar a la hora de venir al colegio, porque no procesa igual los pitidos de los coches ni las voces. Su propia discapacidad le puede causar un problema a la hora de cruzar un paso de cebra o que se piense que una persona le ha mirado mal y se lance a la carrera... Por eso, aunque no vivimos lejos, si ha tenido una crisis previa en casa o es previsible que no tenga un buen camino o una buena ruta escolar es mejor llevarle en coche", explica esta madre, con la única voluntad de concienciar al resto de padres de la situación que viven estos menores, cuya discapacidad -a simple vista- pasa para muchos desapercibida. "En los últimos días he tenido amenazas, he tenido risas y me han llegado a levantar la mano por pedirle por favor a una persona que mueva el coche. La consecuencia última de todo esto es que mi hijo tiene que entrar tarde al centro y que es un mal trago, no por mí, sino porque Izan no es sordo... oye lo que le están diciendo y dentro de su discapacidad no soporta los ruidos fuertes; el tener que pitar con el coche para él ya es un problema; es entrar mal al colegio, que se tenga que tapar los oídos o que lo tenga que hacer muchas veces su hermana gemela para tranquilizarle, que es la que se encarga de consolarlo", explica esta zaragozana. 

María Sánchez, junto a su hijo Izan, en una de las dos plazas reservadas para personas con movilidad reducida.
María Sánchez lleva a su hijo Izan, de 8 años, al colegio.
Francisco Jiménez
"No todas las discapacidades son visibles ni implican que el niño vaya en silla de ruedas o con muletas"

Para tratar de sensibilizar al resto de la ciudadanía, María decidió comprarse hace unos días una pegatina con la que busca combatir el desconocimiento que, a su juicio, está detrás de este tipo de reacciones por parte de gente que es ajena a este mundo. "He tenido que poner esta etiqueta en la parte de atrás del coche para concienciar a la gente de que no todo el mundo que tiene el baremo de la movilidad reducida implica que vaya en una silla de ruedas o con muletas. No todas las discapacidades son visibles y la gente de a pie no es quién para valorar eso. En el mundo de la discapacidad hay niños con trastornos del espectro autista, con TDAH graves, con trastornos graves de la conducta que tienen ese baremo de la movilidad reducida reconocido, como es el caso de mi hijo", puntualiza esta zaragozana, que tras los últimos "encontronazos" que ha sufrido a las puertas del colegio, ha tenido que recurrir a la Policía Local de Zaragoza para pedirle colaboración en esta causa. 

"Igual que vienen a la puerta de Infantil a controlar el tráfico, les comenté si había posibilidad de venir a la entrada de Primaria, pero me han dicho que no tienen suficientes efectivos como para venir varios días seguidos a controlar la situación", indica María, no sin antes dejar claro cuál es su intención detrás de esos avisos. 

María Sánchez, madre de Izan, relata los problemas de aparcamiento que encuentra al llevar a su hijo al colegio, donde algunos padres han llegado a insultarla y cuestionar la discapacidad del pequeño, de 8 años.

"Yo no busco la multa con esto, quiero la concienciación y el respeto. Estos niños ya tienen bastantes problemas a lo largo de su día a día para todo, porque para mi hijo es una dificultad hasta ir a comprar, como para que aun encima les añadamos la dificultad de que tengan que entrar tarde o mal a su centro educativo porque han visto un conflicto del cual se sienten culpables. Mi hijo me ha llegado a decir que se siente así, o ha tenido que entrar llorando al colegio o tarde directamente porque en lo que ese padre ha llegado al centro y ha dejado a su hijo, yo me he encontrado con que a mí me han cerrado la puerta y he tenido que dar toda la vuelta para ir a la otra entrada", describe esta madre, que ha puesto en conocimiento de la Asociación de Familias Escolares (AFE Albada) el problema de aparcamiento con el que tiene que lidiar a diario desde que el pasado mes de diciembre le concedieron la tarjeta de movilidad a su hijo de ocho años. 

"No puedo permitirme el lujo de discutir o estar llamando a la policía porque mi hijo pierde terapia ese día"
Varios coches aparcados en doble fila a la entrada del CEIP Lucien Briet de Zaragoza, este miércoles.
Varios coches aparcados en doble fila a la entrada del CEIP Lucien Briet de Zaragoza, este miércoles.
Francisco Jiménez

"El problema lo tenemos desde diciembre, pero esto es una constante. Antes de que mi hijo tuviera la discapacidad reconocida yo ya me daba cuenta de cómo se invadían siempre las plazas. Al final es una calle de un solo carril, en la que los estacionamientos están prácticamente llenos; se ponen coches en doble fila y en el momento que se llena la doble fila se invade hasta la zona de discapacidad y la zona del autobús, que más de una vez ha venido a las 9.00 y no ha podido meterse en el propio aparcamiento que tiene reservado para personas con movilidad reducida", señala esta madre, que tres veces a la semana lleva a su hijo a terapia a la Asociación Autismo Aragón. Motivo por el cual, recuerda a otras familias el doble coste que entraña para el chico entrar tarde al colegio o retrasar su salida. "Izan empalma desde las 12.30 (que sale del centro) las clases con la terapia en otro sitio a la 13.00. Yo no puedo permitirme el lujo de discutir o estar llamando a la policía porque mi hijo pierde terapia ese día", afirma esta zaragozana. 

La Asociación Parkinson Aragón, enfrente del colegio

Enfrente del colegio se encuentra la Asociación Parkinson Aragón, a la que acuden todos los días usuarios, en su mayoría ancianos, que necesitan terapia o rehabilitación para retrasar el avance y el deterioro cognitivo que produce esta enfermedad. María García, trabajadora social de esta entidad, da también fe de la problemática que hay en relación a este tipo de aparcamientos reservados para personas con movilidad reducida.

"Estas plazas las solicitamos desde la asociación para usarlas en el horario en el que estamos abiertos con tarjeta de movilidad reducida, y una vez que cerramos ya las puede utilizar cualquier persona, como contempla la señal", indica esta profesional. En su caso, reconoce que en alguna ocasión también han tenido que llamar a la policía porque se incumple de manera grave la normativa. "No llamamos automáticamente, sino que esperamos un poco porque hay veces que también la gente lo necesita, pero alguna vez han tenido que venir y retirar el coche", apostilla.

Varias señales, enfrente del colegio, y justo delante de la puerta trasera de la Asociación Parkinson Aragón, en Alberto Casañal.
Varias señales, enfrente del colegio, y justo delante de la puerta trasera de la Asociación Parkinson Aragón, en Alberto Casañal.
Francisco Jiménez

De hecho, en una de las señales que advierten de la prohibición de aparcar en estas plazas sin la tarjeta que acredite el derecho a usarlas se puede observar el rastro de una pegatina que dejó la grúa en esta calle, a la altura del colegio y de la asociación. 

¿La solución para que se respeten estas plazas? A juicio de esta trabajadora social, es una cuestión de "civismo", que nace de "cada persona" y "pasa por respetar estos espacios, que son muy reducidos en toda la ciudad para las personas que tienen estas dificultades. Motivo por el cual, con más razón, hay que respetarlos", subraya esta trabajadora.

Un vehículo invade una plaza de movilidad reducida en la hora de entrada al colegio, a las 9.00.
Un vehículo invade una plaza de movilidad reducida en la hora de entrada al colegio, a las 9.00.
Francisco Jiménez

Minerva Rodríguez, miembro de la AFE Albada del CEIP Lucien Briet y madre de una alumna de seis años, conoce también esta situación por la mamá de Izan, que lo puso en conocimiento de la asociación después de los últimos "encontronazos" a las puertas del colegio. "María es una mamá que tiene la necesidad de usar estas plazas de aparcamiento y se encuentra por las mañanas con que no puede acceder a ellas para poder aparcar y dejar a su hijo en el horario escolar. Siempre tiene que entrar tarde o discutir con padres para que le dejen utilizarlas…", reconoce esta zaragozana, que rompe una lanza a favor de esta familia. 

"Yo considero que el problema está en cada uno de nosotros y hay que saber ponerse en el lugar del otro y decir: 'si yo tuviera que usarlas, me gustaría que me lo respetaran'. Por tanto, en el momento que hay esa necesidad, el resto de padres debemos hacer el esfuerzo y concienciarnos sobre el respeto. Porque los niños, de puertas para adentro, todos se respetan y se ayudan entre ellos", confiesa esta madre, que hace hincapié en la "buena voluntad" que hay siempre por parte del centro a este respecto. 

De hecho, aunque el Colegio Público Lucien Briet es centro preferente TEA, en él hay matriculados también alumnos con diferentes necesidades de apoyo educativo. "El colegio está muy implicado en el tema de la educación inclusiva y, de hecho, desde la asociación se han puesto ya varias quejas porque tenemos más niños en el colegio que medios y siempre nos han apoyado desde el equipo directivo y el claustro. La propia orientadora es la que nos anima a poner la queja porque va hasta arriba de trabajo, y solo han puesto a una persona a media jornada...", asegura esta madre.  

También a este respecto se ha movilizado María Sánchez, madre de Izan, que al lado de otras familias ha puesto ya varias quejas en Educación para hacer valer el derecho de sus hijos a acceder a estos recursos humanos que por ley tienen reconocidos y autorizados. En lo que respecta al tema del aparcamiento, desde la AFA subrayan que tanto las familias como el propio cole están planeando pedir colaboración y "respeto" a esas plazas en un "bando" público que realizarán en los próximos días a través del blog o las redes sociales del colegio para que los padres que realmente necesiten esas plazas puedan hacer uso correctamente de ellas. 

Por su parte, la Policía Local de Zaragoza recuerda que estos estacionamientos están destinados a aquellos usuarios que tienen la tarjeta de movilidad reducida concedida (porque así lo ha autorizado la DGA, que es la responsable de hacer esta valoración), y que dichas plazas pueden ser utilizadas por cualquier vehículo que transporte a esta persona. Es decir, "no va asignada al coche sino al titular de la misma". 

En relación a la situación que denuncia esta familia, los agentes reiteran su compromiso a la hora de velar por la reserva de estos espacios para personas con movilidad reducida. "Es uno de los servicios a los que prestamos mucha atención. Son infracciones que el Reglamento General de Circulación contempla como graves (art. 94.2 y 91.2), tanto el paso rebajado de las aceras como el estacionamiento en zonas así señalizadas. En vehículo estacionado en estas zonas, además de la correspondiente denuncia, puede ser retirado al depósito municipal de vehículos, al objeto de que la zona quede transitable o utilizable por el usuario acreditado", concluyen las mismas fuentes.

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