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La cantante Patricia Romo se 'reinventa': "Canto en la calle porque lo necesito"

La portavoz de la Plataforma de Artistas de Calle de Zaragoza recuerda que para muchos compañeros ser músico callejero es el único recurso que tienen tras la cancelación de conciertos por la pandemia.

La cantante Patricia Romo en el paseo de la Independencia de Zaragoza.
La cantante Patricia Romo en el paseo de la Independencia de Zaragoza.
Francisco Jiménez

La cantante profesional y 'vocal coach' Patricia Romo recuerda que durante los meses de confinamiento en el primer estado de alarma por la covid cantaba a sus vecinos después de los aplausos de las ocho de la tarde desde los balcones. "Me daban las gracias; eso les sacaba un poco de la realidad que estábamos viviendo. La cultura es lo que salvó a la gente", reflexiona esta joven zaragozana ante el poder transformador de la música. Desde finales de junio, ha cambiado su barrio por las calles del centro de Zaragoza, donde se la puede escuchar de miércoles a domingo -por las mañanas- cantando temas propios y versionando a otros artistas 'empujada' -como otros muchos músicos aragoneses- a 'reinventarse' ante la cancelación de conciertos por la crisis sanitaria. "No he hecho ninguno desde la pandemia", afirma.

La cantante profesional y vocalcoach Patricia Romo recuerda que durante los meses de confinamiento en el primer estado de alarma por la covid cantaba a sus vecinos después de los aplausos de las ocho de la tarde desde los balcones. "Me daban las gracias; eso les sacaba un poco de la realidad que estábamos viviendo.

Romo lleva viviendo de la música "con mucho esfuerzo y constancia" desde los 17 años. De cantar como solista en orquestas pasó a salas con guitarra y voz y después a actuar junto al músico Javier García, con quien grabó un disco ('Quise creer') en 2015. "Todos los fines de semana teníamos un concierto tanto en la ciudad como por pueblos y también nos llamaban para fiestas, cumpleaños...", cuenta. Además, desde hace 6 años ejerce como 'vocal coach' y en la actualidad da clases en dos Casas de la Juventud, en el reformatorio y a particulares. 

Fueron precisamente sus alumnos los que la animaron a sacarse la licencia a finales de 2019 para poder cantar con ellos en la calle algún día y vivir una experiencia que tenía pendiente. Y a buena hora porque para ella ha sido "una salvación". "Es una manera de hacer lo que te gusta y ponerlo al servicio de una sociedad que ahora más que nunca necesita el arte. Yo salgo a la calle porque necesito cantar (me sana el alma) y me sirve como complemento económico; es un extra. Sin embargo, para muchos artistas es el único recurso que tienen a día de hoy, pero no creo que les dé para vivir. Por eso es importante apoyar el arte en la calle", asegura la también portavoz de la Plataforma de Artistas de Calle de Zaragoza (PACZ), constituida el pasado junio con la finalidad de agrupar al colectivo para tener representación "lícita ante los diferentes organismos públicos y administraciones".

Reivindicaciones de la PACZ

Según fuentes municipales, en Zaragoza hay 60 licencias otorgadas, de las cuales 45 van destinadas a músicos y 15 a otras disciplinas artísticas. A finales de enero, el Ayuntamiento ajustó los horarios a los músicos callejeros -adaptándolos a las restricciones del Gobierno aragonés- después de que numerosas personas se concentraran un sábado por la tarde para escuchar al artista Big Moon en la calle Alfonso.

Para Patricia Romo, el del cantante senegalés es un "caso aislado" y recuerda que la Plataforma cuenta con un protocolo covid. "Dejamos claro que ante una posible aglomeración anunciamos por micrófono que guarden la distancia de seguridad y si no nos hacen caso paramos la actuación", señala.

La portavoz de la PACZ pide que se les deje tocar de forma ininterrumpida de 11.00 a 18.00 los fines de semana ("ahora es de 11.00 a 14.00 y de 17.00 a 18.00 y no compensa salir por la tarde"), que puedan actuar también los lunes y martes y que amplíen los emplazamientos ("en barrios"), entre otras reivindicaciones. "Y vamos a pedir que nos extiendan las licencias hasta diciembre porque no sabemos si van a sacar una convocatoria para solicitarlas", añade.

De cara al futuro del sector, esta cantante zaragozana quiere ser optimista y confía que poco a poco "nos vayamos dando cuenta de que la cultura es segura". "Hay que buscar siempre el lado positivo sin dejar de reivindicar que el arte no pare", indica. Con esa esperanza trabaja en un nuevo disco en coproducción con Cuba. "Es un sueño hecho realidad porque la isla caribeña siempre ha tenido mucha influencia en mis canciones".

Y, tras siete meses tocando en la calle, ¿cuál es su experiencia como música callejera? "Muy positiva", responde sin dudarlo. "Un día estaba cantando 'Gracias a la vida', se me acercó una mujer y me dijo: 'Tu voz me acaba de sanar. Lo que estás haciendo es mucho más grande de lo que ves'. El día anterior había muerto su marido y esa era su canción favorita. Se me acerca gente que me da las gracias por 'devolverles a lo bello'. Es muy bonito poder salir a la calle como artista y transmutar el miedo y la incertidumbre", subraya.

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