covid-19

Aragón vive su verano más difícil con 20.000 casos de coronavirus y 273 fallecidos más desde julio

La Comunidad sigue en vías de controlar los rebrotes originados tras el salto a la nueva normalidad después de dos meses sin descanso marcados por las nuevas restricciones y el desplome del turismo.

Pruebas a los trabajadores de La Espesa, en Zaidín, tras detectarse el brote de covid
Pruebas a los trabajadores de La Espesa, en Zaidín, tras detectarse el brote de covid
DGA

Aragón ha tenido que lidiar en los dos últimos meses con los peores registros de España tras una explosión de rebrotes que aún está en vías de controlar. La Comunidad ha encabezado las estadísticas nacionales con semanas de más de 400 casos diarios y picos de cerca de 700. Y pese a que Madrid, País Vasco, Andalucía y Cataluña son ahora las regiones que más positivos notifican, Aragón sigue entre las que más casos tienen por cada 100.000 habitantes, con una tasa de 144,4 en los últimos siete días, según los últimos datos del Ministerio de Sanidad. El coronavirus ha hecho que este mes de agosto no haya habido orquestas ni encierros en los pueblos, que no se pueda salir de casa sin mascarilla, que no haya ocio nocturno y que los bares y restaurantes tengan que cerrar a la 1.00.

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La Comunidad terminó la desescalada con apenas 18 positivos confirmados, pero su entrada en la denominada nueva normalidad tardó horas en torcerse. El 22 de junio, la DGA anunció el retroceso de las comarcas de Bajo Cinca, Cinca Medio y La Litera a una fase 2 flexibilizada, restricciones que, menos de 24 horas después, se extendieron a la de Bajo-Aragón Caspe. Estas fueron las primeras de las muchas medidas que ha tenido que tomar el Ejecutivo para frenar la propagación del virus, que ha provocado un desplome en la recaudación de impuestos y ha hecho que cientos de negocios estén al borde del cierre o, directamente, hayan tenido que cesar su actividad.

Turismo

TURISMO EN LA PLAZA DEL PILAR / 23-08-2020 / FOTOS: FRANCISCO JIMENEZ [[[FOTOGRAFOS]]]
Una pareja de turistas, ayer, en el pasaje del Ciclón de Zaragoza.
FRANCISCO JIMENEZ

En febrero, nadie podría haber imaginado un verano sin turistas extranjeros. Sobre todo, tras las buenas cifras de 2019 y el prometedor arranque de 2020, que apuntaba a un año de récord. Todo cambió con los rebrotes, que provocaron una cascada de cancelaciones que se vieron agravadas por las recomendaciones de países como Bélgica, Francia o Alemania de no viajar a la Comunidad. Solo la provincia de Huesca, impulsada por el turismo de naturaleza y las segundas residencias, da por salvada una temporada que en Zaragoza y Teruel ha sido "crítica". Los datos oficiales certifican el desplome. En junio, cuando todavía imperaban el estado de alarma y las restricciones de movilidad, el turismo cayó más de un 83% y en julio, un 50%. Este también ha sido el verano más difícil para las agencias de viajes, que, tras ver caer su facturación, miran con incertidumbre al horizonte.

Empleo

Un hombre fuma en una de las terrazas del paseo de la Independencia de Zaragoza.
Un hombre fuma en una de las terrazas del paseo de la Independencia de Zaragoza.
Oliver Duch

Hosteleros, feriantes y empresarios del sector de los espectáculos han sido otros de los colectivos más golpeados por la crisis sanitaria este verano. El paro dio un pequeño respiro en julio, último mes del que se tienen datos, con 675 desempleados menos que en junio, aunque sigue habiendo 15.331 más que hace un año y el total no baja de los 75.785, con los rebrotes como el mayor riesgo para el mercado laboral.

El coronavirus ha eclipsado a cualquier otro tema de conversación este verano. La covid-19 ha obligado a retrasar bodas y comuniones hasta 2021, a cancelar viajes al extranjero y a limitar la vida social y las reuniones familiares. Las medidas adoptadas por el Gobierno central y el Ejecutivo de Javier Lambán han puesto en contra a la hostelería y al ocio nocturno. Los primeros llevaron a la DGA ante los tribunales por el cierre a la 1.00, un conflicto que todavía está pendiente de resolución por parte del Tribunal Superior de Justicia de Aragón.

Nuevas medidas

Desde el lunes, la Policía Local ha puesto 485 denuncias por no llevar mascarilla en Zaragoza
Varias personas pasean con mascarilla por el centro de Zaragoza
Guillermo Mestre

La situación ha ido complicándose por semanas, sin que por el momento se aprecie una mejoría lo suficientemente significativa como para empezar a pensar en el salto de Zaragoza y la Comarca Central a la nueva normalidad. Julio comenzó relativamente tranquilo, con la Evau más atípica, con alumnos repartidos en 83 sedes y con mascarilla; y la visita de los Reyes a Jaca y San Juan de la Peña. Los brotes en las comarcas en fase 2 parecían controlados y los datos de Zaragoza, con apenas una quincena de positivos en 24 horas, no hacían presagiar las difíciles semanas que se avecinaban. Las primeras complicaciones en municipios como Sádaba, donde un brote dejó aislados a más de un centenar de vecinos, y los primeros casos en Zaragoza capital y Tarazona, obligaron al Gobierno aragonés a aprobar nuevas restricciones y entre los días 12 y 13 anunció el uso obligatorio de mascarilla bajo sanción de 100 euros y el retroceso de la Comarca central y la ciudad de Huesca a la fase 2 flexibilizada. También se limitaron los paseos y las visitas en residencias. 

Para entonces, Aragón registraba el 91,5% de los contagios declarados en toda España. La situación llevó al Ejecutivo a pasar a Barbastro a la fase 2 flexibilizada y a pedir limitar la movilidad y no salir de casa en Zaragoza y toda la Comarca Central, una llamada a la responsabilidad que, según admitió la consejera de Sanidad, Sira Repollés, no tuvo el "efecto deseado". Tanto es así que, el 23 de julio, la DGA anunció una fase 2 estricta para Zaragoza y otras tres comarcas, una decisión que introdujo nuevas limitaciones, como aforos de un 40% en el interior de tiendas, centros comerciales, cafés, bares y restaurantes, las reuniones de un máximo de 10 personas, el cierre de peñas y la prohibición del botellón en toda la Comunidad.

Aragón, al igual que el resto de España, esperaba una segunda ola de cara al otoño, pero no en pleno verano. La sombra de un segundo confinamiento ha sobrevolado durante los meses de julio y agosto, sobre todo, en Zaragoza capital. No obstante, tanto el presidente autonómico, Javier Lambán, como Sira Repollés han reiterado en varias ocasiones que esta sería "la última opción". Esta misma semana, Lambán rechazó el estado de alarma que propuso Pedro Sánchez a las autonomías para evitar "asfixiar" la economía y el empleo. Pese a todo, Aragón sí ha tenido que reactivar recursos que pensaba no utilizar al menos hasta el otoño. Esto ha ocurrido con los centros covid de Yéqueda, Casetas y Gea de Albarracín, que se quedaron como retén, y la sala Multiusos del Auditorio, reconvertida en un espacio para asintomáticos que, por el momento, no ha tenido que utilizarse. También está en ‘pausa’ la carpa de triaje del Clínico.

Zaragoza capital

Un trabajador social, acompañado por personal de protección civil, preparados para realizar visitas domiciliarias en el barrio zaragozano de Las Delicias en Zaragoza
Un trabajador social, acompañado por personal de protección civil, preparados para realizar visitas domiciliarias en el barrio zaragozano de Las Delicias en Zaragoza
JAVIER BELVER/EFE

La "tormenta perfecta" a la que tantas veces ha aludido Lambán en las últimas semanas, marcada por la cantidad de temporeros que viven en Zaragoza, el ocio nocturno y las propias dimensiones de la ciudad, ha hecho que Aragón haya multiplicado sus cifras de contagios y de PCR realizadas en estos dos meses, en los que ha detectado en torno a 20.000 positivos. 

La región alcanzó los 10.000 contagios a finales de julio y actualmente supera ya los 26.000. Los peores registros, según datos del Gobierno de Aragón, se dan en la zona básica de salud de Delicias Sur, que rebasa los mil contagios frente a los más de 930 de Delicias Norte. También hay más de 940 casos confirmados en la de Fraga y 888 en la de Univérsitas, mientras que la Sagasta-Ruiseñores se mueve en el entorno de las 800 y la de San José Sur, en las 650. La pandemia se ha extendido a localidades que durante el estado de alarma no habían notificado positivos, circunstancia que ha obligado a extremar las precauciones en los municipios y que, en según qué casos, ha forzado el cierre de piscinas y equipamientos municipales. Cenas de amigos y visitas a las segundas residencias han complicado el buen hacer de los pueblos, en los que, a diferencia de otros años, este verano apenas ha habido actividad cultural. Además de las fiestas, se han cancelado conciertos, festivales y muestras que, con un poco de suerte, podrán volver en 2021.

Las víctimas mortales

Cementerio y tanatorio de Torrero en abril.
Cementerio y tanatorio de Torrero en abril.
José Miguel Marco

Julio y sobre todo agosto, han estado marcados por el incremento de víctimas mortales por covid. La Comunidad parecía haber dejado atrás las peores cifras de la pandemia, con picos de hasta 39 muertos en un solo día, pero en esta recta final de mes ha encadenado tres semanas con más de 50 fallecidos cada siete días, elevando el total hasta los 1.192. El peor dato, en este caso, se registró a mediados de agosto, con 73 muertes en una semana.

Presión hospitalaria

Hospital Miguel Servet de Zaragoza
Hospital Miguel Servet de Zaragoza
Toni Galán

En los hospitales y residencias de la Comunidad se insiste en que la situación no es comparable a la vivida en marzo. No obstante, actualmente son ya más de 490 las personas que se recuperan en planta o en uci. Los centros de mayores, por su parte, suman al menos 820 internos y 302 trabajadores contagiados. Aunque se ha tratado de blindarlos, el virus ha ido entrando, semana tras semana, en más centros. Tanto es así que más de una tercera parte de los muertos registrados desde principios de julio estaban en una residencia. A finales de julio había en torno a medio centenar de focos activos y actualmente, según los últimos datos del boletín epidemiológico, 65.

La parte positiva está en que, esta misma semana, Albalate de Cinca y Alcolea han podido regresar a la nueva normalidad tras 63 días de restricciones, por lo que la ciudad de Huesca, Zaragoza y toda la Comarca Central son ya las únicas zonas en fase 2.

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