Las bodas caen cerca de un 70% y hunden la facturación de banquetes y tiendas de moda

Los negocios hablan ya de "desastre económico" y temen por las ventas de 2021.

Escaparate de una de las tiendas de vestidos de novia de Zaragoza capital
Escaparate de una de las tiendas de vestidos de novia de Zaragoza capital
Josñe Miguel Marco

Las bodas celebradas en Aragón han caído hasta un 70% por el coronavirus. La mayoría, ya sean civiles o religiosas, han sido aplazadas a finales de año o, directamente, a 2021. La pandemia y las restricciones impuestas tras los rebrotes, con limitaciones de aforo a 50 personas en espacios cerrados y 100 al aire libre, han hundido la facturación de banquetes y tiendas de moda, cuyas ventas están "totalmente paradas".

En el Ayuntamiento de Zaragoza se habían celebrado 27 hasta el 15 de julio, cuando hace un año se superaban las 80. Las previsiones de cara al segundo semestre, marcadas por el miedo a los rebrotes, tampoco son optimistas, ya que hay previstas 53 más frente a las 135 con las que cerró 2019. El servicio de Protocolo del Consistorio ha tenido que llamar a las parejas "una por una" para avisarles de las nuevas restricciones de aforo y confirmar si mantenían la fecha.

Pese a que apenas ha habido anulaciones, existe "incertidumbre". No ayuda que, hasta nueva orden, novios e invitados estén obligados a guardar las distancias y a llevar mascarilla en todo momento. Tampoco que se tengan que restringir las muestras de afecto. El Ayuntamiento ha tratado de dar todas las facilidades para que quienes quisieran posponer los enlaces pudieran hacerlo. En esta línea, fuentes de Protocolo recuerdan que la validez del expediente "se ha prorrogado un año", de ahí que la mayoría hayan optado por darle la vuelta al calendario y mirar ya a 2021.

El Arzobispado de Zaragoza, por su parte, confirma que las bodas celebradas en los últimos meses han sido "muy residuales". Aunque las que tenían fecha para estas semanas se han mantenido, la mayoría cambiaron la suya antes del salto a la nueva normalidad.

En las tiendas de moda se habla ya de "desastre económico". Cuca Gimeno, propietaria de Marengo Moda, aseguró que el parón del estado de alarma ha "machacado" las previsiones del año. "Las expectativas eran muy buenas. Se acababa de recibir la nueva colección y se trabajaba a buen ritmo", recordó. Aunque al acabar el estado de alarma se pensó que se podría remontar "sin llegar a recuperar", los rebrotes han dinamitado todas las previsiones.

La solución no es fácil, ya que gran parte de los vestidos estaban ya cortados y patronados. "Son a medida y están muy ajustados al gusto de la clienta. Estamos teniendo que guardarlos para ajustarlos de cara a las ceremonias", explicó. La restricción de aforos ha afectado por completo a estos negocios, ya que las bodas que antes superaban los 100 invitados ahora no pasan de 15 o 20.

Incertidumbre de cara a 2021

Ángel Corraliza, encargado de la tienda Dress Bori, confirmó que las ventas "han caído en picado". "Se da prácticamente por perdido este año y el próximo. Tendríamos que estar vendiendo ya vestidos para 2021, pero no está entrando gente", resumió.

Para lo que resta de año, el 50% de las clientas que aún no habían aplazado su boda están ahora pensándoselo. En su caso, la situación actual no supondrá el cierre. "Pero como esto siga así habrá que tomar medidas. Aquí las cosas se hacen a un año vista. Ya habíamos comprado todo lo que se iba a vender el año que viene", añadió. Mostró, asimismo, su malestar con la gestión del Gobierno, al que se exigen más ayudas para garantizar la subsistencia del sector.

La inquietud es similar en los banquetes. El restaurante Torreluna ha decidido cerrar hasta septiembre tras aplazarse las cinco bodas apalabradas para finales de julio y agosto. "Con las restricciones de la fase 2 ya no pueden hacerse celebraciones de 180 o 200 personas. Toda esta gente ha tenido que buscar otra fecha", razonó su gerente, Pedro Bellido.

Este ejercicio apuntaba a ser el mejor desde 2015, pero ahora toca "cruzar los dedos" para que las bodas programadas para septiembre, mes en que también tendrían que celebrarse comuniones retrasadas por la pandemia, se mantengan. "Es un palo, pero ya no solo por las pérdidas, sino por la progresión que llevábamos, que se ha cortado", lamentó.

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