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Engordar en Navidad no es tan fácil

Según los expertos, ningún estudio avala que las comilonas de estas fechas nos hagan ganar tanto peso como se cree. Sobre todo, si además se siguen estos diez trucos fáciles.

En Navidad no se engorda tanto como se cree, según los expertos.
En Navidad no se engorda tanto como se cree, según los expertos.
Pixabay

El drama del día 7 de enero sobre el peso se da por sentado. Sin embargo, Javier Sánchez , graduado en Nutrición Humana y Dietética y Técnico en Dirección de Cocinas de Vive! Escuela de Salud de Zaragoza arroja un rayo de esperanza: "Hay una creencia muy extendida de que se tiende a engordar entre 2 y 4 kilos en estos días… Pero la realidad es que hay muy pocos estudios que afirmen esto". No obstante, no hay que fiarlo todo a la magia de la Navidad y nunca está demás poner algo de cuidado en lo que comemos pero, por encima de todo, en cómo lo comemos. Disfrutar de la mesa en estas fechas de manera medianamente saludable es posible si se siguen estos sencillos trucos que propone Javier Sánchez.

1. Alimentos de calidad. No solo se trata de estar atentos a la calorías, sino también a la calidad de los productos. A similiar número de calorías, es preferible evitar, en la medida de lo posible, dulces y alcoholes.

2. Técnicas de cocina saludables. No es necesario renunciar a ciertas viandas, basta con cocinarlas de manera más sana. Por ejemplo, siempre es mejor preparar recetas que incluyan la plancha u optar por guisos y asados, antes que por las frituras. Por ejemplo, si se cocinan unas empanadillas, mejor hacerlas al horno que fritas.

3. La fruta como aperitivo. Todos sabemos los beneficios que tiene la fruta por su gran aporte de agua, fibra, vitaminas y minerales. Ayudan a generar saciedad y no tienen por qué estar relegadaa al último puesto en las comidas. Las ensaladas o los aperitivos con fruta pueden ser una forma ideal de empezar una comida especial. Por ejemplo: un guacamole con gambas y taquitos de manzana, servido en su propia cáscara, puede ser un entrante más que vistoso.

4. ¡Mas agua! No beber alcohol en una comida navideña pertenece prácticamente al terreno de la fantasía, pero sí se hace necesario algo de control. El alcohol es un producto "fruitivo, lo tomamos por el placer de tomarlo y carece de valor nutricional", apunta el nutricionista. "No quita la sed, no hidrata, no sacia y no facilita las digestiones", subraya. Más claro: el agua.

5. Escucha a tu cerebro. Simple y llanamente, conviene saber cuándo parar.

6. Lo de "mañana no como" no sirve. “¡Cómo me he pasado! Mañana no como”. Una frase de autoflagelación y arrepentimiento que, además, no lleva a nada bueno. Cuando se está empachado, Javier Sánchez recomienda "escuchar a nuestro cuerpo y darle lo que pide". "Puede que sea simplemente un yogur con fruta...", ilustra Sánchez, quien advierte que esto vaivenes nutricionales no deben hacerse de manera sistemática.

7. Navidad, un paréntesis. La concentración de comidas en pocos días hace muy difícil bajar de peso en el caso de que se esté llevando alguna dieta o para los que habitualmente se cuidan mucho en este aspecto. Javier cree que, en estas fechas, la meta más asequible es mantener el peso.

8. Celebrar fuera de la mesa. La alimentación tiene un componente social y cultural que no se puede negar, pero no tenemos por qué organizar todas las reuniones con familiares o amigos en torno a una mesa. Otras opciones podrían ser el juntarse para hacer una excursión, para ir a la montaña, hacer deporte, dar un paseo, etc

9. Más tiempo libre, más deporte. Al tener algo más de tiempo libre , en Navidad se pueden plantear nuevas rutinas deportivas u otros 'hobbies'. Incluso se puede incluir en la lista de regalos algo relacionado con el ejercicio físico.

10. No atiborres a los niños de azúcar. Estas fechas, los niños son los protagonistas. La Navidad puede ser un buen momento para iniciarlos en la cocina. Además, no todas las recetas tienen por qué ser preparaciones de repostería. Pueden encargarse de preparar parte de los aperitivos. Por ejemplo, unas brochetas de queso con uva y jamón. Por otro lado, la Navidad no ha de ser carta blanca para atiborrar a los niños de azúcar. Si bien no se le puede prohibir a un niño comer turrones o polvorones, se puede limitar a momentos concretos. O, mejor aún, cabe la posibilidad de preparar nuestros propios turrones con menor cantidad de azúcar.

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