Estos son los torreznos más famosos de Zaragoza

Aunque se asocian con Soria, hay muy buenos torreznos en muchos sitios de Zaragoza y uno de ellos acaba de ser nombrado el mejor del mundo.

Torreznos
Torreznos
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Los siete pecados capitales se aprenden en el colegio, o en la parroquia, o viendo la famosa película ‘Seven’ de David Fincher, que protagonizaron en los 90 Brad Pitt, Morgan Freeman y Kevin Spacey. Entre ellos está la gula, y probablemente es el que más se disculpa cuando te ponen ante los ojos ciertas delicias que rompen con las dietas, pero alegran la vida. En su justa medida, sin abusar y siempre que no choque con las convicciones nutricionales o religiosas, pocos manjares hay tan deliciosos como los torreznos. Aunque se asocian con Soria, su capital mundial, hay buenos torreznos en muchos sitios. Zaragoza, como buena vecina, es uno de ellos; además, se calcula que hay unos 50.000 sorianos asentados en la capital aragonesa.

El torrezno es una tira de tocino o panceta que sale del costillar del cerdo: se tuesta a la parrilla, se hornea o se fríe, ya sea en la sartén (quitando luego el aceite sobrante) o, más recientemente, en una freidora de aire. Tiene que quedar crujiente por la corteza y tierno y jugoso en la carne.

Torreznos de calidad en Zaragoza: del Café Chicago al Centro Soriano

Excelentes son los del Café Chicago, en la Almozara (Batalla de Bailén, 1), que el pasado 10 de marzo de 2024 ganó el concurso mundial que se celebra en El Burgo de Osma. Es la primera vez que el galardón sale de la provincia de Soria, así que los hermanos José María y Juan Carlos Calvo, lo celebraron como nunca. Definitivamente, los torreznos de este bar han dejado ser el secreto mejor guardado del barrio.

Nos obstante, el Centro Soriano (Cereros, 37) es una referencia básica del torrezno en Zaragoza. Organizan la Torreznada como complemento de la Cincomarzada, y la calidad de su producto es impresionante. 

Los torreznos de El Picadillo o Casa Rodri

El Picadillo es el clásico entre los clásicos. El que siempre ha sido el bar de los juzgados (Manifestación, 13) sabe cómo hacer que esa panceta (que viene de la Sierra de Toranzo, de Ólvega) cruja a conciencia; algo parecido pasa con Casa Rodri (Escosura, 15), famoso por la tortilla de anchoa y sus bocadillos de sardinas viejas, que hace unos torreznos espectaculares.

El Jena de Montecanal o El Circo

El Jena de Montecanal es otro que figura en la lista por méritos propios. Allí los torreznos se miman. Algo similar pasa en el Circo (Blancas, 4): la santísima trinidad del lugar tiene en los torreznos a uno de sus puntos fuertes, junto a los riñones y su famosa tortilla de patata. En La Lobera de Martín lo secan bien, para hacerlo luego a fuego lento y escaldarlo finalmente en aceite hirviendo.

Casa Amador o Don Alfonso

Más menciones. El torrezno del Escondite (Paseo de los Rosales, 30) opta por el corte tradicional y conoce la ciencia de las burbujas bien hechas en la corteza, un dato que para los expertos permite diferenciar un buen torrezno de uno más corriente. En la Junquera (camino de la Fuente de la Junquera, 120) combinan el entorno alejado del bullicio con un producto de lujo, y en Casa Amador (Refugio, 8) los hacen algo distintos al resto, muy finos, pero con un sabor único.

Hay que cortar la lista en algún punto, y llega el momento de hacerlo con dos aportes finales: Don Alfonso (Camino Cabaldós, 37, Montemolín), que atrae clientela de toda la ciudad por sus deliciosos torreznos, y el Navoa (María Zambrano, 56), que además de deleitar a su clientela con unos extraordinarios huevos rotos con foie y boletus, borda los torreznos. 

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