Llegaron a la SD Huesca durante el mercado de invierno para acabar de redondear con sus características una plantilla amplia y desde entonces hasta el momento actual, en el que la competición se encuentra detenida por la pandemia de coronavirus, no han acabado de encontrar su sitio dentro de los planes de Míchel Sánchez. Rafa Mir, que en sus cuatro primeras jornadas como azulgrana fue titular, se tuvo que conformar en las tres últimas hasta la fecha con la suplencia, mientras que Jordi Mboula solo ha defendido la camiseta de los oscenses durante catorce minutos. 

Los dos cuentan con trayectorias semejantes; jóvenes promesas del fútbol español, que emigraron al extranjero y que no habían tenido fortuna durante la primera parte del actual ejercicio. Mboula, extremo de 21 años surgido de la cantera del FC Barcelona, arrancó la campaña en el Círculo de Brujas prestado por el Mónaco, que lo incorporó a sus filas en 2017 previo pago de tres millones de euros. Con los belgas llegó a disputar siete partidos, sin embargo, una lesión que le obligó a pasar por el quirófano lo dejó en el dique seco hasta después de Navidad. Por su parte, Mir, ariete de 22 años al que el Wolverhampton inglés ha cedido ya en tres ocasiones desde que lo fichó en 2018 procedente del Valencia, sólo había jugado de inicio con el Nottingham Forest, su anterior destino, en dos ocasiones.

La posibilidad de incorporar a Mir al bloque dirigido por Míchel Sánchez ya se había tanteado en verano mercado estival en la dirección deportiva quedó el mal regusto de no haber reforzado al equipo con un jugador de sus características, un delantero con importante presencia física en el área. Posteriormente, con la liga ya en marcha, el propio técnico llegó a reclamar la necesidad de contar con un futbolista de ese tipo. 

Ya en Huesca, el ariete murciano, cedido por temporada y media con opción de compra, lo que da una buena medida de la confianza que se tiene en él dentro del club altoaragonés, fue titular ya en la primera oportunidad que tuvo Míchel de alinearlo, la visita al Oviedo que acabó en empate a uno, e incluso marcó un gol que le fue anulado por fuera de juego. Su estreno en este sentido llegó una jornada después en el triunfo sobre el Lugo en el que firmó el 1-1 en un duelo en El Alcoraz que finalizaría con un 2-1 en el marcador. Frente a la Ponferradina consiguió el tanto de la honra (3-1) y en la derrota en Gerona acabó expulsado. Su sanción de cara al cruce con el Almería fue aprovechada por Okazaki, que desde entonces ha sido el delantero de referencia marcando cuatro goles en los últimos cuatro compromisos. Mir, por su parte, aunque siempre ha contado con minutos, desde la eclosión del ariete nipón ha tenido que conformarse con escuchar el pitido inicial en el banquillo.

La última actuación de la SD Huesca hasta el momento, la victoria sobre el Fuenlabrada por 2-0. resulta paradigmática del rol que venía desempeñando. En ella, Míchel alineó junto a Okazaki a su tercer delantero, Cristo, que no era titular desde hacía ocho jornadas y eso aún a pesar de que con Mir había probado ya con variantes como acompañarle de un compañero en la punta del ataque o acostarle en una banda.

La misión para la que Mboula puso rumbo a la SD Huesca fue la de aportar velocidad y verticalidad en la banda. En los seis partidos en los que ha estado disponible, se sentó junto a Míchel, pero se quedó sin jugar contra el Girona y el Almería y debutó en el 2-2 con el Extremadura. En el resto, no entró en la convocatoria. Frente a los de Almendralejo ingresó en el terreno de juego recogiendo el testigo de Raba en el minuto 76 cuando el marcador era de 2-1. Finalmente el choque se cerró con un 2-2.

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