Urbanismo
El urbanismo más loco de Zaragoza: abrir la muralla o las 'supermanzanas'
Arquitectos, políticos, artistas e incluso sociólogos han ideado, a lo largo de los años, varios proyectos que habrían cambiado la ciudad tal y como la conocemos.
La Inteligencia Artificial tiene a medio mundo trasteando. Que si el Chat GPT para que me haga los deberes, que si recetas de cocina enteras, que si cómo sería mi ciudad hace un siglo... La imaginación no tiene límites. En ese mundo de pruebas e imágenes locas ya han surfeado algunos arquitectos, políticos, o artistas (y diseñadores gráficos), con algunos proyectos en Zaragoza que o bien sacan una carcajada o bien te llevan las manos a la cabeza.
El mundo de las recreaciones es poderoso. No sería la primera vez que los fanáticos del Real Zaragoza imaginan cómo podría ser la nueva Romareda utilizando la IA, por ejemplo. Pero, ¿alguna vez habían imaginado la muralla de César Augusto, abierta con forma de portillo, y el mismísimo emperador recibiendo a aquéllos que la atravesaran, invitándoles a entrar al Mercado Central o a subirse al tranvía? Muy específico, sí, pero esa fue la idea del sociólogo Mario Gaviria hace ya 11 años.
La Inteligencia Artifical aplicada a las Fiestas del Pilar en Zaragoza. ☺ pic.twitter.com/TJvibcFZxC
— Soy de Zaragoza (@SoydeZaragoza) October 22, 2023
Ya avisaba el urbanista en su propuesta de entonces: "Es con sorna aragonesa y sin ánimo de molestar a historiadores ni arqueólogos". "En un arranque de surrealismo", Gaviria ideó un proyecto para mejorar la accesibilidad de la plaza del Pilar. Ya se preveía irrealizable, aunque el documento llegó al alcalde Juan Alberto Belloch al ser hijo adoptivo desde 2002. Él mismo, junto a los arquitectos Marta Omedas y Juan Carlos Sainz, planearon una serie de actuaciones que, además de sacar alguna carcajada, podrían resultar interesantes.
Todo nace por la accesibilidad. Desde la parada del tranvía y la plaza del Pilar existen numerosos obstáculos que dificultan la accesibilidad y el tránsito. Asimismo, Gaviria creía que debía de valorarse más el lado oeste de la plaza, donde se encuentra la iglesia de San Juan de los Panetes, el Torreón de la Zuda o el Mercado. Los autores de este documento propusieron desarrollar la fuente de la Hispanidad en un plano horizontal, de manera que su actual estructura no ocultase la fachada de la iglesia.
Quizá ésta fuese la parte más lógica de toda la propuesta. No obstante, visto que los usuarios del tranvía debían dar "un rodeo incómodo de 150 metros" a la muralla para acceder a la plaza del Pilar, los autores del documento pensaron: ¿por qué no abrirle un boquete? El estudio proponía perforarla y abrir una puerta de 1,50 metros de ancho. "Es una osadía pero no supondría un destrozo irreversible", decían los autores, y recordaron que la muralla "fue recompuesta los últimos 35 años con cementos y sillares recopilados en otras zonas de la ciudad".
Pero esto no es todo. Al pobre César Augusto querían bajarlo de su pedestal y colocarlo junto a esta abertura en una especie de plataforma giratoria para interactuar con él y que su dedo índice señalase un punto de interés. Como una suerte de guía turístico que invita a los transeúntes a comprar en el Mercado Central o subirse en el tranvía. Esta idea se trata de una burla premeditada porque la efigie fue un regalo de Mussolini, aunque existen muchas más copias distribuidas por Europa.
Las 'supermanzanas'
El urbanismo zaragozano nunca ha temblado tanto como en el momento que se hizo público este estudio. Aunque sí que han existido otras propuestas mucho más lógicas que, en su momento, causaron debate y han terminado guardadas en un cajón. Una de las más recientes en el tiempo son las 'supermanzanas'. Y no, no consiste en plantar árboles que den estas frutas gigantes. Sería, más bien, agrupar varias manzanas para constituir células urbanas más grandes en las que se aplica una reordenación de los elementos de movilidad: el tráfico se deriva por las calles adyacentes en su perímetro, mientras que en el interior se aplica una prioridad peatonal y para bicicletas.
Este término se mencionó por primera vez en un pleno del Ayuntamiento en el año 2012, al abrigo de lo que ya sucedía en ciudades como Vitoria o Barcelona. Fue cobrando fuerza con los años, hasta que en el 2014 protagonizó propuestas de resolución en el debate del estado de la ciudad de 2014. Las ubicaciones que más resonaban para llevar a cabo este proyecto era en la plaza de San Francisco y en la de Salamero, inaugurada en marzo de este año después de tres años de obras.
Una década después, el área de Urbanismo no reservaba ni un euro a este tipo de proyectos. El Ayuntamiento aseguró que seguirían trabajando en reformas que ganen espacio para los peatones y limiten el tráfico en zonas saturadas (como ya ha ocurrido con Salamero), pero, técnicamente, no serán 'supermanzanas'. El objetivo de estas intervenciones, según explica el arquitecto y urbanista Teófilo Martín, es "mejorar el espacio público y la calidad de vida de las personas al acotar el ruido, la contaminación y tráfico junto a colegios". En su día, el arquitecto Ramón Betrán diseñó algo parecido en Valdespartera, pero sin ser bautizado como 'supermanzana'. No es una idea descabellada, pero ninguna de las propuestas en este sentido ha llegado a buen puerto en la capital aragonesa.
¿Un 'Covent Garden' zaragozano?
De racional a irracional. Los vecinos del Arrabal que viajan a Londres ya no ven el 'Covent Garden' con los mismos ojos. Esto se debe a que en el año 2012 se realizó un anteproyecto para "revitalizar" la zona de la Estación del Norte (ahora centro cívico). El estudio de arquitectura de Luis Peirote ganó el concurso de ideas. Estaba presupuestado en 13 millones e incluía un gran pabellón de unos 4.000 metros cuadrados destinado al comercio, un hotel con auditorio y bloques de apartamentos para mayores y jóvenes.
Esta iniciativa todavía no ha caído en el olvido, ya que políticos como Lola Ranera (PSOE) la recordó hace un par de años para denunciar el "abandono" de esta zona del Arrabal. "La cubierta que concebimos en lo que antes era el pabellón que cubría las vías del tren no fue pensada para un tipo de comercio fosilizado con tiendas y estructuras fijas, sino para un comercio vivo capaz de albergar tiendas pop-up y módulos prefabricados móviles que puedan adaptarse a distintas ferias, mercadillos y eventos de tipo estacional", explicaba a HERALDO entonces el arquitecto Luis Peirote. Una especie de... ¿mercadillo?
Los políticos son expertos en ideas que dejan inquieto a cualquiera, ya sea para bien o para mal. En época electoral, los diseñadores gráficos echan humo al preparar todas las recreaciones cuya mayoría terminarán siendo 'cadáveres de papel'. Gracias a ellos hemos podido ver cosas tan dispares como el puente de Hierro lleno de césped (no sabemos si artificial o natural) como si fuera la pradera de San Isidro, o el museo de Pablo Gargallo lleno de mariposas. Ambas propuestas fueron del PAR y terminaron en el cajón del olvido.
Especial mención merece también el zaragozano Miguel Ángel Arrudi. Este agitador cultural hacía un incansable trabajo diseñando proyectos, pintando, haciendo esculturas e incluso ideando performances. El artista fue el responsable de, por ejemplo, decorar el albero de la plaza de toros de la Misericordia por su 250 aniversario. Dibujó con cal en la arena 'El salto de la garrocha', el famoso grabado de Goya. Asimismo, colocó 610 ranas de bronce de unos diez centímetros por toda la avenida desde el puente de La Almozara hasta la pasarela peatonal de Manterola con motivo de la Expo 2008.
Arrudi tenía una sana obsesión con recuperar las chimeneas de la central térmica de Andorra antes de que fueran dinamitadas. Entre sus propuestas más locas, se encontraban la de reaprovecharlas y convertirlas en monumentales aerogeneradores de electricidad, a su vez material para una intervención artística; o convertir la torre más alta -de 343 metros- en un teleférico panorámico desde el que se habrían tenido vistas increíbles.