zaragoza

Diez años sin los arcos de César Augusto (y con poco acierto en la reforma del entorno de Murallas)

Del entorno también desaparecieron un memorial a Lanuza y una escultura contra la violencia machista, que aguardan el sueño de los justos en almacenes municipales.

Dos imágenes superpuestas: una de 2013, con lo arcos, y otra de la actualidad.
Dos imágenes superpuestas: una de 2013, con los arcos, y otra de la actualidad.
Heraldo

Es uno de los espacios más emblemáticos de la ciudad y, en ocasiones, da la impresión de que no se sabe muy bien qué hacer con él. En una pequeña plaza convergen el Mercado Central, la estatua de César Augusto, parte de las Murallas Romanas y algunas terrazas de los bares de la calle Salduba. Aquí se ubicó antaño la puerta de Toledo, una de las cuatro entradas al recinto amurallado de la ciudad romana, y la continua aparición de vestigios desde el Torreón de la Zuda hasta la zona del Mercado ha causado auténticos quebradores de cabeza a arquitectos y urbanistas. El desembarco del tranvía, la reforma del Mercado Central y el anclaje y después retirada del mercado provisional han hecho que en los últimos años cambiara mucho la fisonomía de un rincón muy querido por los zaragozanos.

Estéticamente, sin duda, el mayor cambio se dio hace ahora una década con el derribo de los cuatro grandes arcos de ladrillo y mármol, que enmarcaban la figura de Prima Porta. Fue una estampa que acompañó a los zaragozanos durante más de veinte años y que algunos aún recuerdan los juegos de los chavales pegando el oído en un extremo y susurrando en el otro.

Aquellos arcos, obra del arquitecto Martín Trenor, fueron construidos en 1989 y cayeron víctimas de la piqueta debido al proyecto de reforma del entorno de las Murallas que acompañó a la implantación del tranvía. Se invirtieron hasta 700.000 euros para seccionar las vigas (con hilo de diamante) y para construir el nuevo graderío de San Juan de los Panetes.

El arco más grande de todos, una mole de ladrillo recubierta de mármol blanco, simbolizaba el lugar donde se levantó en su día la antigua puerta de Toledo, pero en los nuevos dictados urbanísticos apenas hay hueco para este tipo de nostalgias. De hecho, del mismo espacio se retiró -esta vez por la reforma del Mercado Central- un memorial recién instalado en recuerdo de Juan de Lanuza, primer Justicia de Aragón ejecutado justo en este punto, del que no se ha vuelto a saber.

El memorial a Lanuza se instaló en 2013 y se retiró en 2017.
El memorial a Lanuza se instaló en 2013 y se retiró en 2017.
Heraldo

En la última campaña electoral este tema saltó a la palestra cuando Chuaquín Bernal, aspirante de CHA, reclamó la reposición del memorial, consistente en una placa conmemorativa apoyada en el suelo y ubicada cerca de la calle Manifestación. Se instaló en 2013 y se trasladó al cuartel de Pontoneros apenas cuatro años más tarde para favorecer la instalación del mercado provisional mientas duró la reforma de la lonja centenaria. Al acabar las obras, jamás regresó, aunque sí se dijo que volvería a colocarse.

Un regreso que ya nadie espera es la de una escultura en homenaje a las víctimas que sufren violencia de género, ubicada delante de la iglesia San Juan de los Panetes, que causó gran polémica al identificarse con una mujer vencida llorando. Tan poco gustó al gobierno y la oposición la estatua que llegó a conocérsela como ‘la fregona’ y que debe dormir el sueño de los justos en algún almacén municipal.

La escultura contra la violencia machista tuvo una vida efímera.
La escultura contra la violencia machista tuvo una vida efímera.
Oliver Duch

Pero, ¿por qué no se da con la tecla en la reforma de esta plazoleta? Explican los urbanistas que no sólo es un rincón simbólico sino también, aunque no lo parezca, es una zona de especial tránsito. Cada dos por tres están cruzando furgonetas de reparto por Salbuda y Manifestación, así como camionetas que dan suministro al Mercado Central. Además, es un lugar que acoge también procesiones en Semana Santa o desfiles como los de Carnaval o el pregón, con lo que la zona conviene que esté lo más despejada posible. “Es necesario liberarlo de todo tipo de obstáculos”, explican, si bien algunos postes de luz en apariencia provisionales llevan la tira de tiempo dando servicio y, también, se da permiso para que se instalen churrerías u otros puestos en fechas señaladas. Ayer, precisamente, comenzaba a retirarse un tiovivo junto a la terraza de La Imperial.

Hace exactamente diez años se derribaron los arcos frente al Mercado.
Hace exactamente diez años se derribaron los arcos frente al Mercado.
Oliver Duch

A finales de los años 90, tanto el Ayuntamiento como la DGA ya se refería a este zona como “sensible” -el subsuelo está repleto de restos de cimentación- y consideraban la obra de Martín Trenor como ejemplo del "urbanismo duro, polémico y contestado" de finales de los años 80. Algunos hallazgos junto al torreón de la Zuda auguraban que los arcos tenían los días contados, mientras el responsable de ponerlos en pie pedía una apuesta clara y sostenida en el tiempo, que no provocara que se hiciera y se deshiciera con el paso de los años. Los informes hablaban de unos arcos "descontextualizados y fuera de escala", por más que sus promotores trataran de explicar que las cuatro construcciones simbolizaban las diferentes culturas de la historia de Zaragoza: ibérica, romana, musulmana y cristiana. Juan Antonio Martín Trenor, que en 1980 ganó el concurso municipal para urbanizar el entorno de las Murallas, insistió en la "falta de criterio y de modelo de ciudad".

Una efigie muy viajera

Cuando en 2013 finalmente se derruyeron, también hubo que desplazar levemente (seis metros) la estatua de César Augusto, pero lo cierto es que el fundador está más que acostumbrado a las mudanzas. La efigie recaló en Murallas después de haber pasado por la Casa Consistorial y por la plaza de Paraíso. Hace una década, tras una votación popular en internet, se descartó llevar al Augusto Prima Porta a la entrada de la calle Alfonso, y menos mal que no se hizo porque los vecinos del Casco amenazaron con encadenarse a la escultura.

Los periplos de la rana que la acompañan son también de aúpa… El conjunto sufrió algún desperfecto con la caída de los arcos y, a pesar de que se protegió la muralla con sacos terreros, se tuvo que echar mano de argamasa para mantener unidos sillares de la parte alta de la estructura. Años de riego de los jardines hicieron que los sillares soportaran más humedad de la deseable y años de incivismo utilizando la muralla como gradería tampoco ayudaron.

Los bocetos de Gaviria para abrir un portillo en la muralla.
Los bocetos de Gaviria para abrir un portillo en la muralla.
Heraldo

En la actualidad no hay nuevos planes para reformar esta zona del Casco, pero sí se han quedado en el tintero algunas propuestas que se hicieron tiempo atrás y podrían resultar interesantes. En las recreaciones que anunciaban los cambios en 2013 se percibe iluminación interior en la torcida torre de San Juan de los Panetes e, incluso, se sugiere que la Fuente de la Hispanidad es un mamotreto que ejerce de barrera entre la parada del tranvía y la basílica del Pilar. Como excentricidad, entre la aportación y la provocación, el sociólogo Mario Gaviria sugirió que se pudiera horadar y abrir un vano en mitad de la muralla para mejorar los accesos al Pilar. En su propuesta, "con sorna aragonesa y surrealismo", también elucubraba con qué pasaría si a César Augusto se le colocara sobre una plataforma giratoria y sonara una hora diaria de jotas mientras daba vueltas.

Lo que sí se hizo fue eliminar desniveles y poner toda la zona a cota cero, así como reconocer que quizá una Fuente de la Hispanidad desarrollada sobre un plano horizontal hubiera sido más útil, porque su actual estructura oculta el Pilar y en muchas ocasiones solo se utiliza como almacén rodeado de contenedores. ¿Será el próximo objetivo? Está por ver...

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