Heraldo del Campo

Innovación

Se llama FITA y ya no es parque tecnológico

Tras un "complejo proceso de reflexión", la Fundación Parque Científico Tecnológico Aula Dei ha dejado atrás aquel objetivo fundacional que no llegó a cumplir. Tiene nuevo nombre y su actividad se ha reorientado.

Sede de la Fundación Parque Científico Tecnológico Aula Dei.
Vista área de las intalaciones del Parque Científico Tecnologico Aula Dei, situadas en la avenida de Montañana de Zaragoza.
PCTAD

Ahora se llama FITA. Unas siglas que corresponden a Fundación de Innovación y Transferencia Agroalimentaria de Aragón. No es un ente nuevo en la Comunidad. Es el resultado de la reorientación que han dado a la Fundación Parque Tecnológico Aula Dei (PCTAD) sus entidades fundadoras, el Gobierno de Aragón y el Consejo Superior de Investigación Científicas (CSIC).

De este nuevo camino por el que echa a andar la FITA se han apeado los que hasta ahora eran sus patronos y la renovada función pasa a depender exclusivamente del Ejecutivo regional, por lo que, tras la modificación de sus estatutos, tendrá un nuevo patronato que estará formado por siete miembros del Gobierno y del Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria (CITA) que ha participado en este proceso y con el que a partir de ahora colaborará estrechamente la nueva fundación.

En este camino también se ha quedado atrás su propio objetivo fundacional, la creación de un parque científico tecnológico que permitiera convivir a las empresas del sector en los mismos espacios físicos en los que se encontraban los centros de investigación y tecnológicos. Ese era el fin que perseguía la iniciativa conjunta del Gobierno de Aragón y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas cuando en octubre de 2006 decidieron poner en marcha el PCTAD, un proyecto que descansaba en "la experiencia de investigación acumulada en materia agroalimentaria de los ocho centros de trabajo ubicados en el Campus Aula Dei, así como en la oportunidad de mejorar la coordinación de sus actuaciones y aumentar el retorno a la sociedad de sus capacidades científicas y tecnológicas", explicaron entonces.

"Ha sido un proceso largo y complejo que creo que hemos conseguido culminar de una manera bastante exitosa"

Y si ese objetivo se ha quedado atrás en esta nueva andadura es porque, como explican desde la consejería de Innovación a la que está adscrita entre centro, nunca llegó a materializarse. No hubo empresas interesadas en el campus de Aula Dei. Tampoco en los terrenos que se adquirieron en San Mateo de Gállego para tal fin y únicamente tuvo éxito la puesta en marcha de una incubadora situada en Ejea de los Caballeros para acelerar la puesta en marcha de proyectos innovadores relacionados con el porcino.

Así, a partir de este 2022, esta renovada Fundación trabajará estrechamente con el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA) y su actividad -que no será muy distinta a la que realizaba hasta ahora- servirá para reforzar los procesos de innovación y de transferencia de conocimiento al sector agroalimentario y ambiental con los que dar respuesta a sus desafíos económicos, ambientales y sociales.

Lo hará con la misma plantilla con la que contaba hasta ahora -14 trabajadores- y con una nueva dirección general que será ocupada por la persona que resulte seleccionada en el proceso abierto el pasado 10 de enero.

El PCTAD participa junto con las empresas agroalimentarias en proyectos innovadores para el sector.
El PCTAD participa junto con las empresas agroalimentarias en proyectos innovadores para el sector.
PCTAD

"Ha sido un proceso largo y complejo que creo que hemos conseguido culminar de una manera bastante exitosa", destaca Lucía Soriano, directora gerente del CITA, que ha pilotado el "necesario proceso de reflexión" que ha convertido al PCTAD en la FITA.

Fue a comienzos del pasado año cuando la consejería de Ciencia, Universidad y Sociedad del Conocimiento del Gobierno de Aragón decidió abordar un "profundo proceso de reflexión" para decidir cuál era el mejor futuro para el Parque Científico Tecnológico Aula Dei. Al frente del mismo se situó Lucía Soriano, directora gerente del Centro de Innovación y Tecnología Agroalimentaria (CITA) dado que, como explica, conoce bien la materia, dado que la actividad que realizan uno y otro centro -centrada en el sector agroalimentario y ambiental- están íntimamente ligadas, en algunos casos incluso solapadas. "Estamos en las mismas instalaciones, trabajamos con la misma gente, acudimos a los mismos fondos e incluso había tal duplicidad de funciones que tiene sentido que haya sido el CITA el que haya ayudado al departamento a reorientar la actividad de la fundación para hacerla más útil para el Gobierno de Aragón", explica.

No es que el rumbo que había tomado el PCTAD se cuestionara por primera vez con la llegada del equipo actual de la consejería que lidera Maru Díaz. "Hace muchos años que está en el punto de mira, como así consta en las actas del patronato", detalla Soriano. Y lo estaba, "no tanto por el trabajo el trabajo de la plantilla que lo hace muy bien", matiza, sino porque había fracasado el objetivo de poner en marcha un parque científico tecnológico en el campus Aula Dei. "En su día era una idea buena y acertada porque entonces (2006) todo el ecosistema de innovación iba hacia esas iniciativas de parques científicos tecnológicos que hicieran convivir a empresas del sector en los mismos espacios físicos que los centros de investigación y tecnológicos", añade Soriano. Insiste, sin embargo, en que aquella iniciativa "fracasó" y tampoco fraguaron algunas de las alternativas propuestas como fue la adquisición de terrenos en San Mateo de Gállego y en Ejea de los Caballeros para atraer a las empresas.

La iniciativa había perdido incluso el interés de sus impulsores y actualmente era el Gobierno de Aragón el único que aportaba financiación. Por eso fue el Ejecutivo el que decidió tomar las riendas para dar un nuevo rumbo a la fundación, abandonando aquella idea de crear un parque científico tecnológico "que en su día tuvo sentido, pero por la que hoy nadie apuesta", y reorientar su actividad porque "como la fundación no había cumplido su objetivo tenía que buscarse la vida y duplicaba lo que hacíamos en el CITA", explica Soriano.

No ha sido un proceso fácil ni rápido. Se dilató durante todo el pasado año y fueron diferentes las opciones que estuvieron sobre la mesa, todas ellas teniendo claro, señala la directora del CITA, "que la plantilla no tenía culpa de nada y, por lo tanto, no se quería perjudicar a los trabajadores que habían hecho un trabajo estupendo y lo que les faltaba era una dirección correcta".

Se llegó a pensar en la extinción de la fundación y en integrar la plantilla y la actividad en el CITA. "Nosotros generamos mucho conocimiento y somos muy buenos como centro de investigación, que cuenta con un gran reconocimiento nacional e internacional, pero una de nuestras debilidades es la oferta tecnológica y la cartera de servicios a nivel empresarial. Justamente eso es lo que hace muy bien la fundación", añade.

Pero esta no podía ser la salida, porque si se optaba por hacer desaparecer la fundación todo lo que la integraba se tenía que extinguir con ella. Y se abandonó la idea. No fue, sin embargo, necesario volver a empezar, porque, como explica Soriano, por el camino "se va aprendiendo y viendo matices que el principio pasaban desapercibidos". Y lo que vieron es que podría ser interesante para el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria contar con una fundación vinculada que le permitiera instrumentalizar y resolver algunos problemas de tramitaciones con los que se encuentra ahora. "No inventamos nada, existe en otros centros. Por ejemplo Neiker, que es nuestro homólogo en el País Vasco, es directamente una fundación y no una entidad de derecho público como el CITA", insiste su directora gerente.

"Una solución exitosa"

Esa ha sido la solución final. Y así es como la Fundación Parque Científico Tecnológico se ha convertido en la Fundación de Innovación de Transferencia Agroalimentaria de Aragón (FITA), que únicamente tiene como patrono al Gobierno de Aragón y que en su nuevo camino tendrá al CITA como compañero de viaje, con quien trabajará de forma coordinada.

"Hemos tenido que dar muchas vueltas y hemos echado muchas horas de trabajo, hemos invertido energía, pero también hemos puesto mucha ilusión para buscar una fórmula que sirviera para fortalecer lo público y que hiciera que la fundación sea útil y tenga un futuro más certero", asegura Soriano.

Reconoce que el proceso ha sido "largo, tedioso y complejo", pero se muestra satisfecha porque se ha conseguido culminar "de una manera bastante exitosa" y, por supuesto, manteniendo todos los puestos de trabajo.

De esta forma y de ahora en adelante, como explican desde la consejería de Ciencia, la Fundación tendrá un papel activo y relevante en el desarrollo de las líneas estratégicas de actuación del CITA en general, y en particular en las relacionadas con la gestión de actividades de transferencia, su oferta tecnológica y su cartera de servicios.

En coordinación con este centro, trabajará para reforzar la transferencia de conocimiento científico, la innovación, la optimización de la actividad productiva, el progreso tecnológico y el desarrollo económico de los sectores agroalimentario y medioambiental. Y perseguirá la mejora de la cultura científica y la calidad de vida de la ciudadanía actuando como agente dinamizador de la transferencia a la agroindustria de los conocimientos científicos y tecnológicos, poniendo en valor de mercado la investigación de excelencia, entre otras tareas.

Todo eso significa que "no va hacer algo muy diferente a lo que ya hacía", matiza Soriano. Para explicarlo la directora general vuelve a recordar que esta entidad se había constituido con unos fines que no se correspondían a lo que hacía, por lo que lo que se ha hecho, detalla, es que la fundación tendrá ahora la actividad que le corresponda con lo que puede y sabe hacer su plantilla y con la que refuerza la labor del CITA.

Dos pilares

Dos son los grandes pilares en los que sustenta el trabajo de la fundación. Uno de ellos es la gestión de proyectos de investigación, para lo que cuenta con empleados que conocen muy bien a qué convocatorias acudir, cómo montar y gestionar los proyectos, cómo hacer su seguimiento y las justificaciones. "Eso se va a seguir haciendo igual, pero se va hacer de la mano de la oficina de proyectos del CITA", añade.

Porque uno de los objetivos potentes de la creación del PCTAD era que este se convirtiera en la oficina de transferencia de resultados de investigación (OTRI) del campus, una figura que no existía en el centro de investigación, que ahora se quiere rescatar y especializar a la plantilla en aquello que mejor sabe hacer: los proyectos de transferencia de conocimiento, principalmente -pero no exclusivamente- en las iniciativas enmarcadas en el Programa de Desarrollo Rural, tanto autonómico como nacional.

"Hay que buscar a empresas del sector y ofrecerles todo el conocimiento que se genera en el CITA. En eso, el parque es bueno y es lo que tiene que reforzar", insiste Soriano, que explica que para ello también se está trabajando con la Consejería de Agricultura que es la competente en materia de transferencia al sector.

Un segundo pilar de la nueva FITA lo conforman sus servicios de laboratorio, que cuentan con equipamientos avanzados y cualificados profesionales especializados en el uso de esos equipos. "Queremos impulsar esta potente pata para, en lugar de duplicar actividades, reforzar esa cartera de servicios y ofrecerla como ventanilla única del Gobierno de Aragón", matiza Soriano, que reconoce que este sistema ya se aplica con otros departamentos dentro del propio CITA, con el Ministerio o con el CSIC, como se hace, por ejemplo, con el examen de las variedades vegetales.

"La idea es la misma. Somos pocos, pues unamos fuerzas y ofrezcamos de manera más ordenada un apoyo al sector agroalimentario y ambiental", puntualiza.

Hay un tercer aspecto del que se encargará el nuevo centro. Se trata de la divulgación de conocimiento para el público en general, una línea que el CITA quiere reforzar. "En eso la fundación es buena, conoce las convocatorias y puede ayudarnos en esa labor", afirma la directora gerente, que define la nueva relación entre los dos centros con un símil muy familiar. "Vamos a pasar de ser primos lejanos a ser primos hermanos", dice.

Estas ideas son las que ahora comenzarán a ponerse en marcha. Para ello la FITA contará con una nueva dirección, cuyo proceso de selección se inició el pasado 10 de enero. "Hay que contar con una persona que haga el escáner de toda la plantilla y busque la potencialidad de toda la gente que ahora está empleada en la fundación, que tiene perfiles muy buenos y que puede utilizar de la mejor manera posible", concluye.

La plantilla, "esperanzada y expectante" ante la nueva Fundación

2021 no fue fácil para la plantilla del Parque Científico Tecnológico Aula Dei, compuesta por 14 trabajadores de alta cualificación. El futuro del centro comenzó a ponerse en entredicho al inicio del año y el cese del entonces gerente -que no fue sustituido- hizo que se encendieran todas las alarmas.

Conforme avanzaban los meses y se iba conociendo -incluso en sede parlamentaria- algunos detalles del "proceso de reflexión" al que la Consejería de Ciencia estaba sometiendo el devenir del PCTAD, la incertidumbre iba creciendo más cuando llegó a hablarse de la posibilidad de poner fin a la iniciativa impulsada en 2006.

Las dudas se despejaban el año llegaba a su fin y el departamento que dirige Maru Díaz anunciaba públicamente el 28 de diciembre el ‘adiós’ al PCTAD y el ‘hola’ al FITA. La nueva fundación, que mantendrá los puestos de trabajo, ha hecho que la plantilla se muestre "esperanzada y optimista", aunque se mantiene "expectante" hasta conocer al que será su nuevo director/a y las ideas con las que va a materializar el nuevo rumbo.

La cara y la cruz de los parques de Ejea y de San Mateo

Como sus siglas indicaban el Parque Científico Tecnológico tenía su sede en el Campus de Aula Dei que le daba su nombre. Allí era donde se quería conseguir un ecosistema en el que convivieran en el mismo espacio empresas del sector agroalimentario y los centros que investigan en esta materia. "La idea fracasó", señala Lucía Soriano, directora gerente del CITA que durante el pasado año ha ocupado la gerencia en funciones del Parque.

Se buscaron entonces soluciones "que tenían sentido pero que no consiguieron fraguar", como fue la adquisición de terrenos en la localidades zaragozanas de San Mateo de Gállego y de Ejea de los Caballeros, con la intención de que fueran lugares atractivos para impulsar dicho objetivo.

En San Mateo no hubo suerte y la salida que se ha dado a dichos terrenos ha sido la venta. "A mí me parece un acierto y me da pena que no se reconozca ese trabajo que se ha hecho desde el departamento para conseguir, por fin, vender los terrenos", lamenta Soriano. Recuerda que, además, no ha sido una mera operación urbanística sino que esa superficie ha sido adquirida por Certest Biotec, la biotecnológica zaragozana que fabrica PCR y test rápidos de covid, así como reactivos (imprescindibles para la elaboración de las pruebas). "Una empresa supernecesaria en el escenario que tenemos de pandemia, que va a generar empleo, que va a hacer un trabajo imprescindible y va a posicionar a Aragón. No entiendo que no se haya reconocido el esfuerzo para cerrar esta operación", insiste.

Más exitosa ha resultado la iniciativa en Ejea de los Caballeros, donde está instalada Porcinnova, la incubadora de alta tecnología del sector porcino, que ya puesto en marcha la tercera ronda de aceleración de empresas innovadoras. Soriano explica se seguirá trabajando con el ayuntamiento de la localidad para reforzar la colaboración y para que el parque allí creado "siga con vida independientemente de la fundación y dado que seguirá contando con el apoyo el Gobierno de Aragón no va a salir perjudicado sino todo lo contrario".

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión