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Siete pueblos bonitos de Huesca para visitar todo el año
La variedad de ambientes y paisajes hace que la provincia sea una mina para los buscadores de belleza rural.
Aunque algunos puntos de la geografía oscense son más bien estacionarios en tema turístico, las zonas montañosas siempre registran buenas ocupaciones en verano y las del llano también tienen su público en las fechas festivas del invierno. En la provincia de Huesca se puede encontrar el bullicio y también la más absoluta soledad: todo depende de quién busque. Eso sí, en todos los entornos hay un denominador común: la buena cocina. Estos siete lugares son de los de repetir.
Pueblos bonitos de Huesca para una escapada de lujo
Vista de Gistain | Laura Uranga
Este pueblo en altura, situado al norte del Sobrarbe, da nombre a todo un valle y es probablemente uno de los puntos más bonitos del Pirineo. Tiene los tresmiles cerca, una floración increíble, varios miradores con pradera y barbacoa dispuestos para pasar el día, un casco urbano de cuento y gran oferta de alojamiento rural; la preservación del aragonés chistabino también llama la atención.
Vista de Ansó, uno de los pueblos más bonitos de España | Laura Uranga
Integrado en la red de pueblos más bonitos de España, hubiese obtenido ese título por aclamación popular. La fiesta del traje ansotano es una de las más conocidas del Pirineo cada final de agosto, y la oferta de alojamientos es amplia y variada. El entorno, bañado por el río Veral en la parte norte, ofrece numerosas posibilidades para la excursión; camino de Zuriza, varias bordas ofrecen las mejores migas y carnes de la zona: Chiquín y Arracona son las más conocidas.
Vista de Graus | Ángel Gayúbar
La capital de la Ribagorza tiene a su plaza Mayor como icono, y a la longaniza como atractivo más famoso gracias a marcas de larga tradición charcutera. El Museo de Iconos junto al Santuario de la Virgen de la Peña es una visita obligada, así como el paso por el templo budista de Panillo, pedanía del municipio. El centenario hotel Lleida es uno de los decanos del sector en Aragón, festival Nocte es cada año el mayor atractivo en materia cultural.
Vista de Torla | Laura Uranga
Es la puerta occidental del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido; desde su centro de visitantes, con museo incluido, se regula el acceso rodado y las subidas en bus en verano; aunque a menor escala, se reactiva en invierno pese a no tener estación de esquí alpino. La fiesta del Carnaval, rescatada hace pocos años, es una de las más singulares de toda la provincia. Cuenta con abundante hostelería y la mayor variedad de cocina de la zona.
La Iglesia de Santa María de Santa Cruz de la Serós | Laura Uranga
Declarado Conjunto Histórico Artístico del Camino de Santiago. Su gran joya es la iglesia románica de Santa María, contemporánea de la Catedral de Jaca. En la arquitectura urbana de Santa Cruz están además los ejemplos más claros del famoso ajedrezado jaqués. El monasterio de San Juan de la Peña, fundado por Ramiro I de Aragón hacia el 1060, tiene parte vieja y nueva, y alberga un Centro de Interpretación del Reino de Aragón.
Catedral de Roda de Isábena | Ángel Gayúbar
Es el pueblo más pequeño de España con catedral, el templo de San Vicente, la más antigua de Aragón. Tiene restaurante, la Hospedería, con mesas en el espectacular claustro del conjunto religioso. Además de pasear por sus calles empedradas, es recomendable conocer el edificio bajomedieval del palacio prioral de Roda, los restos del castillo medieval y el molino de aceite del siglo XVIII.
El Pueyo de Araguás se encuentra a los pies de la Peña Montañesa | Laura Uranga
La imagen de la Peña Montañesa al frente es el primer impacto visual de este pequeño pueblo elevado en un altozano, que asombra por su urbanismo impecable en piedra y la tranquilidad que transmite a pesar de tener más plazas de turismo rural (hay una decena de casas) que habitantes censados. El término incluye el famoso monasterio de San Victorián, con vestigios del siglo VI.
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