Adornos... ¡hasta el año que viene!

Si no quieres empalmar una Navidad con otra, deberás deshacerte de la decoración navideña lo antes posible o, de lo contrario, acabarás posponiendo la tarea una y otra vez. Por ello, limpia el polvo que ha podido posarse sobre los adornos y tira aquellos que se hayan roto. Recoge todo en cajas y escribe en ellas lo que guardas en su interior para que sea más fácil localizarlo para otras ocasiones. 

Ordenar y tirar

El año nuevo y el fin de la Navidad es un buen momento para hacer limpieza y llevar a cabo un orden general: limpiar a fondo la cocina, tirar (definitivamente) aquello de lo que debemos deshacernos para empezar bien el año, ordenar los armarios... De esta forma, encontraremos el lugar adecuado para aquellos regalos que hemos recibido en estas fechas y podremos deshacernos de lo que ya no usamos. 

Aprovecha a limpiar los cristales

Son los grandes olvidados del hogar, a pesar de que la suciedad que en ellos se acumula se aprecia con facilidad. Además, hay que saber limpiarlos para no dejarlos más sucios que al principio. Por ello, aprovecha la limpieza general para dedicarles a ellos un buen rato. 

Cuidado con los juguetes 

Varias investigaciones han asegurado que los niños no deberían recibir más de cuatro regalos navideños. Sin embargo, esta cifra rara vez se respeta. Así, los más pequeños de la casa cuentan, de repente, con unos cuantos juguetes más a los que hay que hacerles hueco en casa. Por eso es buen momento para donar aquellos que ya no usen y para tirar aquellos que estén rotos o muy deteriorados. 

Limpieza,  también en la nevera

Las comilonas navideñas han dejado neveras llenas de táperes con sobras y, aunque hay recetas de aprovechamiento deliciosas, hay que ser consciente de lo que se puede guardar y cómo. Así, después de estas fechas toca hacer limpieza de alimentos y, también, del frigorífico. Con este último podemos evitar los químicos si empleamos soluciones caseras.