GASTRONOMÍA
Tarta de moras rústica: una receta para aprovechar estos frutos de temporada
Para despedir el verano como se merece, hay que sacarle el máximo partido a la despensa estival.
Que el verano llegue a su fin significa que es el momento de despedirse de alimentos y elaboraciones propios de la época estival. Aunque el gazpacho nos encante (lleve o no tomate) y nos resistamos a dejar de disfrutarlo, hay otros platos de cuchara que apetecen más llegado el otoño. Lo mismo ocurre con las frutas de temporada que, aunque solo están en nuestra despensa durante un tiempo (a no ser que prepares mermelada casera), merece la pena esperar a que llegue su momento para disfrutar del mejor sabor que pueden ofrecer.
Ahora es tiempo de moras silvestres, cuya temporada puede alargarse hasta principios de octubre. Por ello, hay que aprovechar para preparar recetas que las contengan. Los postres son un acierto seguro y es que, ¿quién puede resistirse al último pase de la comida? La elaboración de esta tarta de moras rústica es rápida y sencilla y, además de vistosa, no requiere de un gran número de ingredientes.
Ingredientes
- Dos láminas de pasta brisa.
- 500 gramos de moras.
- 115 gramos de azúcar moreno.
- Media cucharada de canela.
- 50 gramos de mantequilla.
- Licor de Jerez.
- Un huevo.
- Leche.
- Azúcar glass.
Elaboración
La mezcla de moras
El primer paso es mezclar las moras con el azúcar, la canela y un chorrito de licor de Jerez. Esta mezcla se reserva y, mientras, se procede a engrasar con mantequilla el molde donde se colocará la tarta. En él se pone una lámina de pasta brisa como base y se añade la mezcla de moras.
La clave está en el enrejado
Mientras se precalienta el horno a 180 grados, hay que elaborar el enrejado con la otra lámina de pasta brisa. Para ello, se cortan 10 tiras intentando que tengan la misma medida. Después se colocan las cinco verticales empezando por el centro y se añaden las horizontales de forma intercalada.
El toque final
Antes de introducir la tarta en el horno, es recomendable pincelar la superficie con huevo batido y leche y se deja hornear a 180 grados durante una hora. Cuando la elaboración este fría, espolvorear con azúcar glass y servir.