todos los santos

Los rincones más terroríficos de Aragón (sin recurrir a cementerios ni Trasmoz)

Escritores y artistas sugieren algunos escenario que llaman a la puerta del misterio y resultan menos obvios que los ya muy trillados en Todos los Santos.

Foto de La Fresneda
Un preso de la cárcel inquisitorial de la Fresneda ve pasar los días sin mucha esperanza...
Laura Uranga

En Aragón hay un puñado de rincones que invitan al escalofrío. Basta escuchar el pódcast de misterio (‘La rosa de los vientos’, ‘Criminopatía’, ‘Espacio en blanco’...) para oír semana sí, semana también, cómo narran las cruentas torturas en las cárceles del Matarraña o se repasa las psicofonías de Belchite. Estos días en los que se disparan las visitas a los cementerios y en el que el ‘truco o trato’ vuelve a vencer por la mano al Tenorio, conviene conocer otros escenarios aragoneses menos obvios que también invitan a pasar algo de miedo. Difícil de superar, por descontado, es Trasmoz, el único pueblo excomulgado de España. Hasta allí también viajarán este fin de semana algunos curiosos, ávidos de conocer la historia de la Tía Casca y, ya de paso, recorrer también los parajes en los que Bécquer escribió sus leyendas.

Si de brujas va la cosa, no obstante, la museógrafa Beatriz Lucea recomienda una visita a la cueva de las Güixas, en Villanúa, que podría considerarse “nuestro Zugarramurdi particular”. Allí , a los pies de la montaña de Collarada, se ven chimeneas de piedra en las que -supuestamente- antaño las brujan hacían aquelarres. Según el área de Turismo de la localidad pirenaica, “diversos grupos humanos se han refugiado en este lugar desde el Neolítico, como demuestran los restos arqueológicos recuperados de su interior”. Además, entre los siglos XV y XVIII fue utilizada por curanderos según las leyendas de la zona “y parece que también sirvió de calabozo o refugio de soldados en distintas guerras”. La presencia de no pocos murciélagos -hoy animales protegidos- le dan a la cueva también un halo un tanto aterrador…

La cueva de las Güixas en Villanúa
La cueva de las Güixas en Villanúa
Laura Uranga

El escritor Eloy Morera, que ha ejercido durante mucho años de guía turístico en el castillo de Mesones, ‘barre para casa’ y propone una visita a la fortaleza del Aranda donde esperan no pocos misterios templarios y, también, de la Casa de los Luna. Entre otros, “hay una cripta impresionante que se conserva de maravilla y está muy profunda bajo una de las torres principales. Es la cripta que construyó el arzobispado para enterrar a Don Lope, pero curiosamente nunca llegó a utilizarse. De hecho, hoy sus restos están en la parroquieta de San Miguel Arcángel, en la Seo, y nadie sabe qué pasó con este subterráneo abovedado profundísimo. ¿Acaso Don Lope se hizo dos criptas pensando en morirse dos veces?”, bromea Morera.

El autor de ‘Cutanda’ y otras novelas sobre la historia de Aragón, también cita otro lugar “con origen en una leyenda de Bécquer pero poco conocido”. Se trata de “la fuente de los Álamos, a la falda del Moncayo, donde tiene lugar la historia de ‘Ojos verdes’. Cuentan que un montero yendo de cacería alcanza la fuente temida por todos dado que hay un demonio en sus aguas. Él se obsesiona, lo ve encarnado en una mujer y, obviamente, al final muere”. Algunos años se ha representado esta leyenda la noche del 1 de noviembre en la fuente de los Álamos, sin (excesivo) miedo a atraer a esta parte del espejo a los seres malignos….

Foto de Mesones de Isuela
Castillo de Mesones de Isuela
Laura Uranga

Repasando la geografía aragonesa, parece obligado también hacer parada y fonda en Javierrelatre, donde en verano se ha recuperado el festival de cine de terror Obuxo. Allí, incluso acampando en pleno cementerio, se proyectan cortometrajes que erizan el espinazo, como hacen los de Daniel Calavera, autor de ‘Unas cuantas bestias’ o ‘Greta’. El también firmante del libro ‘Estos son los cuentos de Isla Mayen’ tiene un puñado de rincones para proponer: “Las ruinas del antiguo casino de Alfajarín también son atractivas, así como las fantasmagóricas casas a medio construir de la urbanización de La Muela, al otro lado de la autovía, desde donde se ven las mejores vistas de Zaragoza”, dice Calavera, aficionado también a pasar miedo perdiéndose de noche por el Cañigral de Teruel. No obstante, si tuviera que quedarse con un solo lugar este sería “las ruinas de Jánovas, son preciosas y es alucinante lo bien que se conservan”, asegura.

Agramonte y los alrededores en Moncayo
son perfectos para perderse en Halloween

La escritora Laura Bordonaba apunta que Agramonte y los alrededores en Moncayo son perfectos para perderse en Halloween, conocedora de que ahí se encuentran las ruinas de un sanatorio de tuberculosos que han sido, incluso, localización de algún videoclip. Construido en la primera mitad del siglo XX y abandonado a su suerte a finales de los 70. El edificio, que en su origen fue concebido como centro turístico, se acondicionó después como hospital de tuberculosos y entre sus paredes -dicen quienes creen en el 'yuyu'- se ha quedado impregnado el dolor de los pacientes. Hasta hace pocos años aún podían verse las mesas de la morgue del preventorio, pero el estado actual del inmueble es tan ruinoso que se desaconseja la visita por su más que evidente peligro.

Casas encantadas, psicofonías y rincones telúricos protagonizan no pocas guías del misterio (como la de Carlos Gutiérrez Tutor, editada por Prames), donde se reseñan casos de naves nodrizas en Pusilibro o supuestos humanoides en Salillas. También se glosan volatilizaciones de ganado en Celadas o episodios de chupacabras en Berdejo y Alfajarín.

El antiguo Sanatorio de Moncayo, en Agramonte, es un edificio abandonado lleno de misterio.
El antiguo Sanatorio de Moncayo, en Agramonte, es un edificio abandonado lleno de misterio.
M. R.

Otro capítulo que daría para ríos de tinta -bendición papal mediante- es el de las apariciones marianas y los milagros eclesiásticos. En una reciente entrevista, Javier Sierra, bien conocedor de las peripecias de María Jesús de Ágreda (‘La dama azul’) se confesaba apasionado del milagro de Calanda, los Corporales de Daroca o la leyenda del paso del Santo Grial por San Juan de la Peña...

El cineasta oscense Maxi Campo (también conocido como 'El director maldito' por uno de sus cortos) pone el acento en las cárceles de la Inquisición, que se conservan en el Matarraña. Éstas, que han llamado la atención desde Sánchez Dragó hasta Jesús Callejo (un ‘Macondo ibérico’, han llegado a denominar a la comarca) evocan tiempos de verdugos, condenas y ‘esquartizamientos’, que se decía hace siglos. "Los conjuntos más espectaculares de la ruta son los calabozos de Mazaleón y de La Fresneda, ambos con un importante conjunto de ‘graffitis’ carcelarios. Y resulta sobrecogedora la cárcel-pozo de Ráfales", explican los expertos en la ruta.

Mural en Gascón de Gotor, antigua Casa del Duende.
Mural en Gascón de Gotor, antigua Casa del Duende.
ZaragozaModerna

Sin salir de Zaragoza, por cierto, también hay algunos rincones poco trillados que ponen los pelos de punta. La calle de los Mártires, que desemboca del Tubo a la plaza de España, “recibe tal nombre porque allí se mataron a numerosos inocentes en época romana”, dice Eloy Morera. La leyenda dice que estos muertos reaparecen en los momentos críticos de la ciudad como fantasmas y con hachas encendidas. “La noche anterior de la muerte del Justicia y la previa a la batalla de Zaragoza en la guerra de Sucesión volvieron a la vida”, cuentan. El pozo de San Lázaro, el fosal de Macanaz o el camposanto de La Cartuja son otros espacios estremecedores, si bien, por acabar con un guiño simpático se puede recurrir a la que permanece en la que fuera la antigua Casa del Duende. En un mural cerámico de Gascón de Gotor con Juan Pablo Bonet se esconde un diablillo boca abajo que recuerda las misteriosas voces infantiles del enigma que revolucionó España en 1934.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión