De Pertegaz a Antonio Burillo: 40 años de reinas y movidas

Es imposible resumir los últimos 40 años de la moda en Aragón sin darles un puesto de honor a los nada menos que cuatro modistos que han vestido a las dos últimas reinas de la historia de España: Manuel Pertegaz, Antonio Marcén, Margarita Nuez y Antonio Burillo.

Un desfile en el Hotel Palace de Madrid marcó un hito en la moda aragonesa. Cristina Piaget, entonces en lo más alto y solicitadísima, fue una de las modelos que se pasearon entre los invitados con los diseños de Sara Opic, Blue Ribbon (la marca de Carlos Ibáñez) y Ricardo Miñana. Era el año 1987y cristalizaba así el Goya-Grupo, que reunía talentos para la moda de una época en la que el sector coqueteaba con la vanguardia y la transgresión. Una efervescencia creativa de la que también formaban parte nombres como los de la diseñadora Montse Jimeno o Enrique Lafuente, entre otros.

Fueron unos momentos en los que se experimentó, además, un buen entendimiento entre riesgo, mentalidad empresarial y gustos del público, una entente, espoleada además por el apoyo institucional. La DGA impulsó aquella experiencia madrileña de la mano del Plan de Promoción del Diseño Aragonés que, a su vez, era reflejo de otro a nivel nacional. Una lluvia de millones para el sector que se tradujo en nombres como los de Sybila, Manuel Piña, Francis Montesinos o la explosión de la moda gallega.

A Aragón los diseños de estos modistos emergentes llegaban a través de un pequeño comercio arriesgado y diferente, auténtica punta de lanza de la modernidad. Fue Ricardo Miñana, con su tienda de la calle de Francisco de Vitoria, quien trajo por primera vez a la capital aragonesa los diseños de una entonces aún desconocida Sybila, que vendía sus creaciones en el garaje de su casa familiar.

El rompedor local de Miñana convivía con otras tiendas del estilo como Alcachofa, Bicicleta o Chocolate. Que a su vez se unieron a un pionero Reblet (en la calle de Cádiz), adonde los más lanzados acudían a comprar marcas extranjeras en pleno franquismo. Aquellas eran algo más que tiendas. Suponían un soplo de aire fresco, decididas apuestas por el futuro, auténticas sucursales de la famosa Movida y ventanas a una modernidad en sintonía con el espíritu aperturista de una joven democracia.

Enamorados de la moda juvenil

Muchos comercios de los 80 y primeros 90 simbolizaban esa sociedad que cayó "enamorada de la moda juvenil", representada, sobre todo, por el denim (entonces conocido como tela vaquera). ¿Cómo no recordar El Viejo Rufo o Pardón, que sobrevive? Javier Romance hacía gala de un excelente gusto selector multimarca, que incluía unas preciosas colecciones de punto de diseño propio. O los diseños minimalistas y ultrafemeninos de G. E., de aire francés y una de las primeras en lanzar un perfume con su marca. Al ‘otro lado’ del mostrador, muchos eran los que se esmeraban por ser los más originales y, por qué no, estrafalarios, en las pistas de Pachá o el KWM. En "nuestro Studio 54", como lo llama el agitador cultural Enrique Lafuente, quien recuerda las figuras de "Cachi, Ignacio Guelbenzu o Ricardo Miñana...".

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Un desfile en Zaragoza en los años 80.
Heraldo.es

Por desgracia, esta primavera de la moda en Aragón apenas logró superar los años 90. Llegaron las grandes superficies y las cadenas, que instalaron una forma de comprar y vivir la moda completamente diferente. Un modelo que incluye desde hace unos años el comercio ‘on line’ y que acucia a las tiendas pequeñas, sobre todo las de ropa.

El siglo XXI se inauguró en lo que a moda local se refiere de la mano del esfuerzo de un grupo de creadores formado por Belén Morales, Enrique Lafuente, Asun y Carmenchu Landa, Susana Aperte y Montserrat Jimeno, que logró poner una pica en El Corte Inglés con varios córneres y un lema: ‘Aragón mueve moda’.

Desde entonces, ha habido varios intentos de reanimar el panorama. Uno de los más firmes y recientes es el de la Aragón Fashion Week, que en 2021 cumplió tres ediciones. En todo caso, desde la perspectiva histórica, la moda en Aragón se teje sobre todo con talentos individuales.

De todos ellos, sin género de dudas, el más trascendente es Manuel Pertegaz, el turolense de Olba que logró construir una firma internacional aún en pie. Pertegaz fue sinónimo de la alta costura, codo con codo con Balenciaga o Dior, si bien él rehusó trasladarse a París y se mantuvo fiel a su taller de Barcelona. Su talento y su capacidad visionaria tuvieron un premio: pasar a formar parte de la historia de España vistiendo a la ahora reina Letizia en su boda con Felipe VI.

La marca, que se defendió en los duros momentos del paso de la confección a medida al ‘prêt a porter’, dio salida a una amplísima línea de complementos y productos con licencia: gafas, perfumes, corbatas... En la actualidad experimenta un renacer de la mano de nuevos propietarios y la labor del director creativo Jorge Vázquez.

Pertegaz fue el epítome de una relación de la realeza española con los modistos aragoneses que tiene otros ejemplos. La reina Sofía confió en numerosas ocasiones en el zaragozano Antonio Marcén. También en el gusto de otra turolense, Margarita Nuez, que la vistió en la boda de su hijo Felipe y con quien además mantiene una profunda amistad.

Más recientemente, un zaragozano, Antonio Burillo, con la firma que comparte con Juan Carlos Fernández, The 2nd Skin Co., se ha convertido en uno de los creadores favoritos de la reina Letizia. El idilio con la firma se materializó por primera vez en un concierto de gala previo a los Premios Princesa de Asturias de 2019, en los que lució un espectacular bustier con plumas. La relación se afianzó en la siguiente edición, la de 2021, tras el parón de la pandemia. La monarca acudió a la entrega de galardones con un vestido negro aplaudidísimo de Burillo. Pero no solo la Reina se ha fijado en la elegancia de The 2nd Skin Co. Beyoncé, Jennifer Lopez o Eugenia Silva figuran entre sus seguidoras.

Construyendo un estilo

Curiosamente, las creaciones de dos modistos aragoneses podrían simbolizar la evolución en el estilo a la hora de vestir de la reina Letizia. La fotografía de abajo a la izquierda es una imagen para la historia, la de la boda que la convertiría entonces en princesa de Asturias. El vestido creado por Pertegaz fue un homenaje a los más clásicos diseñadores españoles y una pieza para los anales. A la derecha, ya convertida en Reina, la monarca luce el diseño de otro aragonés para el que se dice que es uno de sus días favoritos del año, la entrega de los premios Princesa de Asturias en su ciudad natal, Oviedo. El vestido es de The 2nd Skin Co., la firma del zaragozano Antonio Burillo y Juan Carlos Fernández. Los que entienden aplaudieron un diseño que resulta tan contemporáneo como intemporal, con un corte que recuerda a la mejor costura de los años 60, pero actualizada.

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La reina, vestida por dos aragoneses: Pertegaz e ldía de su boda y Antonio Burillo en los pasados premios Princesa de Asturias.
Heraldo.es

Hay que decir que Antonio Burillo no fue de los que tuvieron que salir de Aragón para ver reconocido su potencial. En 2001, con solo 20 años, ganó el I Concurso de Jóvenes Diseñadores organizado por la Federación de Industrias Textiles y de la Confección de Aragón (Fitca). El modisto siempre ha reconocido el empujón que le supuso aquel reconocimiento, cuyo premio constaba, entre cosas, de una beca de estudios. Recientemente la Fitca ha recuperado el certamen, con dos premiados muy prometedores, Andreia Santiago y Nacho Lamar, que ya ha lanzado su propia marca.

La moda tiene otros oficios. Por ejemplo, el de fotógrafo. Desde Zaragoza han salido dos de los más influyentes de España, Valero Rioja y Juan Aldabaldetrecu. En ilustración destaca Arturo Elena, cuyas flamígeras y reconocibles figuras triunfan a nivel internacional. También lo hace como modelo Jorge Zumeta.

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