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Valero Rioja, el fotógrafo de las estrellas: "Sé buscar el lado guapo de la gente"

El zaragozano, que lleva años convertido en el fotógrafo de celebridades, es él mismo ahora una estrella en Instagram: más de 100.000 personas siguen cada día sus divertidas 'stories' en Instagram

El fotógrafo zaragozano Valero Rioja.
El fotógrafo zaragozano Valero Rioja.
Heraldo.es

Adriana Ugarte, Danna Paola, Ana Obregón, Sara Carbonero, Ester Expósito, Blanca Suárez, Nieves Álvarez, Amaia Salamanca, Miguel Ángel Silvestre, Candela Peña... La lista de rostros conocidísimos que se han puesto delante del objetivo de la cámara del zaragozano Valero Rioja es interminable. Sus fotos son devotas de aquellos años 90 en los que él creció soñando con retratar a modelos esculturales, esas 'top' de "belleza infinita" poblaban las portadas de las revistas. Lo ha conseguido. Treinta años después puede decirse sin exagerar que Valero Rioja es el fotógrafo de las estrellas. Y, más recientemente, no solo eso, sino que es él mismo quien se pone delante de una cámara, la del móvil, para grabar parte de su día, algo que le ha convertido en una estrella... de Instagram. Sus 'stories' atraen en estos momentos a más de 100.000 seguidores, muchos de los cuales asistieron la semana pasada a las quejas de Valero por no formar parte del elenco de famosos con pelo 'mullet', uno de los cortes de moda del momento, publicado por este periódico. 

¿Se le ha pasado ya el enfado?

Soy de mecha corta (risas).

¿Pero cómo pudimos sacar en el artículo sobre el 'mullet' a David Bowie y no a usted?

No, no, a Javi Calvo, que se lo cortó así antes de ayer (más risas).

No como usted, que se lo cortó haca un año. ¿Por qué eligió este peinado?

Me lo corté el verano pasado. Me encanta lo de cambiarme el pelo, lo hago bastantes veces. Estaba un poco cansado de lo que llevaba y pensé: "Me apetece una macarrada". Al principio no llevaba el pelo lo suficientemente largo, pero una peluquera amiga mía me puso unas extensiones hasta que conseguí la longitud adecuada.

Y ahora que lleva un mullet canónico, se lo quiere cambiar.

Es que estoy viendo que lo lleva demasiada gente, aunque no tan radical como yo. Cuando se lo empiezo a ver a la gente yo me lo quito.

¿Es importante para usted estar por delante de las modas?

Es fundamental.

¿Por su trabajo?

Sí claro, me dedico a la moda. Qué menos que saber por dónde va la vida, las tendencias. Pero también por cómo yo soy, me divierte. Me gusta experimentar en mí mismo. Pero cuando una tendencia se convierte en algo de masas ya me aburre. Me gusta anticiparme un poquito.

¿Y de dónde bebe para enterarse no ya de lo que hay, sino de lo que vendrá?

Pues mira, a veces de las cosas más bobas. Yo creo que tengo una sensibilidad especial para saber lo se lleva.

Tiene radar...

Sí, pero desde pequeño. Me ponía con algo y la gente me decía: "¿Pero qué haces con eso?". Y a los meses, todo el mundo. No sé, tengo esa facilidad.

Tiene más de 100.000 seguidores en Instagram. Hay programas de televisión que tienen menos audiencia que sus 'stories'. Hasta el punto de que habrá quien le conozca más en esa faceta que como fotógrafo. ¿Le da que pensar?

Yo esta situación la vinculo con esa capacidad que te decía para captar lo que se lleva. A mí siempre me han gustado las redes sociales, no sé, me han atraído mucho. Y la gente me decía: "¡Pero por qué te expones tanto! ¿La gente no sabe todo de ti?". No, perdona, la gente no sabe nada de mí. Sabe lo que quiero que sepan. Saben un 1% de lo que es mi vida. Y además está todo filtrado y exagerado. Hay muchos aspectos de mi vida de los que la gente no tiene ni idea ni quiero que la tenga. Todo me lo tomo con naturalidad. Llegar a los 100.000 seguidores no fue de repente. Yo creo que me he ido creando una especie de público al que le divierten las tonterías que hago. Pero es que en realidad mi cuenta de Instagram es súper profesional. El 'feed' son todo fotos de mi trabajo, las 'stories' son otra cosa.

Pues como el pelo mullet, serio por delante, loco por detrás.

Jajaja, exacto. Pero es que si soy una persona divertida en el mundo real, ¿por qué no lo voy a ser en mis redes?

¿Han cambiado sus relaciones con las personas conocidas que fotografía desde la llegada de las redes sociales?

No mucho. En todo caso, cuando trabajo con alguien que no conocía previamente y nos seguimos en las redes sociales, ese romper el hielo parece que ya está hecho. Te acerca un poco más. Antes de Instagram lo que hacía era sentarme con el retratado en el set de maquillaje, hablar un poco antes. Ahora, con las redes, a veces eso ya no hace falta.

Actores o modelos se muestran ahora en las redes sociales: ¿se ha perdido la mística de la fama?

No, no... Lo que pasa es que ahora la gente quiere naturalidad. Instagram ha potenciado eso. Antes, es verdad, algunos famosos eran como intocables. Se hacía un reportaje y se ceñía a lo que esa persona quería enseñar. Ahora están obligados a mostrar más. Me consta que sus representantes les insisten, porque no hay que olvidar que hoy en día parte de los trabajos que les pueden llegar vienen derivados de las redes sociales. Las redes también han traído diversidad. Por ejemplo, antes las y los modelos eran de un solo tipo. Ahora hay una variedad enorme. La gente quiere naturalidad.

¿Y qué es ese concepto para usted? Porque sus fotos son enormemente sofisticadas. ¡A los guapos los saca aún más guapos!

Lo que a mí me gusta es fotografiar la parte bonita de las personas. Me gusta la belleza. Desde pequeño. Yo crecí en los 90, en pleno apogeo de las supermodelos, Versace... Vengo de eso y se nota en mis fotos. Me gusta sacar la parte guapa de la gente y también creo que es lo que a la gente le gusta de mi trabajo. Pero aun así no es una belleza artificial. En mis fotos no hay mucho retoque: intento que sea solo luz y saber sacar ese momento que es tan guapo. Porque sé encontrarlo.

Supongo que eso es oficio, oficio, oficio...

Bueno, igual que tengo esa facilidad para saber lo que es moderno, sé buscar el lado guapo de la gente. Lo veo enseguida. Mira a alguien y me digo: "Este lado".

¿Y conoce también su propio lado guapo? Y no hablo solo del físico.

Sí, claro. Es el que saco en las 'stories' de Instagram.

Valero Rioja, en sus 'stories' de Instagram.
Valero Rioja, en sus 'stories' de Instagram.
Heraldo.es

¿Se puede llegar a establecer una conexión con el modelo en lo que dura una sesión de fotos? Damos por hecho que los famosos están acostumbrados a ser retratados. Pero hay quien odia las fotos.

Muchos son muy vergonzosos. Pero con esta simpatía exacerbada mía... Una simpatía que, en realidad, esconde a un gran vergonzoso. Lo soy tanto que ni te imaginas... Me muero de la vergüenza con millones de cosas, pero con la edad lo vas superando. Y una forma de superar la vergüenza es, precisamente, hacer el payaso en las redes sociales. O en una sesión. Mira, muchas veces me hago el marica mucho. Y a las chicas, como que les hace gracia (se ríe). Es una manera romper barreras.

Llegar a donde ha llegado desde Zaragoza es particularmente difícil.

Me fui de Zaragoza a los 17 años. Le tengo mucho cariño, pero siempre supe que me quería ir. Estaba obsesionado con las 'top models' y los fotógrafos y en Zaragoza, desgraciadamente, no podía cumplir ese sueño. Pero allí tengo familia y conservo amigos desde el cole. Y tengo con mi marido una casita en Formigal que nos encanta y es nuestro paraíso.

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