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Reservas fantasma: el daño de hacerlas y no acudir

Los hosteleros zaragozanos advierten del riesgo de esta práctica que es mucho más habitual de lo que parece.

David Álvarez, gerente de Atípico
David Álvarez, gerente de Atípico
Camino Ivars

¿Alguna vez ha hecho una reserva en un restaurante y se le ha pasado por completo avisar de que no iban a acudir? Un gesto a priori inofensivo, más aún desde la llegada de la pandemia por la covid, puede provocar una gran pérdida en el establecimiento afectado. Así lo explican desde la Asociación de Cafés y Bares de Zaragoza y Provincia. "Esta situación causa un gran daño económico a los bares, cafeterías y restaurantes que han tenido la mesa vacía, esperando a los clientes que definitivamente no llegan", explica David Sariñena, vicepresidente.

Desde la asociación aseguran que esta práctica cada día es más habitual. "No podemos quedarnos impasibles ante este tipo de comportamiento, y debemos generar rechazo ante este pequeño núcleo de población que realiza la reserva y que no acude a la cita, sin importarle las consecuencias", advierten. Por eso, destacan la importancia de dar a conocer esta realidad entre la ciudadanía y las consecuencias de esta práctica. "A pesar de que hoy en día hay herramientas de reserva 'online' que minimizan los denominados ‘No show’ con avisos y recordatorios a nuestros clientes, no todos los locales pueden tener acceso a este tipo de herramientas que además suponen un gasto adicional", aseveran.

"No podemos quedarnos impasibles ante este tipo de comportamiento"

Y es que el hecho de digitalizar estos negocios conlleva un desembolso que, tras unos meses tan complicados, muchos hosteleros no se pueden permitir. Cuando esa inversión económica no puede llevarse a cabo, esto se traduce en la necesidad de un mayor seguimiento y una mayor inversión temporal. Sariñena, además, es dueño del restaurante Mazmorra by Macera: "En los últimos años se ha puesto de moda realizar llamadas de confirmación el día previo o incluso el mismo día para comprobar, algo que conlleva un mayor desgaste temporal y también personal".

Como explica Sariñena, cuando se cancela una reserva de última hora, en la mayoría de ocasiones esa mesa suele quedar vacía. "En locales como el mío en el que trabajamos con un único servicio, eso se traduce en una pérdida directa muy importante", lamenta. Algo que, con las restricciones actuales, del 50% en interiores y 100% en terraza, complica mucho esta situación.

Hoy en día las reservas pueden realizarse de muchas maneras distintas: teléfono, WhatsApp, redes sociales e incluso plataformas especializadas como El Tenedor. "Es importante ponerse al día en este ámbito, digitalizar nuestros negocios y, sobre todo, concienciar a la ciudadanía de esta realidad", concluye Sariñena.

"Este fenómeno ha existido siempre, pero hoy en día, que estamos en una situación de supervivencia, la cosa se complica"

Una realidad que se produce con mayor frecuencia durante ciertas épocas del año, como las Fiestas del Pilar o las celebraciones de Navidad"Hay muchas personas que, ante la dificultad de encontrar mesa durante estos días, reservan en 4 o 5 sitios a la vez y luego no cancelan", lamenta David Álvarez, gerente de Atípico. "Es cierto que no es una realidad que se produzca a diario, pero con las limitaciones vigentes el hecho de quedarte con una mesa vacía se convierte en un golpe muy duro para nosotros", añade.

"Hemos tenido un imprevisto"

Cuando realizan la llamada para preguntar que dónde se encuentran, aseguran que las respuestas pueden ser de cualquier tipo. Desde un "se me ha pasado por completo" al típico "os he llamado, pero comunicabais". O el famoso "hemos tenido un imprevisto", pasando por los teléfonos que jamás responden la llamada o, directamente, permanecen apagados un buen rato.

"Nuestro local es grande, tenemos 35 mesas, cada una de un tamaño y distribución. Por eso, si en una reserva de seis personas falla uno también es importante notificarlo con tiempo para que podamos mover la configuración del salón", destaca el hostelero. Otros factores como el mal tiempo también pueden jugarles una mala pasada en el local. "Algún día se ha puesto a llover de manera repentina y sabes que, esa noche, muchas mesas van a fallar", asegura Alberto Brosed, dueño del restaurante LaBamba.

"Este fenómeno ha existido siempre, pero hoy en día, que estamos en una situación de supervivencia, la cosa se complica", añade el empresario, que recuerda que llamar para cancelar es "imprescindible", sea cuando sea. "Si me llamas con dos horas de tiempo, tengo ese intervalo para intentar colocar a otra persona; de la otra manera estamos vendidos. El motivo no nos importa, lo que queremos es tener un margen para poder actuar", expresa.

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