tradición

Una Santa Águeda más luchadora que picarona

Hasta 4.000 personas han acudido a la iglesia del Portillo (que abre trece horas seguidas) para venerar la reliquia de la santa, patrona de las madres y las nodrizas. Su faceta más piadosa y luchadora (cuida del cáncer genital y de mama) ha hecho que dejen de estilarse las fiestas nocturnas con ‘streaptease’ que se hacían antes

“Le cercenaron los pechos pero no se fue en Cristo”. Este eslogan, que sería infalible para una ficción de las nuevas plataformas audiovisuales, es en realidad lo que se lee en una estampita de Santa Águeda, de las que se han repartido en la iglesia del Portillo. Tras unas semanas repletas de festividades (San Antón engancha con San Valero y anteayer se celebró San Blas), este miércoles le ha tocado el turno de venerar a una mártir de origen siciliano que cuenta con una gran devoción a orillas del Ebro. Vaya, no solo en Zaragoza, porque también se honra a Santa Águeda en distintos pueblos aragoneses como Escatrón, Zuera, Pedrola, Siresa, Mesones de Isuela, Altorricón, Mequinenza o El Burgo de Ebro, por citar solo unos cuantos...

La cita en la capital ha tenido lugar en el Portillo, donde sin descanso y en horario continuado (desde las 7.30 de la mañana a 20.30 de la tarde), miles de personas han hecho fila para pedir por la salud de los pechos y la normalidad de los partos. En el interior de la parroquia se conserva y se venera un trocito del cráneo de la santa, que -según cuentan- llegó a Zaragoza de la mano de Carlos V. Durante horas los fieles se han acercado a besar el relicario -una urna de plata-, que se limpia con un pañito cada vez que pasa un nuevo visitante (algo que se hace de siempre y nada tiene que ver con el coronavirus). En otras parroquias zaragozanas, como San Felipe o Santiago el Mayor, también se guardan imágenes de la santa, aunque este miércoles muchos fieles se han encontrado con la desagradable sorpresa de llegar a Santa Isabel y que la iglesia estuviera cerrada. Asimismo la mártir es protagonista de una bella estampa de Sijena, en la que aparece junto a Santa Lucía, y que se conserva en el Museo de Lérida.

Museo de Lerida. Piezas de procedencia aragonesa. / 24-08-2016 / FOTO: GUILLERMO MESTRE [[[HA ARCHIVO]]]
La pintura procedente del Monasterio de Sijena que representa a Santa Lucía, con los ojos sobre un plato, y a Santa Águeda, con sus pechos en una bandeja.
Guillermo Mestre

El párroco del Portillo celebra este miércoles cinco misas por la mañana y otras dos más por la tarde, pero en todas ellas recordará las virtudes de la santa, que prefirió el martirio antes que renegar de su fe cristiana. De hecho, la historia dice que durante la persecución del emperador Decio a los cristianos, el gobernador Quinciano se propuso seducir a Águeda, quien lo rechazó por su amor a Cristo. Este rechazo le costó que le cortaran los pechos en el año 251 y que fuera torturada hasta morir.

A las puertas del templo están también, como es tradición, las voluntarias de Amac-Gema, que tiñen la plaza con sus lacitos blancos y rosas. Las representantes de la Asociación de Mujeres Aragonesas de Cáncer Genital y de Mama recuerdan la importancia de la vigilancia y la prevención para luchar contra este tipo de enfermedades, en un año especial pues acaban de cumplir su 25 aniversario y la asociación estrena -como quien dice- su nombramiento como hija predilecta de la ciudad.

Teta de Santa Águeda

También en el exterior de la iglesia, casi a la sombra de Agustina de Aragón, se situaban media docena de puestos y lamineros tenderetes en los que se venden rosquillas, barquillos y, sobre todo, ‘teticas’ de nata. Estos bollos, recubiertos en la parte superior por una capa de chocolate y coronados con una guinda a modo de pezón, se despachaban a destajo porque forman parte del rito, tanto como el roscón de San Valero o el lanzón de San Jorge.

Uno de los postres tradicionales de la jornada, coronado con una fresa.
Uno de los postres tradicionales de la jornada, coronado con una fresa.
Cibus

“Hasta el lunes estábamos con los roscones de San Blas pero este martes ya empezamos a producir para Santa Águeda”, explican en la pastelería Cibus, en la calle de Contamina, mientras envuelven una de las ‘teticas’ de la religiosa. “En asuntos de tradición es casi mejor no innovar pero lo que sí que hacemos en este obrador es quemar un poco la nata, para que quede tostada, que es un punto que a los clientes disfrutan mucho”, cuentan los regentes de la pastelería artesanal. El precio de estos postres depende del tamaño y las calidades, pero suelen oscilar entre los 5 y los 10 euros, también en función del establecimiento y del mimo y el cariño que se haya invertido en su preparación.

Lo que ya no forma parte de la golosa oferta en Santa Águeda son los ‘shows’ nocturnos que antaño se hacían con ‘strippers’ en salas de fiestas y discotecas. De hecho, ni siquiera en El Plata han preparado una programación especial para una jornada, que con los años ha fortalecido su vertiente reivindicativa en detrimento de su lado más frívolo y superficial. El próximo fin de semana muchos colectivos de mujeres han citado a sus integrantes para meriendas o citas culturales, pero lo de ver bailar a hombres escasos de ropa es algo que se ha quedado desfasado.

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