Qué ver en Zaragoza más allá del Pilar: cinco lugares que puedes visitar

Además de los muchos lugares para disfrutar de la variada gastronomía zaragozana, este repóquer de visitas ofrece al turista una imagen muy completa de lo que ofrece la ciudad.

Vista del Parque Grande José Antonio Labordeta de Zaragoza
Vista del Parque Grande José Antonio Labordeta de Zaragoza
Guillermo Mestre

Una famosa película de los años 80, ‘Todo en un día’, hablaba de una jornada especialmente intensa en la vida el joven Ferris Bueller, interpretado por el actor Matthew Broderick. Ese día, el muchacho no iba al instituto y decidía hacer cosas más divertidas, una idea que acababa yéndosele de las manos. Zaragoza es una ciudad sencilla de recorrer, y si se está de paso no hay que hacer demasiados equilibrios para visitar en una sola jornada varios de sus lugares más emblemáticos. Además de la visita a la plaza del Pilar con sus dos catedrales, la fuente de la Hispanidad, el Museo Diocesano y la gran cantidad de lugares para mimar el paladar, se pueden ver cinco puntos clave para marcharse de la ciudad con la sensación de tener los deberes hechos para el aprobado general, y el sobresaliente en velocidad y acierto.

Parque Grande José Antonio Labordeta

El gran pulmón verde de una ciudad que no va mal servida de parques. De sus muchos rincones atractivos destacan dos; el primero sería el Jardín de Invierno, uno de esos lugares que perfectamente pudieron inspirar a la más romántica de las novelas, y que en los últimos tiempos se ha reinventado como lugar de conciertos. El segundo es el Cabezo del Batallador, que desde su elevación y tras el paso por unas elegantes escalinatas ofrece una gran vista del núcleo central del parque.

Monumento al Batallador en el Parque Grande de Zaragoza
Monumento al Batallador en el Parque Grande de Zaragoza
José Miguel Marco

El Palacio de la Aljafería

Este hermoso palacio fue residencia de recreo de los reyes musulmanes, fortaleza, residencia real aragonesa, sede y cárcel de la Inquisición, palacio de los Reyes Católicos, cuartel y, desde 1987, sede de las Cortes de Aragón. De planta impresionante, el palacio tiene un lugar mágico: el salón del trono, con su magnífico artesonado en la techumbre. El palacio suele estar abierto ininterrumpidamente de 10.00 a 20.00 (última entrada, a las 19.00), pero la visita, ya sea guiada o libre, exige reserva previa (hay diferentes tarifas) en reservasonline.aljaferia.com. Si se acude sin reserva, se entrará pagando en la puerta si el aforo no está completo en ese momento.

La Torre del Trovador del Palacio Aljafería de Zaragoza.
La Torre del Trovador del Palacio Aljafería de Zaragoza.
Oliver Duch

De tapeo por El Tubo

Sigue marcado en todas las guías de viaje, y con razón. Este entramado de calles que comienza tras el edificio de Puerta Cinegia en la plaza de España es el escenario del vermú que se alarga hasta casi las cuatro de la tarde, y la tapa o lo que se tercie desde las siete en adelante hasta más allá de la medianoche, con sus lugares ‘de guardia’ para los que buscan dónde reponer fuerzas a primera hora de la tarde.

Zona de bares de El Tubo en Zaragoza.
Zona de bares de El Tubo en Zaragoza.
Guillermo Mestre

El Museo Goya

También conocido como depositario de la Colección Ibercaja-Museo Camón Aznar (calle Espoz y Mina), esta pinacoteca conserva una muestra permanente de la obra que dejó el genio de Fuendetodos, desde ‘La gloria’ de su primera etapa al famoso ‘Autorretrato’: 15 obras de Goya, amén de trabajos de otros grandes artistas como los hermanos Bayeu, Mengs o Blasco de Grañén. Si hay tiempo, se puede elegir visita entre el Museo de Zaragoza (con más obra de Goya), el Pablo Serrano, el Pablo Gargallo, el Caixaforum o la Lonja.

El Puente de Piedra

Tiene dos mil años de historia, que se dice pronto. De factura romana y con múltiples retoques posteriores, es el más popular y bonito de los puentes que cruzan el Ebro en la ciudad, justo detrás del Ayuntamiento y con la vista de Pilar y los puentes de Santiago y Hierro a ambos lados. No hay turista que esquive la tradición de parar a mitad del puente y hacerse una foto con el Pilar de fondo, imagen que resulta especialmente bonita al caer la tarde o de noche, con la iluminación de la basílica. 

Atardecer sobre el río Ebro a su paso por el Puente de Piedra de Zaragoza.
Atardecer sobre el río Ebro a su paso por el Puente de Piedra de Zaragoza.
Guillermo Mestre

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