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De Roda de Isábena a Hoz de Jaca, los mejores miradores de Huesca

A algunos se puede llegar en coche, los hay accesibles para personas con movilidad reducida y otros más recónditos, hasta los que solo se accede tras una caminata.

Miradores de Revilla
Miradores de Revilla
Turismo Sobrarbe

Que una excursión o ruta por el Pirineo finalice o pase por un mirador es un plus que muchos senderistas valoran a la hora de escoger sus actividades en la montaña. La provincia de Huesca, sobre todo las zonas de montaña, ofrece un importante número de lugares estratégicos, habitualmente situados en cotas altas, desde los que se obtienen las mejores vistas y también las mejores fotos.

A veces, uno se encuentra el mirador por sorpresa, en medio de una caminata, y en otras ocasiones, pasar por él es algo totalmente premeditado y casi el motivo de la excursión. Desde Roda de Isábena hasta Hoz de Jaca, todos los valles del Pirineo y también las zonas más bajas de Huesca, ofrecen una serie de miradores a los que merece la pena asomarse.

Miradores a los que se llega en coche

Para los más comodones, a muchos de estos miradores se llega en coche, para disfrutar de las vistas sin realizar demasiado esfuerzo. Es el caso de uno de los más famosos del valle de Tena, el de Hoz de Jaca. Su forma de jaula de metal lo hace diferente, colgado sobre el embalse de Búbal.

Los aficionados a la ornitología no pueden pasar por alto el Mirador de los Buitres, en Sarsamarcuello, localidad de la Hoya de Huesca perteneciente a Loarre. Desde este punto, al que se llega por un camino o bien desde Linás o bien desde Sarsamarcuello, se pueden contemplar de cerca las aves rapaces que dan nombre al mirador. Situado a una altura superior que los Mallos de Riglos, permite ver los nidos de los buitres en sus paredes verticales. Abajo, los pueblos de Riglos y Murillo de Gállego, con Agüero al fondo, se ven en miniatura.

Otros miradores, como el de Roda de Isábena, se encuentran en el mismo casco urbano de la localidad. En este caso, está pegado a la catedral y la hospedería de uno de los pueblos más bonitos de España. Desde este punto se obtienen las mejores vistas, con el Turbón y la sierra de Sis, cuya formación se puede leer en el panel informativo instalado junto a los bancos del mirador.

Situado en pleno Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara, el Mirador del Vero, el término municipal de Lecina, es otro de estos puntos a los que se puede llegar tanto andando como en coche, ya que cuenta con zona de aparcamiento.

En el valle del Cinca, hay al menos dos miradores desde los que merece la pena contemplar las vistas. Uno es el del castillo de Monzón, situado en la explanada de la entrada a la fortaleza y desde donde se obtiene la mejor panorámica de la localidad. El otro se ubica en Alcolea de Cinca y es el Mirador de las Ripas. Está coronado por la Santa Cruz, que simboliza la existencia pasada de una ermita en este lugar, y custodia desde las alturas el citado municipio. Su atractivo radica en la lejanía de las vistas, pudiendo apreciar el contraste entre las verdes y fértiles tierras de la huerta alcoleana con las áridas y secas paredes de las Ripas.

El Mirador de Mipanas, en Abizanda (Sobrarbe), con vistas de impresión sobre el embalse del Grado; o el Fuerte del Rapitán, uno de los lugares más emblemáticos de Jaca y desde el que se obtienen las mejores vistas de la ciudad son otros ejemplos de miradores de Huesca a los que se puede llegar en coche.

Mirador de Hoz de Jaca
Mirador de Hoz de Jaca
Turismo Aragón

Excursiones con vistas

Pero si lo que se quiere es ganarse las vistas, hay miradores en el Pirineo hasta los que se llega después de una buena caminata. Para los más aventureros, recorrer los tres miradores de Gistaín es un plan para no perderse. Desde estos puntos se obtienen las mejores vistas del valle de Chistau y son el la Cruz de Puyadase, el de la Cruz del Grao y el de las Fontanetas.

El Mirador Coll de Espina es otra de las recomendaciones de excursiones con vistas. Está en La Ribagorza, en el collado natural ubicado entre Laspaúles y Bonansa, a 1.407 metros de altitud. Desde este punto se divisa toda la Sierra de Chía, Posets, Maladetas y Pirineos orientales.

En las proximidades de Panticosa está el Mirador de Santa María, hasta el que se llega en una caminata de cuatro kilómetros desde el pueblo, apta para toda la familia. El tiempo estimado es de una media hora, prácticamente todo en subida, por lo que puede llegar a ser una actividad exigente.

En la zona de Ordesa-Monte Perdido, una ruta senderista con destino los Miradores de Revilla acerca al excursionista hasta uno de los valles más desconocidos del Pirineo, el de Puértolas. La andada parte desde el aparcamiento de Revilla y su duración es de una hora y media de ida y vuelta, aproximadamente.

Accesibles para personas con movilidad reducida

Aunque a menudo los miradores más espectaculares se encuentran en lugares recónditos, en la provincia de Huesca hay una serie de ellos que se han hecho accesibles para personas con movilidad reducida. Con este fin, se ha adaptado el camino hasta ellos, de forma que se pueda llegar en silla de ruedas o con carritos de bebé.

Uno de ellos es el Mirador de San Quílez, en Binéfar. Se sitúa junto al área recreativa y la ermita del mismo nombre y, desde él, se pueden contemplar las tierras agrícolas de La Litera y puntos del Pirineo como el Turbón. El espacio cuenta con una plaza de aparcamiento reservada, zona de descanso con bancos y mesa de picnic y un panel informativo adaptado.

En el Alto Gállego, hasta el Mirador de Santa Elena también puede llegar cualquier persona. Buena parte del sendero discurre en pleno bosque y se pasa sobre dos barrancos por sendos puentes. Por el camino, se puede ver el dolmen y la ermita de Santa Elena. La distancia total hasta el mirador y vuelta es de 1,5 kilómetros, a lo largo de los cuales hay once paneles informativos, seis bancos adaptados y rampas.

El Mirador de Siresa, en Hecho (La Jacetania), está a pie de carretera, a un kilómetro del casco urbano de Siresa. Desde este punto se obtienen vistas de los paredones de Peña Forca y el desfiladero de la Boca del Infierno, al norte. Al este, se puede ver el valle del Aragón Subordán. Tiene aparcamiento adaptado, una mesa de interpretación también accesible y zona de descanso.

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