aragón es extraordinario

Gistaín y sus miradores: a visitarlos de mil amores

Encumbrado en una loma que gobierna el valle del Cinqueta, este pueblo propone una sencilla ruta con sus tres miradores más cercanos, para disfrutar de vistas impagables

No hay nada para el ego como saber que tienes un tesoro y que la gente te lo diga. Eso sí: como persona afortunada, tienes la obligación moral de cuidar esa joya con todo el cariño del mundo. Algo así siente David Bielsa, alcalde de Gistaín, que se ha aplicado en la tarea desde el Ayuntamiento y que piensa seguir haciéndolo cuando pase el bastón de mando. “Es la última legislatura para mí, ya andamos buscando a alguien que siga tirando del carro. Entre la casa rural y la tienda ya tenemos mucha faena Ana –Mur, su esposa– y yo, y creo que he cumplido después de 16 años. Al pueblo lo seguiremos queriendo igual”. La borrasca Filomena no afectó mucho a Gistaín; Ana y David coinciden en que ha habido años peores de nieve en su territorio. “Veíamos el telediario –comentan, con un poco de sorna– y sorprendía tanta alarma por la nieve; aquí estamos así cada año. Pero claro, había nevado en Madrid”.

Gistaín ha habilitado tres miradores en las inmediaciones del pueblo, que conforman una ruta sencilla de altísima recompensa visual. El Mirador de la Cruz de Puyadase está a kilómetro y medio del pueblo, más o menos, y se llega a él doblando a la derecha desde la carretera de entrada.

Video de la Ruta de los miradores de Gistaín en 'Aragón es extraordinario'

“La vuelta a los tres miradores –explica Ana– son unos cinco kilómetros largos en total, un paseo accesible para todos. No son exigentes, ni siquiera hacen falta botas de montaña”. “Desde Puyadase –explica David– se ve la ermita de San Fabián, a la que se llega el 20 de agosto en romería; hay una gran mesa de piedra alrededor de un nogal. que puede reunir a 50 personas en circunstancias normales, También se aprecia toda la ribera del Cinqueta y a la izquierda, Cruz de Guardia, una zona de raquetas y esquí de travesía muy concurrida en invierno, ya con vistas a Pineta. Al fondo está el pico Montó, que no es muy alto pero sí muy bonito, y el lago del Sen. También tenemos el puente de los Pecadores allá abajo, saliendo del pueblo, y las bordas de la Poma. El macizo de Plan tiene las puntas de las 11, las 12 y la 1, y al fondo está el ibón de Plan o Balsa de la Mora, que es precioso. De momento no hay tirolinas en proyecto, y mira que se podría de aquí a San Juan de Plan, que tenemos altura… pero bueno, está ahora la nueva de Fiscal. Ya veremos”. En el merendero de Puyadase hay nogales que dan buena sombra en verano. La gente hace sus barbacoas, solamente se pide cuidar el entorno. En agosto, la lluvia de estrellas es impresionante en este punto.

Regresando al pueblo se pasa por el mirador de Fontanales, desde el cual se ve perfectamente San Juan de Plan y el arranque del camino de la losera, donde están las cuevas que fueron refugio en la guerra civil para los que no se fueron a Francia. El mirador de la Cruz del Grao está pasado Gistaín, a unos tres kilómetros del casco urbano. En esta zona hay una pista forestal que lleva al puerto de Sahún y que constituye una conexión natural con el valle de Benasque; otra zona espectacular; desde Grao se ve Plan a la perfección. Hay un caminito para conectar andando con el pueblo, no hay que volver al pueblo por la carretera. Justo al lado del mirador está el Pilón de Foricón. Al fondo se ve la peña de San Martín, donde aún quedan los restos de un antiguo convento. Como en los otros dos miradores, el cuerpo pide al visitante convertirse en un lente de gran angular; la vista es tan apabullante que antes se llamaría de postal;ahora dan ganas de tenerla de salvapantallas perenne.

Los mejores productos de proximidad

En Gistaín hay un gran número de casas rurales y apartamentos para todos los bolsillos y niveles de exigencia. Además, se cuenta desde hace unos años con el Reposte Chistabino, iniciativa de Ana Mur y David Bielsa, que surte de todo tipo de delicias a vecinos y visitantes. Tortetas, morcillas, butifarra de corzo y todo lujo de embutidos (impresionantes las longanizas), patés, quesos… hasta callos. Se trata de productos de proximidad, siempre de la provincia de Huesca y en su mayor parte del Sobrarbe.

Artículo incluido en la serie 'Aragón es extraordinario'.

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