aragón es extraordinario

Jabaloyas y el Jabalón, el uno para el otro son

El monte contiguo a la localidad, que antaño se asociaba con aquelarres, es hoy destino senderista y ciclista; cada solsticio de verano hay fuego y cuentos de miedo en su cima.

Para sus convecinos de Jabaloyas y mucha gente en la Sierra de Albarracín, Javier es ‘el tío Gaspar’. Un tipo carismático, afable, que echa una mano a su esposa Carmen Dumont en la logística de la casa rural Las Leyendas del Jabal, reducto que eligieron para la retirada de sus mundanales ruidos: Zaragoza en el caso de él (aunque tiene raíces turolenses y una infancia en Albarracín) y Valencia por parte de ella.

Javier se ha subido muchas veces al Jabalón, el monte de leyenda bruja que se yergue poderoso ante Jabaloyas, casi 1.700 de mole. Desde su base hay apenas 70 kilómetros en línea recta hasta el mar. Arriba, con la imaginación como arma (que las escobas voladoras no son para todo el mundo, como sabe Harry Potter) se domina un paisaje en 360 grados que alcanza cuatro comunidades autónomas y unas vistas de quedarse mudo. A Javier, eso sí, no le escasea el verbo. “Tengo una vida maravillosa aquí, me doy cuenta siempre que salgo del pueblo. Vivo con mi mujer, tenemos un perro, un gato, el huerto y la casa”.

Luego está lo de las brujas, claro. “A ver –puntualiza Javier– a estas alturas ya se sabe que las supuestas brujas de aquí eran simplemente curanderas, mujeres de gran empuje, autosuficiente; como era tan complicado que los médicos llegasen o los enfermos se desplazasen, sus remedios salvaban muchas vidas. La reunión que hacemos cada año allá arriba –señala la punta del Jabalón– tiene historias reales, otras inventadas y, sobre todo, mucha camaradería entre los pocos que vamos quedando. Tampoco queremos que se masifique, la verdad. Allí hay un cielo que si no está nublado, es maravilloso… luego toca saltar la hoguera, es un llano muy grande en la cumbre y echábamos toda la noche muchas veces, porque el camino de bajada para hacerlo a ciertas horas es peligroso aunque lo conozcas”.

Javier sigue dando referencias: la cueva del tío Perotes, unos fósiles llamados orejas de moro, la vecina cumbre del Navazo, el pico más alto de la sierra de Jabalón, que luce un vértice geodésico en forma de monolito en la cima... las brujas afloran en esas historias del solsticio, especialmente la de la Tía Jacoba. “Yo lo veo de otra forma; el chisqueo de la madera, las sombras… de pequeño vivíamos en Albarracín, y mi madre era muy católica; rezábamos el rosario a la luz del fuego bajo y yo pasaba mucho miedo”.

Para subir al monte desde el pueblo hay una pista muy vertical que se puede hacer en 4x4, pero la prudencia lleva a Javier a tomar un pequeño rodeo. “Desde allá arriba se ven de cerca pueblos de aquí como Saldón y Valdecuenca, también Castellón y peña Golosa, las pistas de esquí de Javalambre, Cella se adivina en otro fondo, Albarracín, Cuenca, partes de Valencia… hay algo más de cuatro kilómetros por la pista que sube rodeando el monte y solo tres por la vertical, con más pendiente. También se llega en coche y cada vez suben más en bici. En la ermita de San Cristóbal, que está en la planicie de arriba, también se hace fiesta a primeros de julio. Ahora hay un catalejo con panel informativo para los aficionados a la astronomía, porque también somos zona Starlight de observación de las estrellas”.

De la iglesia amurallada a una misteriosa casa de aires marinos

Llama la atención porque no hay obstáculos que impidan apreciarla en todo su esplendor... sin olvidar un dato revelador: no hay tantas iglesias amuralladas en España. El templo de la Asunción, del siglo XV, tiene además unas dimensiones más que notables (sin llegar a la monumentalidad) y responde a la realidad histórica de la zona como confluencia de tres reinos; además, la participación de Jabaloyas en la recaudación de impuestos (de ahí viene el nombre de la Casa de los Diezmos, hoy establecimiento hostelero local) pudieron motivar la presencia de esas almenas y troneras para armas de fuego, en prevención de ataques furibundos de amigos de lo ajeno. Tiene la torre campanario situada a los pies. Es de cuatro cuerpos y con obra de sillería; presenta vanos dobles para las campanas en la parte alta y se remata mediante una torrecilla circular.

Junto al edificio pío de reminiscencias militares (se cree que también había castillo en el Jabalón) aparece en el pueblo La Casa de la Sirena. Su escudo es una figura de porte inconfundible, mitad humana y mitad pez, que lleva un espejo en una mano y un peine en la otra. Es objetivo de todas las cámaras y móviles que visitan Jabaloyas: no en vano se asegura que era la casa de citas más popular de la zona allá por el siglo XV. El edificio es gótico, de dos plantas, y presenta una portada de alfiz y ventana con tracerías. Juan Manuel Berges Sánchez, en un estudio para CECAL, relacionó sin embargo el edificio con la presencia de compradores de lana italianos procedentes de Prato. “Ya sabemos –reza el texto de Berges– que la sirena es una imagen estrechamente relacionada con la ciudad de Génova y que la familia conversa Ruiz entabló relaciones comerciales intensas con tierras italianas. Sus vástagos (Gonzalvo y Leonart Ruiz solían frecuentar Jabaloyas”.

Mirada certificada a las estrellas en ausencia de contaminación lumínica

A principios del año pasado, la Fundación Starlight confirmó para Jabaloyas la calificación de Parque Estelar Starlight. Estos lugares se fijan en municipios que se protegen de la contaminación lumínica y disfrutan de unas condiciones especiales para la observación de las estrellas, con fines didácticos y lúdicos. Jabaloyas cautivó a la Fundación por su entorno, y el compromiso mutuo (que se renueva anualmente) es un hecho.

Jabaloyas recibió esta distinción con el espíritu de convertirla en sustento de nuevo turismo, compatible con el senderista o el de mera desconexión. Por ello, el mirador en el monte Jabalón se antojaba como el paso lógico para consolidarla; también se planteó un centro de interpretación en la Lonja del pueblo. Ya se habían hecho actividades orientadas a este sector en el pueblo ;la más sonada fue en junio de 2017.

Cómo llegar a Jabaloyas y curiosidades

Comarca. Sierra de Albarracín.

Cómo llegar. Desde Teruel, su capital de provincia, hay 44 kilómetros por la A-1513.

Dónde comer y dormir. En el centro del pueblo está el hotel y restaurante La Casa de los Diezmos. También cuenta con bar y terraza. Junto a la iglesia está la casa rural Las Leyendas del Jabal.

Los mineros/pastores en Utah. En el primer tercio del siglo XX, un total de 125 vecinos de Jabaloyas buscaron en Estados Unidos una vida laboral mejor retribuida. El destino más habitual fue Utah (61) seguido de Idaho con 28. Fueron principalmente a trabajar en la mina de Bingham Canyon, junto a la localidad de Ogden, y acabaron optando por el pastoreo debido a la dureza extrema del trabajo en la mina. Casi todos volvieron a Teruel.

Geolodía de 2008. Esta fiesta anual para los amantes de la geología en toda España se celebró en Jabaloyas el domingo 27 de julio de 2008. Los pináculos coralinos de origen jurásico fueron el gran aliciente.

Reportaje de la serie ‘Aragón es extraordinario’.

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