Salud mental

¿Ya es 2022? Así ha cambiado la pandemia la percepción temporal

Los expertos aseguran que la sensación temporal se ha visto afectada por el confinamiento, haciendo que, en ocasiones, no seamos capaces de ubicar correctamente un evento en el momento que ocurrió.

Las emociones están muy ligadas a los recuerdos.
Las emociones están muy ligadas a los recuerdos.
Víctor Meneses

“Yo tendría que haber celebrado mi boda en mayo de 2020, pero fue imposible por la covid. En ocasiones, me equivoco y digo que tendría que haberla celebrado en 2019, porque no la ubico bien en el tiempo”, explica Sandra Sánchez, farmacéutica, que se casó en mayo de este año. “No recuerdo lo que hice para Nochevieja del año pasado, ni siquiera dónde me tomé las uvas”, dice Ana López, mientras trata de rememorar acontecimientos que han ocurrido estos últimos dos años, desde el inicio de la pandemia en España.

Las secuelas económicas producidas por el virus han sido graves, del mismo modo que las mentales. Depresiones, agobios, falta de contacto social... Y, ahora, ¿hemos visto alterada nuestra percepción temporal? La respuesta es sí. El tiempo pasa demasiado rápido, no recordamos bien las cosas y, las que evocamos, no las ubicamos correctamente en el tiempo. Pero, ¿a qué se debe?, ¿existe alguna solución?

El concepto de percepción temporal

Para conseguir una explicación de estos hechos, debemos definir primero la percepción temporal. Hay que remontarse a inicios del siglo XX, momento en el que cambió la concepción del tiempo con la teoría de la relatividad de Einstein, cuando el espacio y el tiempo están relacionados, de manera que, si nos desplazamos a la velocidad de la luz, todo pasará más lento. “La filosofía del siglo XXI hizo algo que la anterior no consiguió: meter el tiempo en la realidad y en el devenir; es decir, entender que el tiempo es algo que afecta a los individuos y ocurre de manera subjetiva”, explica Juan Manuel Aragüés, filósofo y profesor en la Universidad de Zaragoza.

¿Por qué no sabemos ubicar los hechos recientes en el tiempo?

“En la pandemia, nos hemos encontrado un acontecimiento, algo inesperado y de manera súbita, y nos ha sumergido en una realidad diferente a la que veníamos viviendo”, asegura Aragüés. El principal motivo de esto ha sido el confinamiento, que conllevó un largo periodo de tiempo en el que las personas no tenían ningún tipo de emoción positiva. Sandra Sánchez, psicóloga sanitaria, asevera que “hay una estrecha relación entre las emociones y los recuerdos. Si un recuerdo se queda anclado en nuestra memoria es porque le asociamos un sentimiento bueno”.

Además de no haber podido salir de casa durante unos meses, el hecho de no haber podido celebrar eventos que manifestaran sentimientos positivos ha hecho mella en la salud mental, hasta tal punto que no determinamos con exactitud cuándo ha ocurrido un acontecimiento que, incluso, tuviera mucha relevancia para nosotros. “Todo esto ha hecho que nuestra percepción temporal haya sido súper dañada, porque también hemos tenido estados emocionales complejos, como ansiedad, hemos estado asustados y en un ambiente denominado VICA –siglas de volátil, incertidumbre, complejo y ambiguo-”, relata Sánchez.

“Nos acordamos de lo que viene a partir de ahora, pero no de lo que ha pasado antes”

De esta manera, se generan unos estados emocionales en los que estamos tan asustados que no se tiene una percepción del “aquí y ahora” de modo correcto, lo que agrava la situación. “También fueron coartados los ritmos biológicos, la luz y oscuridad y los biorritmos circadianos, lo que ha afectado a la ubicación temporal. No vivíamos, estábamos encerrados”, dice Sánchez. La pandemia y las restricciones pertinentes han desembocado en un cóctel explosivo donde se han mezclado la soledad, la falta de estímulos, la edad... Y han dado lugar a una especie de “amnesia retrógrada a nivel global”, donde “nos acordamos de lo que viene a partir de ahora, pero no de lo que ha pasado antes”, señala la psicóloga sanitaria.

Las soluciones que se plantean pueden parecer detalles insignificantes, pero ayudan a paliar un problema que aparenta no tener fin. “Podemos coger una agenda y anotar lo que realizamos, un calendario, dejarnos post-it o listas de cosas que hemos hecho o, incluso, un breve diario”, especifica Sandra Sánchez. También conviene realizar fotos y vídeos de nuestros encuentros o eventos, y también de nuestra vida cotidiana. En definitiva, “es importante, igual que el reloj, llevar ese tiempo a mayor escala: un calendario o un formato que nos permita visualizar nuestro paso por el tiempo”, concluye la psicóloga sanitaria.

"Con esto se demuestra cómo funciona realmente el tiempo, que está subjetivizado"

Juan Manuel Aragüés, por otro lado, no lo plantea como un problema, sino como una oportunidad para ver “cómo funciona realmente el tiempo, que está subjetivizado, ya que este acontecimiento lo hemos vivido colectivamente, de manera simultánea”. Así, todos hemos sentido esa distorsión del mismo modo, admitiendo que “olvidamos hechos o los remitimos a tiempos más lejanos de los que realmente ocurrieron". Esto demuestra que, al vivir un acontecimiento de manera singular, solo afecta a una persona, pero si ocurre de manera colectiva, todos sufren el mismo efecto: el de la subjetividad del tiempo.

La técnica 'Mindfulness'

El aislamiento en el domicilio, que hacía parecer que todos los días fuesen iguales y no se distinguiera entre festivos y días laborales; la preocupación por el impacto social y económico de la pandemia; y la intensidad que han supuesto unos acontecimientos tan importantes, son los motivos que expone Javier García Campayo, psiquiatra zaragozano del Hospital Miguel Servet y experto en la técnica 'Mindfulness', para explicar la alteración en la percepción del tiempo.

Precisamente, el psicoterapeuta señala que dicha práctica puede resultar útil para disminuir el impacto psicológico de la pandemia en general. "El 'mindfulness' o atención plena es una técnica basada en la meditación atencional que permite alcanzar un estado caracterizado por “estar atento, al momento presente, con aceptación”, explica García. 

"La atención plena o 'mindfulness' da un sentido de novedad, de que cada día es diferente"

El experto en la técnica de atención plena asegura que esta práctica facilitó, a las personas que la realizaron, desarrollar la "mente de principiante": "Pese a que los días son tremendamente repetitivos y aburridos, la atención plena da un sentido de novedad, de que cada día es diferente". Del mismo modo, considera que "es la técnica psicológica más eficaz frente al estrés".

Así, García indica que los practicantes del 'mindfulness' durante la pandemia lograron que "este período no fuese tan saliente, no pareciese tan relevante dentro de sus vidas, sino que se considerase un momento difícil, pero sin oscurecer los momentos previos y posteriores", y, como consecuencia, no vieron afectada su percepción del tiempo al evitar "la carga emocional de la etapa de la pandemia".

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