Cómo saber si mi hijo tiene bronquiolitis

La enfermedad suele durar entre 7 y 10 días, y algunos síntomas se quedan más tiempo, entre dos semanas y un mes.

Bebé enfermo
Bebé enfermo
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La bronquiolitis ha saltado en las últimas semanas a la primera línea de actualidad. Esta afección respiratoria que ataca a los más pequeños de la casa ha llenado los hospitales, generando incluso soluciones de emergencia en las UCI pediátricas, con traslados a las UCI de adultos. Hay preocupación por el impacto de esta enfermedad en un contexto que aún tiene a la pandemia de la covid-19 como una realidad palpable, aunque de gravedad atenuada, y en pleno otoño, con la campaña de vacunación contra la gripe en pleno auge.

La pediatra Elena Javierre, presidenta de la Asociación Aragonesa de Pediatría de Atención Primaria (ARAPAP) aterriza el concepto. “La bronquiolitis es una afectación bronquial en bebés y niños de hasta dos años. Se da en el bronquio más pequeñito de los pulmones, el bronquiolo. Cuando vemos a un niño con tos, dificultades para respirar y le oímos los ruidos respiratorios o sibilancias no podemos determinar si el bronquio afectado es el más finito o uno de mayor calibre, pero normalmente se llama bronquiolitis al primer episodio de este tipo de patología, por la edad”.

En adultos no hay bronquiolitis como tal, por concepto, aunque la infección afecte a los bronquiolos; se le llama bronquitis. “Incluso si hay un segundo episodio antes de los dos años -apunta Javierre- ya lo llamaríamos bronquitis, sea más o menos aguda”. El agente causal puede ser el VRS (Virus Respiratorio Sincitial, que también se ve como RSV por sus siglas en inglés) u otro virus respiratorio, y el tratamiento es muy similar al de una bronquitis.

La Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) avala un estudio de 2012 realizado por los pediatras Mª Teresa Callén Blecua, de San Sebastián, y Juan José Morell Bernabé, de Badajoz, actualizado en 2015 y que sirve para entender mejor esta patología, así como los tratamientos más eficaces. Así, se explica que hay casos aislados a lo largo de todo el año, pero lo normal es que se den una o dos epidemias de bronquiolitis durante los meses de frío, entre noviembre y marzo.

Cómo se contagia la bronquiolitis

Cada año alrededor de uno de cada tres lactantes menores de un año tienen bronquiolitis. El pico se produce entre los 2 y 6 meses de edad. El contagio se produce a través de la mucosidad o la saliva de una persona infectada, y se propaga fácilmente en el seno de la familia, en las guarderías y en las salas de los hospitales o centros sanitarios. También la causan otros virus como el virus de la gripe, el parainfluenza o el adenovirus.

Los primeros síntomas de la bronquiolitis y cuánto dura

Aunque verían mucho, la bronquiolitis suele comenzar como un resfriado. Moco, tos leve y algo de fiebre. Tras un par de días, la tos va a más y se nota una respiración más agitada en el niño, incluso problemas para respirar normalmente que se notan porque se les marcan las costillas, y el abdomen se mueve mucho. También aparecen ruidos en el pecho, como silbidos al respirar; se debe a que los bronquiolos se inflaman (de ahí la terminación -itis) y aflora el moco.

Cuando los niños son mayores o ya jóvenes, un bronquiolo inflamado se traduce en un simple resfriado. Los lactantes y niños pequeños lo pasan peor, por cuestión de tamaño; sus vías respiratorias son más pequeñas.

La bronquiolitis no es grave en un elevado tanto por ciento de casos. Suele durar entre 7 y 10 días, y algunos síntomas se quedan más tiempo, entre dos semanas y un mes. Es entre el segundo y el tercer día cuando los síntomas son más aparatosos; entonces hay que recurrir a un facultativo, que determinará si se debe tratar al niño en casa o recurrir al ingreso hospitalario urgente. Si los síntomas son más agudos, se debe acudir a urgencias.

La fatiga también altera el apetito del bebé, y la propia ingesta, ya que suelen vomitar lo que comen y rechazan los líquidos, por lo que hay riesgo de deshidratación. También se les nota más somnolientos y quejosos, y con cierta palidez en la piel, acompañada de tonos azulados en labios y puntas de los dedos.

Algunos niños, más proclives

Algunos niños tienen más posibilidades de sufrir bronquiolitis, especialmente los lactantes menores de tres meses y los que nacieron prematuros, porque sus vías aéreas son más pequeñas. También los bebés con problemas graves de corazón o de pulmón, como la fibrosis quística o la displasia broncopulmonar, y los que tienen déficit inmunológico.

Es importante saber que el VRS no se trata con antibióticos al uso para las infecciones bacterianas. Sí hay medidas que se pueden tomar en casa como soporte y cuidado general, muy útiles para sobrellevar la enfermedad en estadios leves que no requieran hospitalización). Eso sí, la supervisión clínica repetida por el pediatra ha demostrado ser útil, especialmente en las primeras 48-72 horas.

Qué tomar para la bronquiolitisy qué hacer

  • En caso de fiebre se recomienda un antitérmico como Paracetamol o Ibuprofeno (éste si es mayor de 3 meses) y medidas físicas para bajarla, con toma de líquidos regular (agua o leche) en pequeñas tomas.
  • Son buenos los lavados nasales con suero fisiológico o soluciones “salinas”, y aspirar las secreciones; le ayudarán a mantener despejada la nariz. Si además elevamos la cabecera de la cuna y colocamos al bebé un poco incorporado y boca arriba (decúbito supino), podrá respirar mejor.
  • Para comer, dadas las dificultades descritas, hay que darle cantidades más pequeñas y frecuentes tanto de alimento (mejor blando) como de agua, para que no se fatigue ni se deshidrate.
  • Nada de humo de tabaco en casa.
  • Nada de jarabes para la tos o mucolíticos; no son útiles en este caso, y pueden ser perjudiciales.
  • Acudir al hospital de inmediato si el cuadro respiratorio o la deshidratación son palpables.
  • Nada de jarabes para la tos o mucolíticos; no son útiles en este caso, y pueden ser perjudiciales.

Cómo prevenir el contagio de bronquiolitis

La medida más útil para prevenir el contagio es asegurarse que las personas que cuidan al bebé se laven las manos con frecuencia, tanto antes como después de cogerlo o tocar sus cosas, y evitar la guardería en la medida de lo posible en las épocas epidémicas o en caso de nacimiento prematuro. Otro dato: los niños alimentados al pecho durante cuatro meses o más suelen tener bronquiolitis más leves.

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