Qué es la sibilancia, su gravedad y qué enfermedades pueden generarla

Esta palabra se ha instalado en la actualidad española por su relación con la bronquiolitis.

Sibilancia
Sibilancia
K. U.

La palabra sibilancia es un término conocido, pero sí poco familiar para la mayoría de la población. Al menos lo era hasta este otoño, cuando todos los progenitores de niños menores de dos años con bronquiolitis han acabado escuchándola. El caso es que la inflamación o el estrechamiento de las vías respiratorias en cualquier ubicación entre la garganta y los pulmones, como ocurre en la bronquiolitis con los finísimos bronquiolos pulmonares, puede provocar sibilancia.

Qué es la sibilancia

La sibilancia es el nombre técnico de una especie de silbido que se produce al respirar. La prestigiosa clínica Mayo explica que suele aparecer con enfermedades como el asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, porque provocan estrechamiento y espasmos en las pequeñas vías respiratorias de los pulmones. Sin embargo, cualquier inflamación de la garganta o las vías respiratorias mayores puede provocar silbido al respirar.

La sibilancia puede aparecer por una infección, como ocurre estos días con el VRS o virus respiratorio sincitial. También puede salir de una reacción alérgica o una obstrucción física, como un tumor o un objeto extraño que se haya inhalado.

Posibles orígenes de las sibilancias

Hay un buen número de afecciones de salud que pueden generar sibilancia:

  • Alergias
  • Anafilaxia o reacción alérgica grave, como pasa por la picadura de un insecto o ciertos medicamentos.
  • Asma
  • Bronquiectasia: es una afección pulmonar crónica en la que el ensanchamiento anormal de los bronquios inhibe la eliminación de la mucosidad.
  • Bronquiolitis, sobre todo en los menores de dos años.
  • Bronquitis.
  • Asma infantil.
  • EPOC o enfermedad pulmonar obstructiva crónica: si hay sibilancia indica que va a peor.
  • Enfisema pulmonar.
  • Epiglotitis o hinchazón de la ‘tapa’ de la tráquea.
  • Inhalación de objetos extraños.
  • Reflujo gastroesofágico.
  • Insuficiencia cardíaca.
  • Cáncer de pulmón.
  • Medicamentos. La aspirina puede ser uno de ellos.
  • Apnea obstructiva del sueño: la respiración se detiene y se reanuda durante el sueño.
  • Neumonía.
  • Virus Respiratorio Sincitial (VSR), en especial en niños pequeños.
  • Tabaquismo.
  • Disfunción de las cuerdas vocales.
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