El cine español llora a uno de sus directores fundamentales: el aragonés Carlos Saura

El realizador oscense muere en Madrid, con 91 años, un día antes de ser homenajeado en los Goya. Deja una filmografía de más de 50 títulos entre los que hay varios hitos del audiovisual nacional.

Saura recibió en su casa el Goya de Honor.
La Academia de Cine, sabedora del estado de salud de Saura, le entregó hace unos días en su casa la estatuilla que hoy debía recoger en Sevilla. academia de cine
EP

Contemporáneo y cosmopolita, crítico, valiente, talentoso, vital, siempre curioso… El director oscense Carlos Saura fue a fallecer un día antes de que el cine español, que le debe algunos de sus títulos fundamentales (‘La caza’, ‘Cría cuervos’, ‘Ana y los lobos’, ‘La prima Angélica’, ‘Deprisa, deprisa’), le aplaudiera en Sevilla por el Goya de Honor con el que se le reconocía su "extensa y personalísima aportación creativa desde finales de los años 50 hasta hoy". La gala que se va a celebrar este sábado por la noche en la capital sevillana queda muy tocada por su marcha. Se mantiene el homenaje, ahora de carácter póstumo, todavía más emocionante, y habrá algunos cambios en la escaleta del acto "para acusar el golpe que ha supuesto la muerte de Carlos", según dijo el presidente de la Academia de Cine, Fernando Méndez-Leite. Saura llegó a tener en sus manos la estatuilla, ya que la Academia se la entregó hace unos días en su casa de la sierra de Guadarrama.

Carlos Saura murió en Madrid. Había cumplido el pasado 4 de enero 91 años. Deudor confeso de las figuras de otros dos aragoneses tocados por la genialidad, Francisco de Goya (también Antonio, su hermano el artista plástico, reconocía al de Fuendetodos entre sus primerísimos maestros) y Luis Buñuel, el cineasta trabajó casi hasta el final en sus variados intereses culturales, encadenando proyectos. Muchos de ellos estuvieron relacionados con la música y la danza, sobre todo con el flamenco, pero también con la jota.

Este 2023, al tiempo que terminaba de pulir una autobiografía, lo comenzó estrenando una obra de teatro sobre García Lorca protagonizada por India Martínez. Y su última película en llegar a las salas se estrenó la pasada semana: ‘Las paredes hablan’, que trata de la pintura mural, desde la prehistoria al grafiti. Ya no pudo participar activamente en su promoción, porque su salud estaba muy tocada a consecuencia de una caída que sufrió el pasado verano.

Éxito internacional

La primera gran pasión de Carlos Saura Atarés en su Huesca natal fue la fotografía, la cual cultivó durante toda su existencia. Por ella abandonó sus estudios de Ingeniería de Caminos y a partir de ella, traslado a Madrid mediante para formarse, se adentró en el mundo del cine, con Bergman y Fellini, además del mencionado Buñuel como primeras referencias, "porque los tres trabajan con la imaginación". De 1957 es su debut con el cortometraje ‘La tarde del domingo’. De un año después, el documental ‘Cuenca’, premiado en el Festival de San Sebastián.

Con ‘La caza’, su primera obra maestra, una película moderna, libre, se propulsa una filmografía que incluye más de 50 títulos; desigual, pero con muchas gemas que apreciar, le llevaría a cultivar tanto la comedia como el drama y a trabajar con grandes tanto del cine como de otras artes. Era aquella una historia, producida en 1965 por Elías Querejeta, en la que las heridas de la Guerra Civil asomaban a través de las relaciones entre los participantes en una jornada de caza en Castilla. Le valió el Oso de Plata a la mejor dirección en la Berlinale.

Con Querejeta trabajó también en ‘Peppermint frappé’, ‘El jardín de las delicias’, ‘Ana y los lobos’, ‘La prima Angélica’ (Premio del Jurado en Cannes), ‘Cría cuervos’ (merecedora de la misma distinción en el festival francés), ‘Elisa, vida mía’ y ‘Mamá cumple 100 años’, otros ácidos retratos de la España del tardofranquismo y la Transición. Ya en los años 80 llegó su trilogía ‘flamenca’ en colaboración con Antonio Gades: ‘Bodas de sangre’, ‘El amor brujo’ y ‘Carmen’ (que tuvo tres nominaciones a los Óscar), filmes en los que explora nuevas posibilidades del lenguaje cinematográfico, muy celebrados internacionalmente. También, más adelante, dedicó películas al tango, los fados o la jota.

Por ‘Deprisa, deprisa’ se llevó el Oso de Oro en Berlín en 1981, película a la que siguieron ‘Dulces horas’, ‘Antonieta’ y la superproducción ‘El Dorado’. Logró sus dos únicos Goyas anteriores al que hoy debía recibir por ‘¡Ay, Carmela!’ (el de dirección y el de guión adaptado, junto a Rafael Azcona), del año 1990, película también candidata al Óscar. ‘Dispara’, ‘Taxi’, ‘Pajarico’, ‘Goya en Burdeos’, ‘Buñuel y la mesa del rey Salomón’ y ‘El séptimo día’ se integran asimismo en su producción. Volvió a la figura de Goya en un corto de 2021 rodado en Teruel, en el que ‘repintaba’ el cuadro ‘Los fusilamientos’.

"Aún aprendo", como Goya

Carlos Saura, que tuvo siete hijos con cuatro mujeres, obtuvo en su carrera la Concha de Oro de Honor de San Sebastián, el Premio de Honor de la Academia de Cine Europeo, el Nacional de Cinematografía, la Medalla de Oro de la Academia y la del Mérito en las Bellas Artes. En marzo del pasado año recibió la Biznaga de Oro en Málaga de manos de Carla Simón, la siguiente española en ganar (con ‘Alcarràs’) el Oso de Oro el Festival de Berlín.

En su última entrevista para HERALDO, del pasado diciembre, el realizador oscense expresaba su alegría por seguir activo y, a punto de cumplir entonces los 91 años, decía sentirse todavía joven. Sus palabras tenían bastante de testamento vital y artístico: "Tengo la suerte de trabajar en lo que me apasiona, por lo que nunca lo he considerado un trabajo. Aparte de algunos años en los que las circunstancias me hicieron cumplir con tareas que me dieran para vivir para cuidar a los hijos, a día de hoy hago lo que me da la gana. El cine para mí es el arte total, porque aúna todos los artes a los que he dedicado mi vida. Empecé siendo fotógrafo, luego fui a la Escuela de Cine, he dirigido ópera y teatro, he publicado novelas y he hecho exposiciones de mis dibujos. No me puedo quejar, pero lo bueno es que es una profesión que siempre te permite hacer cosas diferentes. Hay un grabado de Goya en el que aparece un viejecito y pone: “Aún aprendo”. Yo soy ese".

Entre las muchas reacciones que se sucedían este viernes a su muerte, el Gobierno de Aragón anunció que trabaja en un "gran homenaje" en su memoria.

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