"El mundo del cómic pedía a gritos abrir ventanas y algo más de diversidad"
Sara Jotabé, Laura Rubio o Sara Soler son solo algunas de las ilustradoras aragonesas, que publican con éxito en grandes sellos editoriales.
Es una de coletilla maldita y odiosa. “No dibujas mal... para ser chica. Tus historias son interesantes… para ser chica”. “Sabes mucho de cómic… para ser chica”. La ilustradora zaragozana Sara Jotabé recuerda cómo hace apenas cinco años, muchos autores y aficionados dudaban de su capacidad para hacer del cómic un medio vida. Ahora el suyo es uno de los talentos más reconocidos -hace un par de meses publicó con Panini su exitoso ‘Quiero ser como tú’- y ayer, con motivo del 8-M, se reunió con un puñado de escolares para reivindicar el cómic “un lugar de encuentro”.
“Soy mujer, adoro el cómic y durante años me he formado para poder dedicarme a ello. Este mundo pedía a gritos algo de diversidad porque hay hueco para todos: el que quiera leer a Spiderman lo puede hacer y el que quiera hallar otras posibilidades más allá de los superhéroes, ahora, también las tiene. Se agradece que la diferencia sea la que marque la norma”, opina Jotabé, presidenta de la Asociación Aragonesa de Autores de Cómic, que creció leyendo a Astérix y nunca abandonó esta pasión que algunos le afeaban por considerarla infantil o propia de freaks.
En Aragón hay mucho talento femenino y viñetista, como demuestra que en la última gala de los XI Premios del Cómic la barbastrense Sara Soler obtuviera el galardón a la mejor obra por ‘Us’ y la zaragozana -aunque afincada en Teruel- Laura Rubio se llevara el galardón a mejor dibujo de autoría aragonesa por ‘Zilia Quebrantahuesos: El fin del invierno’.
“Creo que ese talento siempre ha estado ahí, que siempre ha habido mujeres en el arte y que es lo natural. Es verdad que tradicionalmente en algunas disciplinas parecía que había más ausencias y una mayoría masculina y ese era el caso del cómic. Ahora ya queda demostrado que aquella realidad está más bien lejana”, afirma Laura Rubio, que acaba de entregar para Santillana en una adaptación de ‘La isla del tesoro’.
“El acceso de la mujer como autora al mundo del cómic, con peso y no es una esquinita ni un rincón, es lo que ha permitido que se dé visibilidad, perspectivas y vivencias que antes no formaban parte de esta mundo”, reflexiona Sara Jotabé, consciente de que alrededor del 70% de los personajes de DC y el 75% de los de Marvel son hombres.
Hace años la mujer cuando aparecía en las viñetas lo hacía de forma hipersexualizada y casi siempre secundaria, pero su incorporación a la autoría ha contribuido a que “el mundo del cómic se abra y se expanda”. Los de la ejeana Isa Ibaibarriaga o la oscense Mamen Monreu son otros de los nombres imprescindibles en el inventario de autoras españolas, que se suman a los de Cristina Durán, Anabel Colazo, Núria Tamarit…
El denominado ‘noveno arte’ está, además, de enhorabuena porque las instituciones, por fin, le comienzan a dar la importancia que se merece y el pasado día 5 se celebró en España el primer Día del Cómic, destinado a “dignificar el sector” de los tebeos, los mangas, las novelas gráficas y las historietas. “Las viñetas son la unión de muchas artes en solo una. Valoramos la novela, que es escritura, y valoramos el cine, la fotografía y la pintura, que son imagen, pero hasta la fecha no había un reconocimiento al cómic”, opinan las autoras. Además, “todo es accesible y atrae al público joven, que es lo que necesita el mundo del arte”, dice Jotabé, que prepara una versión “en físico y con extras” de lo que ha sido su webcómic ‘Tupper para tres’. Precisamente las nuevas tecnologías pueden azuzar la creación de los más jóvenes, pues Laura Rubio, después de firmar obras más clásicas como ‘Queronea’ e incluso por una ‘Historia ilustrada de Albarracín’, continúa con otro proyecto más ‘outsider’ en las redes sociales como son sus reflexiones y pensamiento en las viñetas azules y amarillas de ‘Migas de pan’.
Y, ¿qué deparará el futuro? ¿Cómo llegan las nuevas generaciones? Ayer en la Delegación del Gobierno, donde se fallaron los premios de la segunda edición del concurso de cómic contra la violencia de género, quedó claro que cantera y relevo hay. “La chavalería tiene un discurso muy potente y es importante que use el cómic para difundirlo porque es una herramienta muy poderosa y capaz de llegar a todo el mundo”, afirma la autora de ‘Quiero ser como tú’, la historia de una influencer venida a menos que regresa a su pueblo del Pirineo. “No dejéis los lápices, esperamos mucho de vosotros”, instó ayer a los escolares que la acompañaban.
Rosa Serrano, delegada del Gobierno en Aragón, entregó ayer los reconocimientos a los escolares y aprovechó para destacar que el compromiso contra la violencia machista que se desprende de sus viñetas evidencia de "la educación inclusiva y paritaria es un elemento para combatir las injusticias". Elena Morales Cardona y Yago Gimeno Edo, alumnos del colegio Santa María del Pilar de Zaragoza, recibieron el primer premio de los 124 trabajos que participaban. Su trabajo representa "una alegoría de las relaciones tóxicas" y pone el acento en la independencia femenina. Los chavales se hicieron con un cheque-regalo de 600 euros para adquirir libros y material educativo.
