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Sara Jotabé: "Mi libro es una crítica al 'tengo que ser' por encima del 'quiero ser'"

La zaragozana acaba de publicar 'Quiero ser como tú', un tebeo en el que reflexiona con humor sobre la búsqueda de uno mismo y la vacuidad en las redes sociales. También será este fin de semana protagonista en el Salón del Cómic como autora de su cartel.

La ilustradora y autora de cómics, Sara Jotabé.
La ilustradora y autora de cómics, Sara Jotabé.
Francisco Jiménez

Ilustradora, humorista gráfica y autora de cómics. Estas dos últimas facetas de Sara Jotabé (Zaragoza, 1993) toman protagonismo esta semana, y de qué manera. No solo es la autora del cartel del exitoso Salón del Cómic (que se celebra este fin de semana y que ya ha agotado entradas en algunas sesiones), sino que en él firmará ejemplares de su recién publicado tebeo 'Quiero ser como tú' (Panini). En él, Sara se sirve de la herramienta del humor para profundizar en un viaje vivencial. Es el de la joven Paula, que parte de una vida que ella misma pretende controlar a través del escaparate deformado de las redes sociales y que se ve obligada a abandonar no sin traumas. En ese periplo interior y exterior tendrá la ayuda de una suerte de 'alter ego' en forma de perro parlanchín y de los paisajes pirenaicos, respectivamente.

Al principio de 'Quiero ser como tú' la protagonista, Paula, vive para Instagram. Es una 'influencer'. ¿Que tal se lleva usted con las redes sociales?

No me llevo mal, me parece una herramienta muy útil que te permite visibilizar tu trabajo de manera gratuita, para los creadores jóvenes es súper práctico. Lo que pasa es que se modifican los algoritmos y se vuelven mas exigentes, de tal forma que si quieres que los demás te vean, tener una continuidad, acaba siendo muy demandante. Si no estás todo el día proveyendo de contenido, la red social te castiga, la gente te deja de seguir. Así que mi relación es de amor-odio.

Habla del plano profesional, pero en su libro lo aborda desde el personal y desde el peor de los postureos. ¿Por qué decidió que la protagonista fuera una 'influencer'?

Porque muchas veces parece que es oro todo lo que reluce y no es así. La protagonista quiere buscarse a sí misma, pero lo ha dejado en su segundo plano, se ha creado una barrera en la que todo lo que muestra está organizado, temporalizado y controlado por ella misma. En las redes muestra lo que ella querría tener, equilibrio y perfección. Me pareció que a través de la idea del Instagram, que son imágenes, era fácil jugar en un tebeo.

¿Instagram es una forma de disimular realidades oscuras?

No tiene por qué ser tanto. Simplemente sucede que pocas personas suben a las redes sus miserias cotidianas. Cosas como que te han salido tres granos y una cana en la barbilla. La gente sube el día que va a un restaurante de lujo, igual por primera y única vez en su vida. Y lo hace aunque ni siquiera le haya gustado el menú.

La protagonista acaba huyendo de su vida por un motivo sobrevenido y se va al pueblo de su abuela. ¿Lo rural como algo aspiracional?

Realmente decido que Paula se vaya al pueblo como un arrebato visceral al no salirle las cosas como había planeado, lo que la lleva, paradójicamente, a un sitio donde no controla nada. Va como refugio, pero es justo lo contrario. Ella inicia un viaje real pero también metafórico. Su proceso personal podría ser como el de 'Cinco horas con Mario'. Ella hablando consigo misma, con su subconsciente, pero a través de otro.

Pero en este caso no es el marido difunto, sino un perro que está muy vivo... ¡hasta habla!

Paula podría haber estado todo el tebeo en un sofá monologando, pero me pareció más dinámico así. Paula 'dialoga' con un perro abandonado. Lo elegí porque estos animales confían plenamente en los humanos (hasta que les hacen daño). Son dulces, cercanos, muy naturales, no tienen maldad intrínseca. El perro refleja el subconsciente de Paula, a la que no le dice nada para fastidiarle, solo lo que le va a venir mejor.

Un Pepito Grillo.

No, porque Frustris no es moralista.

Frustris. Así se llama el perro. ¿Por la frustración de la prota?

Pues en realidad es por una canción de Los Gandules que siempre escucho con mi novio cuando vamos en el coche al Pirineo. Frustris en la canción es un Pony, pero la verdad es que en este caso me venía que ni pintado (risas). Frustris es esa voz interna que Paula había dejado olvidada para mostrarse como lo que no es en las redes sociales. Frustris es hacia donde ella quiere ir.

Paula va cambiando a través de su relación con el perro, pero también a través del paisaje...

Si, es el Pirineo. Son lugares reales adonde acudo mucho con mi chico.

En el libro también hay varias escenas oníricas. 

Los sueños le van avisando sobre los pasos que ha de dar. Son cinco porque corresponden a las cinco etapas del duelo. Paula lo que sufre es un duelo por sí misma.

El título, por tanto, es paradójico: 'quiero ser como tú' es en realidad 'quiero ser yo misma'.

Exacto. Pero esto nos pasa a todos, nos bombardean con cánones estéticos o estilos de vida que no tienen por qué encajar con lo que nosotros buscamos o necesitamos. En los 90 había que ser delgada y con los labios finos, como Jennifer Aniston. Ahora, como Kim Kardashian, justo lo contrario.

Está bien ser uno mismo, pero es muy humano mirarse en otros. ¿Tiene  referentes?

Sí, sí. Por ejemplo a nivel plástico o artístico he tenido referentes toda la vida. Yo empecé en el tebeo porque me gustaba Astérix, luego Maitena, Mamen Moreu, Moderna de Pueblo, que son más críticas y feministas. Y eso te va encauzando. También tengo muchos referentes del humor: Silvia abril, Ana Morgade, Estirando el Chicle, Eva Hache, el grupito de Joaquín Reyes... No es que quiera ser como ellos, pero me gustan. En el libro lo que se dice es que los referentes de Paula al comienzo son muy vacuos, lo que critico es que actualmente ya no es "quiero ser", sino "tengo que ser".

Sin dejar los referentes, en el libro también aparece un guiño a Goya.

Somos un huevo y una castaña, claro, pero admiro de él el hecho de que no usara los 'filtros' de la época para representar a sus retratados, sino que los pintaba como él los veía y los sentía: bordes, tontos... Era muy auténtico. Además hace de lo salvaje algo bello. Si te acercas, los cuadros de Goya son súper vanguardistas, tienen unas pinceladas grandes, toscas, fuertes, pero desde lejos puede ser tierno, fino y delicado. Era un adelantado.

Salvando las distancias, usted tampoco intenta enmascarar nada. En el libro aparecen muchas miserias íntimas de la protagonista, casi hasta lo escatológico.

No soy de humor escatológico, pero me parece muy divertido pensar que el ser humano ha podido avanzar mucho aunque en realidad es muy básico. Por ejemplo, si lo piensas, comer es grotesco: cojo una cosa, me la meto por la boca y de aquí a un tiempo va a salir de manera distinta y muy desagradable. O que hayamos atravesado años de evolución para acabar yendo a la nevera y al abrirla no acordarte de lo que vas a buscar. Lo que quiero es subrayar que la protagonista quiere ser perfecta y por mucho que lo intente no tiene ojos en la espalda y puede que pise un trozo de papel higiénico y se lo lleve arrastrando. Son cosas normales que no son cuestión de mostrar en todas partes, pero que suceden. Las Kardashian también hacen caca (risas). Lo muestro porque creo necesario dejar claro que no se puede controlar todo. Nos olvidamos de nuestra parte primitiva que es bella porque es así.

Forma parte de una cada vez mayor presencia de mujeres en el mundo del cómic.

Estamos empezando a ser visibles. Si no te ven no existes. Pero esto pasa en cualquier ámbito. El tebeo ha sido un mundo de hombres. ¿Pero cuál no? Ha habido un bum de mujeres que está abriendo mucho camino a las demás. Y en formas muy variadas, porque puede parecer que ciertos cómics tengan que contar determinadas historias o tener determinado carácter porque los haga una mujer, pero no es así. Obviamente, lo que haga una autora será distinto de lo que haga un autor, porque tiene una perspectiva distinta, porque el género te marca, pero también será distinto de lo que haga otra compañera.

Es la autora del cartel de este año del Salón del Cómic.

Cuando me llamaron... ¡qué ilusión! Yo fui al primer salón que hicieron en La Almozara, siendo una niña de 8 años. Era en un salón pequeñito, con cuatro puestos. He crecido en el salón como lectora, como aficionada y también lo ha hecho mi trayectoria profesional porque mi primer tebeo, 'Pajas mentales', que fue mi trabajo de fin de carrera, se editó gracias a un contacto que hice allí. El Salón del Cómic de Zaragoza es muy importante y conocido porque es un salón horizontal, gente que está empezando se encuentra con veteranos, hablan, se dan consejos, conoces editores, libreros...

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