música

Thomas Kretzschmar: "No hay mejor manera de celebrar tu cumpleaños que hacerlo después de dar un buen concierto"

El violinista francés, que reside en Zaragoza y prefiere los auditorios a los tejados a la hora de tocar, prepara disco con material propio después de grabar un homenaje a Grappelli. 

Thomas Kretzschmar, durante un concierto
Thomas Kretzschmar, durante un concierto
HA

El violinista Thomas Kretzschmar es de Nimes, de la quinta del 74; ha vivido en varios puntos de su Francia natal, ha viajado por medio mundo y hasta hace cuatro años Zaragoza era para él la ciudad donde vivía su luthier de confianza, Étienne Bellanger. Ahora vive aquí, viaja cuando toca y tiene su grupo 4Tet (el apócope de Quartet, ensamble de jazz con su nombre en el encabezamiento), además de colaborar con otros proyectos artísticos de la ciudad. El manouche, la corriente que hicieron famosa el guitarrista Django Reinhardt y el violinista Stéphane Grappelli en los años 30 del pasado siglo, es también la música favorita de Kretzschmar, admirador incondicional de tan ilustres compatriotas.

“A Zaragoza llegué por casualidad. Étienne tenía su taller aquí, me hizo un violín hace cuatro años, y viajé un par de veces durante el proceso. Entonces conocí a la que hoy es mi pareja, Isabel, que tiene el Café Botánico en el Pasaje del Ciclón; ya conocía a un par de músicos de Zaragoza, la ciudad me gustó… así que dejé Marsella y me vine aquí”.

Kretzschmar comenzó su proyecto de cuarteto con la idea de realizar una rendición fiel de la música de Grappelli. “Me uní a Javi Callen en el bajo, Fran Gazol en la batería y Humberto Ríos en el piano, y decidimos grabar un disco con la música de Grappelli. Lo sacamos justo un mes antes de que llegara la pandemia… no es lo más fantástico para mover un trabajo, mucha puntería, ¿eh? Pero bueno, le ha pasado a todo el mundo, son cosas que no se pueden controlar. Hicimos varios conciertos en el Auditorio y otras salas, algunas presentaciones en Francia… ahora tocaremos el día 6 de marzo en el Rock & Blues. Eso sí, en los últimos seis meses he trabajado en la composición de temas propios para grabar próximamente un disco, va saliendo adelante y ya estoy hablando con la discográfica para tratar de hacernos un calendario y fijar la grabación”.

Otros proyectos en la ciudad

Kretzschmar, que se toma con humor el hecho de que esas dos vocales entre nueve consonantes dificulten la pronunciación y escritura de su apellido, también se ha involucrado en el proyecto Almalé junto a la violadagambista zaragozana Pilar Almalé, que acaba de presentar su primer disco , ‘Hixa mía’. “Lo presentamos en diciembre en el Auditorio: es una música muy chula la que hace Pilar, distinta a lo que acostumbro a hacer yo pero muy interesante. Mezcla música antigua, world music, folk, jazz… me encanta. El concierto salió muy bien, lo pasamos de maravilla; habíamos trabajado duro los meses anteriores. Luego tocaba fiesta; no hay mejor manera de celebrar tu cumpleaños que hacerlo después de dar un buen concierto”.

El francés también ha colaborado con la pianista y cantante zaragozana Ariadna Redondo, y tiene intención de seguir haciéndolo. “Aunque normalmente me mueva en el jazz y el ‘swing’, me gusta salir de mi área, nunca descarto la buena música porque sea de un estilo u otro, prefiero investigar y ver qué ocurre. La música tradicional de Aragón es mi asignatura pendiente; quiero conocer más. Hace poco nos unimos a Biella Nuei en una actuación y me atreví a tocar un par de jotas, pero me falta mucho por saber ahí”.

Kretzschmar también tiene ganas de conocer a su colega en los violines Ara Malikian. “Tiene mucha relación con Zaragoza, aunque se mueve mucho -ríe- y la verdad es que me gustaría tener trato con él, y quizá compartir algún día un rato en el escenario. También me interesa mucho el movimiento de los raperos de Zaragoza, hay mucho talento, me llama la atención lo que hacen Kase.O y Rapsusklei”.

A pesar de hacer base aquí -ya tiene descendencia: la cita con la guardería es inapelable- el músico sigue viajando a Francia por razones profesionales. “El manouche pegó fuerte en mi país hace ya unos años, cuando volvió a reivindicarse la figura de Django, y hay muchos festivales interesantes, además de gente como mi gran amigo Steeve Laffont, así con dos ‘e’, que vive en Perpignan; con él empecé a investigar el manouche, y vino a tocar conmigo hace unos meses al Auditorio. Cada mes de agosto doy un taller de improvisación de violín jazz en el Manouch’ Muzik Festival de Mazères, que está en los Pirineos, debajo de Toulouse. También he tenido la ocasión de tocar con grandes guitarristas como Stochelo Rosenberg, un maestro, o Bireli Lagrene, además de actuar en otros grandes escenarios, como son todos los que vendrán”.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión