música

Biella Nuei avanza en la recuperación de la tradición musical aragonesa con ‘Utopía mudéjar’

El grupo de folk, que este jueves actúa en Zaragoza, ha reproducido con tecnología 3D instrumentos como la chirimía, el bajón, el cromorno o la gaita de Bestué.

Chris Pelletier, Luis Miguel Bajén, Pilar Almalé y Mustafá Ghouzal, en la presentación.
Chris Pelletier, Luis Miguel Bajén, Pilar Almalé y Mustafá Ghouzal, en la presentación.
Oliver Duch

Resucitar y tocar instrumentos que se utilizaban hace siglos es uno de los felices ‘milagros’ que, año tras año, y ya van seis, realiza el grupo aragonés de folk Biella Nuei con el proyecto ‘Utopía mudéjar: borrando fronteras’. Un trabajo que este jueves se plasmará, a partir de las 18.00, en el concierto que la formación ofrecerá en el Centro Cívico Tío Jorge de Zaragoza con el refuerzo de la violagambista Pilar Almalé.

"Es una apasionante aventura multidisciplinar y colectiva, en la que contamos con las aportaciones de músicos de diversos estilos, luthieres, investigadores, ilustradores, actores... Además de recuperar un legado que estaba perdido, lanzamos un mensaje de tolerancia y respeto entre los escolares para los que actuamos", sintetizó Luis Miguel Bajén, integrante de Biella Nuei, en la presentación que ha tenido lugar este miércoles en la Escuela Municipal de Música y Danza.

Le acompañaban la mencionada Almalé, el luthier puertorriqueño Chris Pelletier y el músico marroquí Mustafá Ghouzal. Y sobre una gran mesa, un arsenal de instrumentos que se han rescatado y reproducido con la máxima fidelidad gracias a la tecnología 3D.

Uno de los más llamativos era una gaita aragonesa de Bestué, toda una rareza. "Fuimos al Ayuntamiento de Aínsa, donde se conserva la única gaita de este tipo en el Sobrarbe. La medimos a través de programas informáticos, se hizo un plano pormenorizado del instrumento y, gracias a una impresora 3D con pasta de base de maíz y madera, se ha hecho el prototipo. Es una réplica exacta", indicó un emocionado Bajén. También lucían unos bajones –el antecesor del fagot– como los de la catedral de Jaca, una chirimía -predecesor del oboe– como la de la colegiata bilbilitana de Santa María la Mayor, unos cromornos de la catedral de Salamanca o varias flautas de tres agujeros a partir de un estudio de la Escuela de Violeros de Zaragoza.

"Es un privilegio contribuir a conservar instrumentos que existen desde hace tantísimos años. Con la ayuda de la tecnología, se pueden hacer auténticas maravillas", celebró el luthier Chris Pelletier, que lleva cinco años instalado en la capital aragonesa.

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