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Versiones de Héroes del Silencio por el mundo: 'Maldito duende', cuando la noche es toda magia y amanece tan pronto

La actual gira de Bunbury incluye un repaso a este tema imborrable en la trayectoria del grupo zaragozano, y que conoce decenas de versiones en todo tipo de géneros.

Raphael y Bunbury, cantando a dúo.
Raphael y Bunbury, cantando a dúo.
HA

Bunbury está en el inicio de su tour ‘35 años’. México alberga las primeras paradas a lo largo de este mes de febrero, y en los repertorios iniciales hay pruebas palmarias del cumplimiento de una promesa: meter temas de todas sus etapas y encarnaciones.

Con el bagaje de Héroes, además, está siendo generoso, con el efecto enardecedor que ello supone en la totalidad de sus fans. ‘Maldito duende’ es una de las canciones más emblemáticas de Héroes, y sonó el pasado 29 de enero en el ‘show’ inicial de esta gira, celebrado en Acapulco. Además, llegó en el tramo final, justo antes del cierre con ‘La constante’, tema de 2017 incluido en el álbum ‘Expectativas’.

‘Maldito duende’ se editó dentro de ‘Senderos de traición’, en 1990. El punteo de Juan Valdivia da paso a la voz de Bunbury en esos dos versos que tantas veces ha hecho temblar escenarios en todo el mundo: “He oído que la noche/es toda magia”. En el estribillo, “Amanece tan pronto/y yo estoy tan solo”. Son Frases que invitan al exceso en la interpretación, algo que definió desde el principio el desempeño escénico del grupo. Cuando empezaron a llegar las revisiones de otros artistas, esos versos de absenta y resaca emocional seguían pidiendo el punto ampuloso y épico, aunque no han faltado las osadías: sí, hay alegres versiones en merengue, aunque hubiera sido más cónsone la bachata, debido al punto de amargue que caracteriza a este género del campo dominicano.

‘San’ Raphael

La versión de ‘Maldito duende’ que nunca amarilleará es, sin duda, la de Raphael. Salió en 2011, abriendo el disco ‘Maldito Raphael’, donde el divo de Linares hacía dúos con otros artistas reinterpretando canciones ajenas a ambos implicados. Por ejemplo, se alió con Jeannette para el ‘Yes Sir, I Can Boogie’ de Baccara, o con Rita Pavone en la revisión de ‘A quién le importa’ de Alaska y Dinarama. Con la de Héroes, el señor Martos hizo una excepción y la cantó solo. De aquello nació una amistad y un respeto con Enrique Bunbury que se mantiene hasta nuestros días. No en vano, poco antes de su último concierto en Zaragoza (hace ahora dos meses) Raphael quería saber si Enrique iba a estar en la ciudad a tiempo para asistir.

Unos años después, en 2010, EMI lanzó el doble álbum ‘Hechizo (Tributo a Héroes del Silencio y Enrique Bunbury)’, con temas de la banda y de la carrera solista de Bunbury interpretados por artistas españoles y latinoamericanos. ‘Maldito duende’ abrió la apuesta, con Andrés Calamaro a los mandos. El argentino y Bunbury se aliarían cuatro años más tarde en el disco en directo ‘Hijos del pueblo’, donde bordaron una versión del ‘Crimen’ de Gustavo Cerati, líder de Soda Stereo. En las manos y la garganta de Calamaro, ‘Maldito duende’ suena rasposa y porteña, aderezada con coros casi gospelianos y muy respetuosa con la original dentro de su reivindicación (natural, no impostada) del ‘calamarismo’ más encendido.

En otra clave

La aparición de versiones en merengue llama la atención; la del dominicano Krisspy, muy rica en el arreglo musical, es inusitadamente festiva para la onda de la canción, y algo parecido ocurre con la de su compatriota Amarfis, radicado en Nueva York y líder de la banda Atakke. Helga Chávez se atreve con la bossa, los madrileños Romeo acercan su versión al metal, el rock de Pier mete un punto ‘canchero’ al tema desde Argentina (la banda llena estadios desde 1994), donde Yuli y los Girasoles también se lanzaron con la 'rolita' en clave de cumbia; por supuesto, y dada la conexión de Héroes y Bunbury con la nación azteca, no es raro que haya versión mariachi. 

Otra nota curiosa: la interpretación a capella de Melomans, que destaca entre las aproximaciones más llamativas desde España y América Latina a este joven clásico del rock nacional. Una canción con genoma aragonés, firmada por cuatro nombres que en Zaragoza se recitan como una alineación futbolera: Juan Valdivia, Joaquín Cardiel, Enrique Bunbury y Pedro Andreu.  

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