El sector de la jota busca salir de la ruina y pide normas claras para volver a la actividad

Algunos grupos reconocen pérdidas de hasta 40.000 euros por el confinamiento y la cancelación de galas y clases amenaza a muchas formaciones

Certamen nacional de jota Ciudad de Huesca en el Palacio de Congresos /Foto Rafael Gobantes / 27-1-18 [[[FOTOGRAFOS]]] [[[HA ARCHIVO]]]
Una pareja de bailadores, durante el certamen nacional Ciudad de Huesca
Rafael Gobantes

El mundo de la jota ha sido, desde el punto de vista económico, uno de los sectores culturales más castigados por la pandemia en Aragón. La actividad se ha reducido a la nada: se han cancelado galas y actuaciones, se han cerrado locales de ensayo y academias y se han anulado concursos y fiestas patronales. Las cifras son contundentes y grupos como Baluarte Aragonés han tenido que tachar 35 actuaciones de su calendario. La Agrupación Folclórica El Cabujón, que iba a presentar disco, 35.000, incluyendo las clases; Aires del Martín, 25.000; Aires Monegrinos confiesa haber perdido unas 60 actuaciones de todo tipo, a una media de 1.200 euros por actuación... Un auténtico desastre económico (la mayoría de estas formaciones tienen gastos fijos mensuales, actúen o no), que ha dañado seriamente los cimientos (hasta ahora no muy sólidos, eso sí), del sector. Y el horizonte no se ve despejado: el verano parece una larga travesía en el desierto. "Teníamos la esperanza de volver a la actividad en junio, en aquellos pueblos donde las fiestas son en verano. Pero con la suspensión de todas las fiestas hasta septiembre nos quedamos en la más desoladora situación. Mientras dure el estado de alarma tengo 661 euros de ingresos al mes y 1.800 de gastos fijos", resume José Luis Urbén, profesor de canto y empresario.

La Plataforma Más Jota, nacida estos días aprovechando el impulso de la iniciativa Yo Joteo en Casa, que ha programado actuaciones ‘online’ durante el confinamiento, ha elaborado un documento con un primer balance de daños en el sector. Y los datos son descorazonadores. "La jota es ahora más invisible que nunca", concluyen.

El sector se asienta en dos pilares: las actuaciones, suspendidas desde marzo prácticamente en su totalidad, y la enseñanza. En este último apartado, también, las pérdidas son cuantiosas porque las clases ‘online’ no han suplido ni de lejos a las presenciales. Baluarte Aragonés cifra las pérdidas de su academia en 24.000 euros hasta junio, Estampa Baturra en 32.000 entre la academia (sin contar los gastos fijos) y las galas. Para los profesores individuales la situación ha sido incluso peor. Sonia Platero reconoce a Más Jota pérdidas de unos 10.000 euros, y avisa: "Con la cantidad de familias que se han quedado sin empleo, las bajas en el próximo curso van a ser considerables".

La enseñanza es tanto para las galas como para los concursos. El virus también se ha cebado con ellos. Hasta ahora se han suspendido los de Híjar, Lécera, Pastriz, Alfajarín, Sariñena (pendiente de celebrarse la final), Villafranca de Ebro, Mallén y Sallent de Gállego.

Y hay incluso efectos colaterales. La cantadora Susana Burguete, como gerente de la tienda de indumentaria tradicional La Jotica, calcula que este año va a facturar la mitad que el año pasado. "Los festivales y ofrendas que aún no han sido suspendidos no van a ser iguales a los anteriores, así que si la gente no puede comprar por la situación económica y no hay eventos, mi negocio este año lo doy por perdido", subraya.

La situación fuera de Aragón es aún más frágil. "A día de hoy, la incertidumbre es real y preocupante, ya que la situación de los centros aragoneses fuera de Aragón es delicada al mantenerse mediante subvenciones y las cuotas de sus socios, que pueden verse muy afectadas por la incapacidad de hacer uso de las instalaciones por cuestiones sanitarias", se lamenta Montserrat Quílez, profesora de canto en dos centros barceloneses.

El problema ya no es solo lo perdido, sino que tampoco se sabe ni cuándo ni cómo volver a la normalidad. Varias preguntas clave permanecen sin respuesta: ¿Cómo se puede bailar la jota en grupo a partir de ahora? ¿Cómo se puede mantener la distancia social en una coreografía grupal? ¿Qué medidas tomar a la hora de impartir una clase de canto? ¿Qué Ayuntamientos autorizan a reanudar sus actividades en locales municipales? ¿Quién va a programar jota en esta fase 3? Los ayuntamientos, como señalan los cantadores Ana Belén Montorio y Julio Latorre, no tienen pautas claras de qué medidas sanitarias exigir a los grupos de jota, así que optan por no contratarlos. Por el momento nadie pulsa el botón de reencendido del sector. "Los tres meses pasados los damos por perdidos –apunta Sergio Aso, uno de los promotores de Más Jota–. Pero los ayuntamientos deben saber que una actuación de jota no es una discomóvil: se puede asegurar el aforo y garantizar las medidas de distanciamiento. Queremos animarles a que no cancelen las actuaciones programadas. Si algunos festivales de Aragón van para adelante, no veo por qué se tienen que suspender las actuaciones de jota". 

Unos 10.000 aragoneses se integran en lo que se ha dado en llamar el ‘sector de la jota’. Pocos de ellos pueden considerarse profesionales, ya que la mayoría tienen al canto o baile como segunda actividad o como ‘hobby’. Pero la labor que desempeña este sector es muy importante, en lo económico y lo cultural, sobre todo en el ámbito rural y especialmente allí donde se dan y toman clases. En muchos sitios la banda o el grupo folclórico constituyen las principales oportunidades de acceso a la cultura para sus ciudadanos. Hay datos sorprendentes y muy reveladores del calado del folclore y su práctica. En Luceni, por ejemplo, que no llega a los 1.000 habitantes, 25 de ellos forman parte de la rondalla de la localidad.

Hace ahora casi tres años se creó la Academia de las Artes del Folclore y la Jota de Aragón, entidad que ha desarrollado una intensa labor reivindicativa en este tiempo y que en la actualidad tiene 368 socios.

Ha desarrollado varias líneas de trabajo, la más conocida la campaña para conseguir que la jota sea declarada Patrimonio de la Humanidad. Aunque el calendario previsto se ha visto alterado por la pandemia, se sigue trabajando en ello en colaboración con el Gobierno de Aragón y se ha recabado el apoyo de todos los municipios aragoneses y del Congreso de los Diputados, ante el que se bailó la jota.

La Academia ha nombrado académicos de honor a figuras históricas del folclore y ha apostado por lograr nuevos marcos legales para el sector, sobre todo por regular la enseñanza.

Ha elaborado informes de diagnóstico de la situación del sector y asesorado a todos los partidos políticos, de distinto signo, que se lo han requerido a la hora de presentar proposiciones no de ley o mociones relacionadas con el folclore.

Durante el confinamiento, y al margen de la Academia, se creó la iniciativa #Yojoteoencasa, que realizó 17 emisiones en Youtube en torno a la jota aragonesa y que sumaron miles de visitas. Ese esfuerzo colectivo ha desembocado en la reciente creación de la Plataforma Más Jota, que quiere reunir a todo el mundo jotero bajo un mismo propósito, "conseguir una mayor presencia de la jota en el día a día de los aragoneses".

No todos los miembros de la Academia pertenecen a la Plataforma y viceversa.

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