gastronomía

El bocado italiano de moda en las grandes ciudades que se expande por Zaragoza

Las 'focaccias' llegaron al centro de la capital aragonesa hace un año y medio y ahora se extienden a más puntos de la ciudad.

'Focaccia' artesanal, de La Recámara, hecha en Zaragoza.
'Focaccia' artesanal, de La Recámara, hecha en Zaragoza.
La Recámara

Florencia es la capital de la Toscana, un viaje al Renacimiento. Encandila el triángulo artístico que forman la catedral, el campanario de Giotto y el baptisterio de San Giovanni en la plaza del Duomo. También un paseo por el puente Vecchio o rodear el David para observar la delicadeza de Miguel Ángel. Cuna de los negronis, en su postal gastronómica se puede degustar una 'focaccia' con embutido y el entorno de la plaza de la Signoria puede ser un apropiado enclave.

En los ecos de las grandes urbes españolas -como Madrid y Barcelona- se escucha, cada vez con más intensidad, este concepto de bocadillo con pan de genes italianos, esponjoso y alveolado. En Zaragoza esta moda florentina de estos bocadillos llegó hace un año y medio cuando abrió La Recámara, en la calle de Méndez Núñez y, recientemente, han inaugurado otro establecimiento en la calle de Andrés Giménez Soler, en el entorno del Campus San Francisco de la Universidad de Zaragoza.

"En España no había muchos establecimientos de este estilo"

Es un contrapunto a los sabores italianos de la pasta y la pizza. "En España no había muchos establecimientos de este estilo", cuenta Nicolás Cortés, al frente del negocio. De hecho, se ha convertido en lugar de peregrinación de hosteleros de otras ciudades que lo visitan y fotografían como inspiración para emprender en otras ciudades.

En La Recámara se cuida el producto con especial mimo. Por ejemplo, el pan que ofrecen se elabora artesanalmente en Zaragoza en base a la receta de una panadería de Florencia. "El embutido es de primerísima calidad y también lo traemos de allí", menciona Cortés. Se prepara al completo ante el cliente, desde cortar la ‘focaccia’ al embutido.

Los bocadillos de La Recámara se hacen con focaccia toscana.
Los bocadillos de La Recámara se hacen con focaccia toscana.
Oliver Duch

Entre sus propuestas se encuentra 'porchetta', un fiambre típico de Roma que se elabora con costilla de cerdo deshuesada y que en este establecimiento presentan con queso de cabra, rúcula y trufa. Otras opciones son el salami, la panceta, el jamón duroc, el cocido, la sobrasada o la mortadela de Bolonia, que es de denominación de origen.

Cuando lo sirven también culturizan sobre el alimento: explican su origen o la zona del país transalpino de donde procede. "Por ejemplo, contamos que el pastrami no es italiano, sino que es ternera en salmuera que llevaron los judíos a Estados Unidos", completan. A pesar de ello, le brindan un toque italiano al acompañarlo con queso mascarpone.

Los bocadillos de La Recámara se hacen con focaccia toscana.
Los bocadillos de La Recámara se hacen con focaccia toscana.
Oliver Duch

De los mostradores de La Recámara se ofrecen calientes, de tal forma que los sabores se potencian más. Para algunos paladares zaragozanos son "adictivas". Entre su público se encuentran muchos jóvenes, como aprecian en el entorno universitario, pero también llegan a familias al completo, desde la abuela al niño. ¿El precio? Entre los 5 y los 7 euros. En el poco tiempo que llevan abiertos, ya se ha convertido en un imprescindible en el ocio de muchos zaragozanos y turistas, lo que agradecen al otro lado del mostrador.

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