gastronomía

Estos son los bares de Zaragoza que han anunciado su cierre en 2024

Se trata de establecimientos que tras varias generaciones bajan la persiana en la capital aragonesa.

La barra de montaditos y pinchos del bar Erzo de Zaragoza.
La barra de montaditos y pinchos del bar Erzo de Zaragoza.
Montañés

La oferta gastronómica de Zaragoza está en constante evolución. Casi todas las semanas se levantan las persianas de nuevos establecimientos: hamburgueserías, heladerías, pastelerías, cafeterías… A la vez que se vive esa renovación, otros bares de la postal culinaria de la ciudad cierran sus puertas, como el de Erzo, que se publicó hace tan solo unos días.

Es algo que sucede constantemente, sin embargo, llama más la atención cuando se trata de negocios con varias décadas de trayectoria, que han sido el punto de encuentro para varias generaciones y que se han convertido parte de la historia hostelera de la ciudad.

2023 terminaba con la noticia de que la sidrería La Kupela de Zaragoza cerraba tras casi 30 años. Félix Moreno la fundó en 1995 como “un pedacito de San Sebastián en el corazón de Zaragoza". "Han sido años de dedicación incondicional, de la misma manera que la clientela, de toda España, ha sido fiel y constante a lo largo de la vida de La Kupela", señaló en una carta que transmitió a sus clientes.

Esta sidrería, la primera vasca fuera del País Vasco, se abrió en 1995 en el centro de Zaragoza.
Esta sidrería, la primera vasca fuera del País Vasco, se abrió en 1995 en el centro de Zaragoza.
Francisco Jiménez

También a finales del año pasado, se conoció que Bar Antonio se traspasaba por jubilación. Roberto López se desanuda el delantal desde hace 50 años, cuando comenzó a trabajar en el bar familiar. "Mi abuelo tenía un quiosco en el bulevar de Independencia y cuando reformaron el paseo comenzó en un bar del Tubo, pero era tan pequeño que mi padre se lanzó a abrir Bar Antonio en la calle de Eduardo Dato", relató a HERALDO.

Roberto López Ruiz y su mujer, Sole González, de Casa Antonio.
Roberto López Ruiz y su mujer, Sole González, de Casa Antonio.
Toni Galán

Han pasado casi 75 años desde que se levantó la persiana de Bar Antonio en ese local de azulejos en la fachada que miraba al desaparecido Mercado del Carmen. Sole González, su compañera de trabajo y de vida, ha sido una fiel heredera de las recetas más clásicas que en algunos barrios de Zaragoza casi están en peligro de extinción.

También sorprendió a los vecinos del barrio de San José el anuncio del cierre del Bar Génesis después de más de 40 años de trayectoria. En la calle de Joaquín Sorolla se encuentra este bar que fundaron Enrique Villena y Anabel Cuairán.

Enrique Villena y Anabel Cuairán, cuando empezaron y en la actualidad, en el Bar Génesis.
Enrique Villena y Anabel Cuairán, cuando empezaron y en la actualidad, en el Bar Génesis.
E. V. | Montañés

Abrir una marisquería era el "sueño" de Enrique. "Siempre me había gustado el marisco, aunque venía de una familia humilde", recordó en una conversación con este periódico. Con sabor a marisquería de los 80 se anuncia langosta, buey, centollo, nécoras, zamburiñas, cigalas, navajas, ancas de rana...

Este febrero fue el turno del Museo de la Tortilla, en el barrio de La Magdalena. Fundado en 1988, está en traspaso y su local en venta. "Calculo que estaré hasta enero de 2025 y ya me jubilaré –estimó Luis Navarro, su propietario-. Si no se ha traspasado, bajaremos la persiana". El origen de este bar, tan frecuentado por zaragozanos y turistas de todas las edades, se encuentra en el Mesón de la Tortilla.

Fachada del Museo de la Tortilla, en Zaragoza.
Fachada del Museo de la Tortilla, en Zaragoza.
Montañés

Puede ser que pase a la historia su amplia oferta de tortillas, casi una treintena de sabores. Berenjena, ajos, cebolla, calabacín, alcachofas o atún son solo algunas de las que muestran en su pizarra. También las de trigueros, jamón, chorizo, longaniza, picadillo, morcilla o sesos.

Otro anuncio ha sido el de Erzo. Este bar de la calle de Santa Catalina mira a la calle de Josefa Amar y Borbón –antes de los Sitios- cuando se habla de su historia. Ahí abrió en 1956 Ernesto Zorrilla el bar, dándole vida y nombre con las primeras sílabas de su nombre (er-zo). Con el paso del tiempo su hijo, con quien compartió nombre, tomó las riendas del negocio, que ahora comparte con su mujer Marisa Pérez y su hijo Sergio.

Marisa Pérez, Sergio Zorrilla y Ernesto Zorrilla, tras la barra del bar Erzo de Zaragoza.
Marisa Pérez, Sergio Zorrilla y Ernesto Zorrilla, tras la barra del bar Erzo de Zaragoza.
Montañés

A pesar de que cierre el próximo 31 de marzo, la generosa barra de montaditos y pinchos quedará en el recuerdo de sus clientes. "La historia se nutre de hechos, se moldea de momentos que viven en tu recuerdo y forman parte de tu entidad", dice uno de los carteles que han colgado en sus paredes.

Casa Royo, en la carretera de Logroño de Zaragoza, cierra sus puertas
Casa Royo, en la carretera de Logroño de Zaragoza, cierra sus puertas
Heraldo

Casa Royo, famosa por sus brasas en la carretera de Logroño se suma a la lista. El pasado 6 de marzo fue el último día de actividad en este restaurante de referencia de la zona. A través de una emotiva carta se despidió de sus clientes en un mensaje que difundió en las redes sociales.

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