gastronomía

La ruta de tapeo para seguirle la pista a Mauricio Aznar por los bares de Zaragoza

El protagonista de 'La estrella azul' era un asiduo de locales como El Limpia, Almau, Gallizo, Casa Paricio o El Windsor.

Sergio Andueza, de La Flor de la Sierra, junto a la foto del disco que se hizo en su local
Sergio Andueza, de La Flor de la Sierra, junto a la foto del disco que se hizo en su local
A. Toquero

La figura de Mauricio Aznar ya luce en los cines de toda España. Se ha estrenado 'La estrella azul', la película que recorre el viaje que el cantante de Más Birras hizo a Argentina para encontrar su lugar en el mundo, y no deja de hablarse de lo mucho que emociona.

Esta puesta al día cinematográfica del rockabilly zaragozano admite muchas variantes y una de ellas está relacionada con la gastronomía. Mauricio formaba parte del paisaje del Tubo y alrededores. Siempre iba acompañado de sus inseparables bicicleta y guitarra, y en ese entorno disfrutaba con sus amigos de cervezas y buenas tapas.

Esta ruta gastronómica se inicia en El Limpia del Tubo (c/ Cuatro de Agosto, 18). En los años 80 y 90, cuando él lo frecuentaba, era un local donde se vendía y se limpiaba calzado. “No venía de paso -comenta José Antonio Pastor-, se pegaba buenos ratos con mi hermando Ángel; eran amigos íntimos y aprovechaba para limpiarse las botas o los zapatos”.

De allí solía ir a Casa Lac (c/ de los Mártires, 12), que en esos años era una cafetería en cuya planta superior se celebraban encuentros culturales. Allí tocaba Mauricio habitualmente. También trabajó en los billares del Tubo y al restaurante Monterrey, que estaba donde hoy se encuentra la Terraza Libertad (c/ Libertad, 6-8), solía ir a comer el menú del día y el cocido de los jueves. Hoy, Casa Lac y la Terraza Libertad son dos espacios muy diferentes. El primero, uno de los templos de la verdura en Zaragoza y, el segundo, uno de los lugares al aire libre más frecuentados del Tubo.

n la Terraza Libertad estaba el restaurante Monterrey, muy visitado por el cantante
n la Terraza Libertad estaba el restaurante Monterrey, muy visitado por el cantante
A. Toquero

Mauricio Aznar no conoció El Limpia como sitio de tapas, ya que se inauguró en 2006 y él falleció en 2000. Sus bocatines con pan de cristal son los que más llaman la atención, pero detrás de la vitrina también relucen esplendorosos los vinagrillos con aceitunas y mejillones de grueso calibre, gildas, salmueras, boquerones o tacos de atún.

Muy visible también se muestra el regalo que uno de los músicos de Más Birras, Miguel Mata, hizo a los hermanos Pastor: un contrato musical original firmado en 1984 por valor de 50.000 pesetas. Va acompañado de una imagen del grupo con Mauricio en primer plano.

En Bodegas Almau (c/ Estébanes, 10) pasaba mucho tiempo con sus amigos. “Entonces no había una oferta gastronómica muy grande -recuerda Miguel Ángel Almau-, se sentaban, tomaban unas birras y las acompañaban de cacahuetes, salmueras o embutido”. También rememora el detalle de que, de vez en cuando, “Mauri pedía el vino del abuelo, que era una pipa especial que elaboró mi abuelo; vino de enfermos, lo llamaba, muy bueno para abrir el apetito”.

Cerca del Tubo está la taberna Gallizo (c/ San Lorenzo, 44), un clásico del tapeo zaragozano, que los Más Birras visitaban con asiduidad. “Sobre todo, nos gustaban los fritos -asegura el saxo Mariano Ballesteros- y especialmente las croquetas”.

Desde aquella época el local ha pasado por varias manos, pero se mantiene la esencia. Los fritos siguen siendo los grandes protagonistas -huevo gamba, jamón con chorreras…- , y entre las croquetas, María José Martín recomienda “la vegetal”.

No hay que andar mucho, hacia el Coso Bajo, para llegar a la Antigua Casa Paricio (Coso, 188), que era un lugar de encuentro cultural. Hace 30 o 40 año lo llevaban los padres de Teresa Cabrera y de sus dos hermanos. Teresa era pequeña, pero recuerda que “Mauricio y sus amigos se sentaban al fondo con el porrón y las patatas asadas que entonces se hacían por la tarde, y allí tenían sus tertulias”.

De aquella época se conserva, colgado en la pared, un cuadro que pintó Ignacio Fortún. “Es un homenaje a Mauricio -comenta Teresa-, se le ve en primer plano y, al fondo, parte de su cuadrilla con mi padre subido en una escalera”.

El cuadro de Ignacio Fortún protagonizado por Mauricio Aznar de Antigua Casa Paricio
El cuadro de Ignacio Fortún protagonizado por Mauricio Aznar de Antigua Casa Paricio
A. Toquero

La Flor de la Sierra (c/ San Valero, 8) es otro escenario destacado de esta ruta. En este local se hicieron las fotos de la portada del disco 'Otra ronda'. “Les gustaba mucho la ambientación -rememora el propietario, Sergio Andueza- y mi padre no puso ningún problema”. “Lo que más recuerdo de Mauricio -prosigue- es oírle pedir los tercios de cerveza negra Keler que tomaba con cacahuetes”. Por supuesto, de vez en cuando también probaba las sardinas que son seña de identidad de la casa.

Este recorrido concluye en El Windsor (Coso, 127), que en los años 80 era una cafetería que se puso muy de moda y que cerró a finales de esa década. Mariano Ballesteros destaca los fritos y la ensaladilla rusa.

Hoy, este restaurante ofrece una cuidada selección de las materias primas y apuesta por los vinos naturales. Se pueden comer tapas y raciones parecidas a los que probaba Mauricio Aznar, pero no se muestran en la barra. Se hacen al momento. Es el caso, por ejemplo, de las croquetas de kimchi o de aji de gallina, del gua bao de calamar bravo o de las alcachofas en tempura con torreznitos. Sin olvidar, por supuesto, la ensaladilla aragonesa con mayonesa de arenque triturado y los vinagrillos. 

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