gastronomía

El bar de Zaragoza que fue café cantante y guarda el espíritu bohemio de los años 80

El Café Universal de la capital aragonesa nació al calor de un antiguo piano que tocaron famosos músicos de carácter internacional.

Café Universal de Zaragoza, fundado en la década de los años 80.
Café Universal de Zaragoza, fundado en la década de los años 80.
Francisco Jiménez

Si Dios creó el Sol y la Luna, Miguel Ángel lo inmortalizó en la Capilla Sixtina. Esa escena inspiró al artista aragonés Carlos Ochoa para decorar una de las paredes del Café Universal, un bar a camino de la plaza de San Francisco de Zaragoza que en el pasado fue café cantante, pero todavía conserva cierto aire bohemio. El mismo viento que parece despeinar a Dios en el mural de terracota del escultor.

Una bola del mundo es la reina del ecuador del local, entre la barra y la zona de mesas. "Pesa seis toneladas y la hizo un herrero aragonés", explica Rogelio mientras muestra que es totalmente móvil sobre sí misma. A. Bayo es la firma que se observa en un detalle. Precisamente, la decoración es un regalo para los ojos de los clientes. No es para menos, con las siete maravillas en las paredes.

"Trabajamos el café de especialidad y nuestros combinados están mimados"

Otro de los encantos es el brocado papel en tonos verdes y dorados. "Eran de un palacio y los recuperamos", recuerda Rogelio Ruiz Rodrigo, su actual propietario. Su historia está ahora presenten en las conversaciones de los clientes. Por la mañana es lugar de desayunos y cuando el reloj entorna la hora de comer afloran las cervezas. Por la tarde, meriendas, y, por la noche, copas. "Trabajamos el café de especialidad y nuestros combinados están mimados", señala Ruiz. El quemadillo o los irlandeses están en la lista de sus más fieles parroquianos.

Café Universal de Zaragoza, fundado en la década de los años 80.
Detalle del papel pintado del Café Universal de Zaragoza.
Francisco Jiménez

La noche zaragozana de los años 80 conoció un café cantante con un piano al fondo del local en el que se sentaron conocidos músicos. "La licencia data de 1986, pero dos años antes ya se había fundado como Barreto -menciona Rogelio-. Aquí han tocado Tete Montoliú, Añoranzas, Puturrú de Fuá o Bob Destiny". En las hemerotecas se encuentran menciones de actos que trajeron expresamente a artistas de Cuba o Estados Unidos.

"Ya hemos atendido hasta a tres o cuatro generaciones
En vídeo.

Además de música en directo, el Universal brindaba intimidad. "El otro día vino una pareja que se habían pedido matrimonio aquí", dice emocionado Ruiz. En la actualidad a este café regresan muchos ciudadanos, para quienes un día fue lugar de encuentro en su etapa universitaria. "Ya hemos atendido hasta a tres o cuatro generaciones", ríe Rogelio.

Con el cambio de milenio dio un giro. "Quisimos cambiar el estilo, pero sin abandonar el espíritu bohemio", expresa el hostelero. Tras la fuerte crisis de 2008, las obras del tranvía y la pandemia, el Café Universal sigue dando vueltas en la Tierra y, como en el mural de Ochoa, la mañana y la noche visitan este bar.

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