gastronomía

Caracoles cocidos y en bolsa, listos para calentar en el microondas y comer

Hermanos Mené, del barrio de Montañana, comercializa este producto que facilita el día a día de los consumidores.

Alejandro Mené muestra la novedosa bolsa de caracoles.
Alejandro Mené muestra la novedosa bolsa de caracoles.
Montañés

Los caracoles serán lentos en su camino, pero dividen rápido a la sociedad, como tantos otros productos -como la tortilla de patata con o sin cebolla, las frutas confitadas en el roscón o la piña en la pizza-. A un sector de la población le encandilan estos moluscos, mientras que otros jamás los pedirían en un restaurante cuando los leen en la carta.

Tal vez, si se hacen en casa, todavía gusten menos, ya que cocinarlos puede conllevar cierta pereza: es un proceso largo que en algunos hogares se convierte en una especie de ritual. Se deben poner a remojo y hacer varios lavados con agua y sal para que suelten toda la baba -el último recomiendan que también con vinagre-. Por último, se ponen a fuego lento y, cuando han salido, se sube la temperatura. Al final, algunos ojos ven un laborioso proceso que resulta menos gratificante que apetecible.

Hermanos Mené, del barrio de Montañana de Zaragoza, proponen una alternativa limpia y rápida: unas bolsas con caracoles listos para calentan y comer. "Proceden de granjas del norte de Europa, que llegan secos y purgados", explica Alejandro Mené, gerente de la empresa. "Nosotros los cocemos, igual que se hace en casa, y después se puede añadir a la sartén con tomate, en un cocido o comer con cualquier salsa", añade Mené.

"Tan solo hay que lavarlos para quitarles el líquido que los protege, se ponen en un bol y se calientan en el microondas"

En la bolsa se detalla la elaboración y se recomienda el mantenimiento de la temperatura. Se trata de "caracol cocido al natural" y "100% fresco". "Tan solo hay que lavarlos para quitarles el líquido que los protege, se ponen en un bol y se calientan en el microondas", explica Mené, de la familiar empresa famosa por su borraja. Cada una de las bolsas tiene una caducidad de dos o tres meses.

Caracoles en bolsa, listos para calentar en el microondas y comer.
Caracoles en bolsa, listos para calentar en el microondas y comer.
Montañés

Estas bolsas de plástico se pueden encontrar en grandes superficies como Makro, además de más de una treintena de pequeñas tiendas de Santa Isabel, Montañana, La Jota, del Arrabal o Miralbueno, entre otros barrios, incluso en localidades de fuera de la capital aragonesa como Leciñena.

Además de este curioso producto, también los comercializan en el formato tradicional: en malla, seco y purgado. El precio de la bolsa, que es de un kilo, ronda los diez euros, mientras que el de los caracoles vivos son unos siete. La empresa original se fundó en 2018 y recientemente fue comprada por Hermanos Mené.

Las propiedades de los caracoles

"Los caracoles de tierra, desde el punto de vista nutricional, son unos moluscos con gran cantidad de agua (82%) y poca de grasa (1,4%)", destacan en la ficha del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Por esta razón se considera un producto "muy poco calórico". Contiene minerales y vitaminas, entre las que destacan magnesio, hierro, vitamina B3 o niacina, indican también las fuentes ministeriales.

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