La mejor calle de Zaragoza para irte de pinchos 

La capital aragonesa tiene muchos templos gastronómicos para hacer una ruta deliciosa de tapas. 

Bares en la esquina de la calle Libertad con la calle de los Estébanes.
Bares en la esquina de la calle Libertad con la calle de los Estébanes.
Francisco Jiménez

En Zaragoza, como en toda España, las tapas son religión. Ya sea a la hora del vermú, como sustitutivo de una comida, de merienda o de cena, las tapas alegran la vida y en los últimos años, además, se han convertido en objeto de culto para los establecimientos, gracias a la proliferación de competiciones que buscan la mejor de ellas. Los premios crecen en forma y también en cantidad: la mejor tapa clásica, la más selecta entre las aragonesas, la que mejor trata el producto de kilómetro cero, la mejor vegana… hay para todos los gustos.

Los zaragozanos tienen la suerte de tapear bien en todos los barrios. No faltan los templos gastronómicos desconocidos para el gran público pero famosísimos en las cuatro calles que lo rodean, junto a otros cuya calidad o fama (a veces, por un producto concreto) motivan el desplazamiento de los locales de una punta a otra de la ciudad. Sin embargo, a la hora de buscar consenso sobre la zona más famosa de tapas en la ciudad, la respuesta es unánime.

El Tubo de Zaragoza, un reclamo turístico

El Tubo es sagrado en Zaragoza. Tanto es así, que la propuesta de derrumbarlo para que el paseo de la Independencia tuviera un camino franco hasta el Pilar causó estupor y rabia hace algunas décadas, y acabó desechándose por completo. A día de hoy no hay turista que lo deje de lado en sus planes cuando visita la ciudad.

De todas las zonas buenas para tapear en la capital aragonesa, el epicentro está en el Tubo. Esta zona de la ciudad ofrece en sus calles  interesantes propuestas gastronómicas: Cuatro de Agosto, Ossau, Cinegio, Estébanes, Mártires, Méndez Núñez…

¿Cuál es la mejor calle de Zaragoza para irse de tapas? 

Entre todas ellas está la calle de Libertad. “Tradicionalmente ha sido un lugar de peregrinación gracias a bares como Texas o Pascualillo, que ya cerraron sus puertas”, explica Mariano Millán,  coordinador del suplemento gastronómico ‘Con mucho gusto’ de HERALDO. El Texas fue un caso increíble de longevidad, de hecho; era el favorito de los estadounidenses de la Base Americana, y también del popular locutor Carlos Herrera, gracias a sus famosas papas bravas, la casquería y los pajaritos fritos.

Millán repasa otros bares de interés gastronómicos, incluidas las últimas incorporaciones. “En la actualidad se mantienen algunos iconos, como los champiñones de El Champi o las croquetas de Doña Casta, pero también han surgido propuestas rompedoras. Por ejemplo, y aunque ya llevan unos años, encontramos las curiosas tapas de El Méli del Tubo; también de 7 Golpes, los platos de Los Rotos o las novedades de Pamparola, donde además de tapas, se puede disfrutar de un menú y de cócteles. Además, se encuentran agradables espacios, como la Terraza Libertad, un oasis en medio de la ciudad”.

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