agricultura

La incertidumbre económica marca el inicio de la vendimia en Aragón

Los viticultores de la Comunidad ya han dado el pistoletazo de salida de la campaña.

Carlos Villar Ortiga
Bodega Sommos, de la D. O. Somontano, ha sido la primera en comenzar la vendimia este año.
Bodega Sommos, de la D. O. Somontano, comienza la vendimia en una imagen de archivo.
J. L. Pano

La evolución de la pandemia de coronavirus, la incertidumbre económica y las incógnitas del mercado internacional han marcado el arranque de una vendimia aragonesa que este año ha sido bendecida por las lluvias de la primavera.

Los viticultores de la Comunidad ya han dado el pistoletazo de salida de la campaña con la recogida de las primeras variedades de uva blanca, como la "gewürztraminer", en un arduo trabajo que finalizará en octubre con los últimos racimos de "garnacha".

La Denominación de Origen de Somontano (Huesca) ha sido la primera en iniciar una vendimia con la que pretenden recaudar más de 15 millones de kilos de uva, casi seis menos que el año anterior.

"Ha sido un año complejo climáticamente", ha reconocido a Efe la presidenta de la denominación, Raquel Latre, quien ha relatado cómo el exceso de agua ha impedido el acceso a algunos de sus cultivos.

Caída del consumo

Con un porcentaje de ventas nacionales del 80%, Somontano es una de las agrupaciones que más ha notado la caída del consumo en los bares y restaurantes de España como resultado de la crisis del coronavirus.

Las 800 familias que viven de la producción de vino en la denominación oscense ven con preocupación la evolución de la pandemia, pero confían en que se reactive el sector hostelero.

La Denominación de Origen de Cariñena, que abarca cerca de 14.000 hectáreas de la provincia de Zaragoza, iniciará a finales de agosto la recogida de la uva con la previsión de alcanzar los 82 millones de kilos, 25 más que el año anterior, cuando sufrieron los estragos de la sequía.

La agrupación exporta el 68% de su producción, lo que le ha permitido mantenerse estable ante la caída del consumo en España, sin embargo mantiene una incertidumbre por la situación que atraviesa Reino Unido, su segundo mejor cliente.

"Es el país que más nos preocupa. Todas las expectativas están congeladas desde que entró en recesión económica", ha explicado el presidente de la denominación, Ignacio Casamitjana.

Recolección automatizada

Cerca de 1.400 viticultores de las 34 bodegas de la zona participarán este verano en la vendimia que tampoco precisará la llegada de temporeros porque cuenta con un 75% de su recolección automatizada.

A apenas 60 kilómetros de distancia, los trabajadores de la Denominación de Origen del Campo de Borja se preparan para recoger las variedades de garnacha, syrah, tempranillo o merlot, con las que aspiran a alcanzar los 30 millones de kilogramos, una decena más que el curso anterior.

Las abundantes lluvias que cayeron entre los meses de enero y junio de este año han dado lugar a una uva de buena calidad, con la que la agrupación busca penetrar en el mercado internacional, que capitaliza el 72% de sus ventas.

Sin embargo, los viticultores de la zona tienen un ojo puesto en las decisiones del Gobierno de Estados Unidos, que ha impuesto aranceles a los vinos europeos que tiene una graduación de menos de 14 grados de alcohol.

"La mayor parte de nuestros vinos tienen más de 14 grados porque estamos en ese segmento grueso de exportaciones de tintos", ha celebrado el secretario general de la denominación, José Ignacio Gracia.

La última denominación que recogerá sus uvas será la de Calatayud, unos de los viñedos más tardíos de toda Europa, que tiene como objetivo vendimiar cerca de 13 millones de kilos en septiembre, una cifra ligeramente superior a la del 2018.

A mano

El mantenimiento de sus viñas tradicionales la convierte en la única agrupación aragonesa que recolecta más del 60% de su cosecha de forma manual, para lo que recurrirán a mano de obra de temporeros.

"Cuando llegue la vendimia seguro que los viticultores tendrán previsto donde acogerlos", ha enfatizado el presidente de la denominación, Miguel Arenas, quien ha puesto el foco en los "planes sanitarios".

Alojamientos en antiguos conventos o en pabellones deportivos servirán como medida excepcional de prevención contra la covid-19, con el objetivo de que no se produzcan brotes como los que han afectado a la recolección de la fruta en otros puntos de Aragón

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