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Con el ascenso directo en el horizonte

La SD Huesca recibe al Oviedo en El Alcoraz con la posibilidad de acabar la jornada en la segunda posición.

Musto, Datkovic y Sergio Gómez, entrenando en El Alcoraz.
Musto, Datkovic y Sergio Gómez, entrenando en El Alcoraz.
SD Huesca

Hogar, dulce hogar, bien lo sabe la SD Huesca y bien lo comprueba en cada jornada que el calendario sitúa su compromiso de turno en El Alcoraz. Los azulgranas reciben este sábado (16.00) al Real Oviedo al calor de su afición con el respaldo que le da haber sumado 16 de sus 23 puntos en su feudo y con la posibilidad de acabar el fin de semana en puestos de ascenso directo si los resultados en el Almería-Real Zaragoza y el en el Málaga-Fuenlabrada acompañan al que obtengan ellos, en caso de que éste sea positivo.

Como señaló Míchel Sánchez tras el empate de la semana pasada en Tenerife, no es éste el objetivo prioritario a estas alturas de la campaña, si bien a nadie le amarga un dulce y verse en esa situación cuando ya se ha sobrepasado un tercio de la competición refrendaría todo el trabajo hecho hasta el momento. No en vano, los altoaragoneses han vivido entre los seis primeros puestos durante doce de las primeras catorce jornadas.

Puntuar ante los asturianos implicaría engarzar tres encuentros consecutivos sin perder después del 2-0 con el Elche y el 0-0 del Heliodoro Rodríguez López, una circunstancia que todavía no se ha dado en la actual liga. De hecho, en el seno del vestuario se juzga necesario protagonizar una buena racha para acabar de instalarse con firmeza en la zona alta de la tabla y soltar amarras con el numeroso y apretado grupo perseguidor. El Huesca arranca la jornada como cuarto con 23 puntos, uno menos que el segundo, el Almería, y cuatro más que el undécimo, el Rayo.

Contra el Tenerife, los oscenses lograron dejar su portería inmaculada por séptima ocasión y sumaron además un punto a su escasa cuenta como visitantes, circunscrita hasta entonces a los triunfos con la UD Las Palmas y el Extremadura. La igualada sin goles ha acabado por valorarse como positivo toda vez que enfrente, además, se encontró con un rival que le disputó de tú a tú el balón y que le ganó esa partida, algo poco habitual en el Huesca de Míchel. Ahora, se va a encontrar con un oponente del que se espera que sea ofensivo con Ortuño, autor de nueve goles, como principal referencia.

Los asturianos, que llegaron el viernes a la capital oscense y se entrenaron por la tarde en el Pirámide, son el conjunto que marca la salvación, aunque esa situación puede resultar engañosa en cuanto su estado de forma actual. Tras una puesta en marcha plagada de marcadores adversos que les ancló en el farolillo rojo y que se llevaron por delante al entrenador Sergio Egea, en una clasificación que se centrase exclusivamente en las siete últimas fechas los ahora dirigidos por Javi Rozada serían el segundo mejor equipo tras el Cádiz, el sólido líder. En ese periodo han contabilizado una derrota, tres tablas y otras tantas victorias, aunque la última hay que remontarse tres jornadas atrás para encontrarla, un 4-2 con el Girona. Posteriormente han caído con el Málaga (2-1) y han empatado con el Almería (0-0).

Míchel, que el viernes completó a puerta cerrada el último ensayo de la semana, estudia introducir alguna variación en su once titular después de haber empleado el mismo con el Elche y el Tenerife. De hacerlo, la modificación no sería profunda. Álvaro es fijo bajo palos y en el lateral derecho, aunque Pedro López ya cuenta con el alta tras superar su tendinitis todavía no está en condiciones de disputarle el puesto a Miguelón. En el centro de la defensa para acompañar a Pulido todo parece indicar que se seguirá contando con Datkovic. Mientras, en el lateral izquierdo sí que se podría vivir el relevo de Luisinho por Galán dado que el técnico quiere evitar los centros que el Oviedo acostumbra a enviar al área y para esta labor el luso tiene un perfil más conservador que el extremeño.

En la medular Mosquera y Mikel Rico son incuestionables lo mismo que Juan Carlos algo más arriba y Okazaki en la punta del ataque. Para el extremo derecho Raba asegura verticalidad y en el izquierdo Cristo podría ser sustituido por Ferreiro, Sergio Gómez o Escriche.

Por otra parte, en la enfermería ya solo quedan dos jugadores. Doukouré, que sigue su puesta a punto tras el derrame que sufrió en la rodilla izquierda, en la que fue operado en marzo por una rotura de ligamentos, ya realiza algún ejercicio con balón con el resto de sus compañeros e Ivi arrastra una lesión en el sóleo izquierdo. Pablo Insua se ha reincorporado al grupo una vez superada su dolencia en el músculo semitendinoso de la pierna derecha, pero no se le quiere forzar y no se espera que pueda entrar en una convocatoria hasta la semana que viene.

En el Oviedo, que trata de centrarse en el duelo de El Alcoraz y no echar la vista hacia delante, dado que en su siguiente estación aparece el derbi con el Sporting, podría haber novedades en su dibujo táctico. Rozada ha ensayado en sus últimos entrenamientos con una defensa de cinco y sopesa si situarla de inicio o en algún momento a lo largo del encuentro. Los carbayones tienen las sensibles bajas de Saúl Berjón y Joselu, por lesión, y de Tejera, por sanción. En cambio, regresan Sangalli, Lolo y Mossa.       

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