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Un partido de altura en Andorra para el necesitado Real Zaragoza

El equipo aragonés, tras su mal inicio de la segunda vuelta, trata de huir de la zona de peligro en el inédito duelo de liga que disputa este domingo en el país de los Pirineos.

Bebé, con un volante de pesas en las manos en un ejercicio de fuerza, debutará en Andorra.
Bebé, con un volante de pesas en las manos en un ejercicio de fuerza, debutará en Andorra.
Toni Galán

Sobremesa de máxima relevancia para el Real Zaragoza, que juega en la tarde de este domingo en Andorra la Vella su partido de la jornada 26. Los de Fran Escribá se han vuelto a meter en el barro que atasca en esta Segunda División a los equipos sin destreza en el manejo de su propio volante. Y como desde agosto el punto de partida de este proyecto zaragocista es siempre, entre patinazos de las ruedas y bandazos del equipo, la antesala de la zona de descenso, pues nada ha cambiado en seis meses de torneo y ahí sigue anclado, en el 17º puesto y con algún sudor frío admonitorio.

Es un partido de imposible comparativa, de nulas referencias. Porque nunca ha jugado un duelo oficial el Real Zaragoza en el Principado de Andorra, país independiente, soberano, rareza del fútbol español que contempla, como única excepción de índole internacional, que los equipos de esa nación puedan formar parte de la competición en España. Hoy se pisará por primera vez el Estadio Nacional, en pleno centro de la capital del país, donde la selección nacional recibe habitualmente a Alemania, Francia, Inglaterra, Bélgica, Chequia, Gales... y otros muchos rivales europeos (no a España, con la que aún no ha coincidido en ningún grupo clasificatorio ni amistoso en este feudo) desde que empezó a competir en 1996 cuando la UEFA y la FIFA dieron opción a los microestados de mundo a participar con el resto de naciones. Un campo pequeño, con 3.500 butacas, que solo tiene tres tribunas, pues la larga de la banda de en frente de la principal es... una tapia que cierra el terreno de juego respecto de un callejón en ese sector del plano urbano de la pequeña ciudad de 22.000 habitantes (algo así como Calatayud). Andorra país cuenta con 77. 000 personas censadas, la mitad del barrio zaragozano de Las Fuentes.

Es un partido para la historia, por novedoso. Un duelo de altura, pues este estadio se ubica a 1.022 metros sobre el nivel del mar. La capital andorrana es la más alta de todas las naciones de Europa y su término municipal alcanza los 1.409. Un envoltorio fuera de lo común para un Real Zaragoza que tiende a descubrir hoy nuevos vericuetos frente a un adversario que vive en esa burbuja eufórica del novato, del recién llegado, del que saca jugo a cualquier detalle en Segunda División porque lo está palpando por primera vez en su vida.

El Andorra es un producto-negocio del neofútbol que tanto gusta en los cuadros de mandos de la patronal. Comprado en diciembre de 2018 por el futbolista Gerard Piqué, exblanquillo que entonces aún era capitán del Barcelona, adquirió la ruina del Reus Esportiu poco después y, previo pago de la módica cantidad de 450.022 euros, se hizo con su plaza en Segunda B, ascendiendo desde Regional en un solo golpe de firma y rúbrica.

Lo demás, ha sido vertiginoso, según lo programado. Piqué, con su empresa Kosmos Sports, ha llegado a afirmar públicamente que «tiene que sonar el himno de la Champions en Andorra». Hasta ahí llegan las pretensiones de este novel rival zaragocista de hoy.

Dos equipos a la baja

Dibujado a grandes rasgos el ámbito en el que hoy se va a jugar las habichuelas el Real Zaragoza, algo necesario por tanta novedad como aporta este Andorra a la categoría y al fútbol español, donde es huésped extraordinario, es cuestión de detallar lo puramente futbolístico del evento. Y, de entrada, el libreto debe destacar que juegan dos equipos que vienen a la baja, de capa caída.

El Real Zaragoza, con solo 30 puntos, a cuatro del descenso y sin ser capaz en más de media liga de abandonar el precipicio clasificatorio por sus graves máculas y carencias en el juego, lleva solo tres victorias en la últimas 13 jornadas. El efecto revulsivo de Escribá se ha diluido ostensiblemente después de su acertado relevo del catatónico Carcedo.

El equipo se le ha gripado a Escribá tras la derrota en Leganés previa a la Navidad. Menos mal que fue capaz de remontar en Villarreal un 2-0 adverso en el peor primer tiempo de los últimos años ante el filial amarillo porque, si no, la segunda vuelta sería de catástrofe: empates sin goles ni fútbol en casa, 0-0 ante los débiles Mirandés y Ponferradina, y derrota en Gijón por 1-0. Se le ha mojado la pólvora a Escribá, después de haberla secado con lo que pareció ser eficacia y pericia. O espabila ya mismo o la media reactiva de puntos que logró el valenciano a su llegada tiende a regresar al punto de partida ‘carcediano’.

En frente, el Andorra parece ser ahora mismo el Andorra más fácil de abatir para el dubitativo y romo Zaragoza. Porque los pirenaicos solo han ganado un partido de los últimos nueve dirimidos. Hecho que los ha descabalgado de la zona de promoción de ascenso a Primera, que tocaron puntualmente, para dejarlos en tierra de nadie, en el 12º puesto con 32 puntos, dos más que los blanquillos. Los de Eder Sarabia vienen de perder cuatro partidos en un mes. Se les ha extraviado el oremus de equipo mecánico, ordenado, de posesión abrumadora, de eficacia goleadora, de taladro que trepanaba el cerebro de sus adversarios sin piedad (así ganaron 0-2 en La Romareda en la primera vuelta).

Escribá montará un once alrededor de los dos refuerzos invernales, Alarcón (vuelve tras su expulsión de Gijón) y el debutante Bebé. Sin Azón de nuevo. Sí con Gámez, superada su lesión. Sarabia contará con el zaragocista, cedido, Marc Aguado. Y con un bloque de muchachos que están disfrutando y mostrándose.

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